La introducción de los Eternos en un universo establecido como el del UCM ha provocado varias incongruencias de diversa importancia
Los Celestiales – entidades antiguas, similares a los dioses, con increíbles habilidades de manipulación de la materia y la energía – se crean sembrando planetas y permitiendo que la vida florezca en ese mundo. La energía de los seres vivos permite a los Celestiales crecer y, finalmente, salir de su caparazón planetario, un momento conocido como Surgimiento. Ese mundo se destruye en el proceso, lo que parece un poco violento.
En la Tierra, los Eternals tienen como misión fueron los responsables de que el Celestial Tiamut pudiera crecer en las profundidades de la corteza terrestre y salir cuando fuera el momento adecuado, pero esto supone un conflicto con Guardianes de la Galaxia Vol. 2. En la película de James Gunn se nos cuenta que Ego, el padre de Peter Quill, es un Celestial que plantó en miles de mundos semillas que los transformarían en nuevas extensiones suyas, pero necesitaba el poder de un segundo Celestial para activar las semillas, así que concibió hijos con cientos de mujeres en toda la galaxia.
¿Sabía Ego, al ser él mismo un Celestial, que la Tierra incubaba un congénere suyo y que eclosionaría en un futuro? ¿Las semillas de Ego para trasformar nuestro planeta afectarían de algún modo a Tiamut? ¿Ego en realidad no era un Celestial sino un timador extraterrestre con ínfulas de grandeza? Esos interrogantes han quedado sin respuesta por ahora.
