viernes, noviembre 22, 2024

Crítica de Prisioneros de Ghostland

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Panini

Nicolas Cage se une a Sion Sono y nos traen una película absurda, ilógica y aburrida llamada Prisioneros de Ghostland

Vuelve Nicolas Cage, más exagerado que nunca, en una película de acción totalmente trastornada (y, spoiler, totalmente prescindible), dirigida por el extravagante Sion Sono. Vamos a ver qué nos podemos encontrar en esta última locura cinematográfica.

Cuando Bernice desaparece sin dejar rastro, su abuelo, el señor de la guerra conocido como The Governor, saca a un ladrón de bancos de la cárcel, le obliga a vestir un traje de cuero equipado con bombas y le da un plazo de cinco días para recuperarla o sufrir consecuencias explosivas. En su aventura, el ladrón buscará también redimirse de sus pecados.

Prisioneros de Ghostland es una mezcla de varias películas que conocemos de sobra: un 75% de 1997: Escape de Nueva York, un 40% de Mad Max y un pequeño porcentaje de tropos comunes (samuráis, western…). Y, como suele ocurrir, algunos experimentos deberían haberse quedado en el papel, porque esta película que podía ser una locura divertida no deja de ser una extravagancia sin sentido.

Nicolas Cage en modo desatado o casi

Prisioneros de Ghostland

A pesar de que el guion está escrito por Aaron Hendry y Reza Sixo Safai (nada que destacar), el verdadero culpable de este desaguisado es sin duda Sion Sono. Este cineasta japonés es conocido por su eterna búsqueda de sorprender al espectador siempre con los mismos trucos: destellos de gore, locura, violencia gratuita, etc.

Si a esto le sumamos un Nicolas Cage que “pasaba por allí”, en uno de sus trabajos más alimentarios y poco personales, al que solemos ver en trabajos de poco presupuesto (y menos talento aun), gruñendo, enfureciéndose y gritando… lo que tenemos es una tontería de película que ni siquiera sirve para pasar el rato.

Ambientada en una mezcla de futuro alternativo y de Tierra posapocalíptica, la historia nos lleva (que no nos presenta) a un lugar entre el salvaje oeste, el japón feudal y los desiertos de Mad Max 3: fanáticos religiosos, personas-maniquíes, fantasmas radiactivos y mucho más… y no se explica absolutamente nada.

Visualmente es muy atractiva (casi os aconsejaría ver la película quitándole el sonido), pero es lo único positivo que puedo encontrar a la película. Nicolas Cage se ha convertido en su propio meme y muchos aceptamos esto. Cuando quiere actuar lo hace razonablemente bien, pero la mayoría de sus trabajos son absolutamente demenciales… lo cual no está mal si al menos nos diera entretenimiento.

Prisioneros de Ghostland

En un primer momento podríamos pensar que la unión de dos “rarezas”, dos personajes tan bizarros como son Cage y Sono darían lugar a una deliciosa locura de la que disfrutar en pantalla, pero no ha sido así en absoluto. Tras esa bien cuidada apariencia (démosle todo el mérito al director de fotografía Sôhei Tanikawa), nos encontramos con una obra vacía, ilógica, sin sentido y, lo que es peor, aburrida ¡y eso que no llega a las dos horas de duración!

Es una locura repleta de extras exultantes de todo tipo: geishas, vaqueros, demonios, samuráis… todo sin sentido y cuyo mensaje está diluido ante la locura del guión, pasando en segundos de imágenes inquietantes a escenas surrealistas (en el peor sentido).

Prisioneros de Ghostland

Y es que es una trama tan ridícula que impide que el espectador pueda sentir ningún tipo de conexión con cualquiera de los personajes. Eso sin hablar de las “excelentes” interpretaciones de sus actores y actrices. Ya hemos hablado de los gruñidos de Cage… Su personaje debería ser un hierático y solemne pero no deja de ser ridículo. El actor ha sabido ganarse un lugar en nuestro corazón bien sea como héroe de acción (La roca, Con Air) o con algunos personajes torturados y sensibles (Leaving Las Vegas), aunque es su carácter super expresivo, casi lisérgico, el que más popular es últimamente, llegando a convertirse en un género en sí mismo.

Sofia Boutella prácticamente ni actúa, se limita a pasar de mal encarada a inexpresiva y a mal encarada de nuevo. Nick Cassavetes hace lo que le dicen y lo hace bien, el problema es que los guionistas no saben qué hacer con su personaje (bueno… ni con el resto).

Prisioneros de Ghostland

En fin… una tontería de película que no merece la pena ni el tiempo que se tarda en ver: absurda e ilógica, sin sentido alguno y, además, aburrida. El guion parece escrito por dos chavales en el recreo entre risas y chistes…

Bueno, al menos alguien ha sacado algo bueno de Prisioneros de Ghostland: Nicolas encontró a la que se ha convertido en su quinta esposa, Riko Shigata. Los demás deberíamos alejarnos lo más posible y esperar que la próxima obra de Cage (tiene cuatro en posproducción) o de Sono al menos nos entretengan.

Nicolas Cage sabe karate

Producción y reparto de Prisioneros de Ghostland

Prisoneros de Ghostland está dirigida por el director japonés Sion Sono (El club del suicidio, Exposición de amor, Tokyo Tribe) y está protagonizada por Nicolas Cage, Sofia Boutella (Star Trek: Más allá, La momia), Nick Cassavetes (Cara a cara) y Bill Moseley (Los renegados del diablo). Se estrena en cines de España el próximo 28 de enero.

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CRÍTICA

Una locura aburrida

RESUMEN

Nicolas Cage se une a Sion Sono y, a pesar de lo que pudiera parecer, nos traen una película absurda, ilógica y aburrida, solo recomendada para los que no tengan otra cosa que hacer

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Nicolas Cage se une a Sion Sono y, a pesar de lo que pudiera parecer, nos traen una película absurda, ilógica y aburrida, solo recomendada para los que no tengan otra cosa que hacerCrítica de Prisioneros de Ghostland