Harriet Ediciones publica Dragones de Frontera, una aventura del “Oeste” hispano durante el siglo XVIII
Los actuales Estados Unidos de América tuvieron una gran relación con España a través de la Monarquía hispánica con la mayoría de estos territorios pertenecientes al Virreinato de Nueva España, fundado el 8 de marzo de 1535, por Real cédula de 12 de octubre de 1535, con Antonio de Mendoza y Pacheco, como primer virrey, instituyendo su capital en la Ciudad de México, la antigua México-Tenochtitlan. Los historiadores suelen dividir el período del Virreinato de Nueva España en tres etapas:
• El siglo XVI hasta comienzos del siglo XVII (1521-1600)
• El siglo XVII hasta las reformas borbónicas del siglo XVIII (1600-1773)
• El final del siglo XVIII hasta la independencia mexicana (1773-1821)
El cómic Dragones de Frontera está ambientado en la última etapa del virreinato (en este sentido, El Zorro, es ya un personaje del albor de la República de México) siendo los dragones de cuera los soldados españoles encargados de la protección de la frontera septentrional del Virreinato.
Dragones era la denominación de los soldados de la época que servían en la caballería, pero estaban cualificados para luchar como infantería. La cuera era el chaleco de piel que protegía a los soldados de las flechas, una reminiscencia histórica de la época medieval muy útil en la lucha contra los guerreros apaches, comanches y de otras tribus, que combatían con armas y tácticas, totalmente diferentes a la de los ejércitos europeos de la época.
Los dragones de cuera PROTEGían la frontera norte del Virreinato
Los dragones estaban desplegados en presidios, bases militares cuyo objetivo principal, además de la defensa del territorio, era la defensa de las misiones y de las propiedades de los habitantes hispanos en dicho territorio. A modo de ejemplo, en el año 1.764 existían más de una veintena de presidios con 1.271 plazas.
El “lejano oeste” hispano
La acción de Dragones de frontera transcurre en el año 1779, bajo el gobierno de Juan Bautista de Anza, durante el cual los nativos americanos más próximos a la frontera española estaban siendo presionados por las migraciones de otras tribus y para garantizar su sustento, además de lo obtenido por la naturaleza, debían de conseguirlo de los españoles que se situaban al sur de sus tierras. En este libro se narran las aventuras de los dragones de cuera contra las incursiones de “Cuerno Verde” y la prestación de socorro a las tribus aliadas de los españoles.
En esta historia no hay un personaje destacado que sea el protagonista absoluto de la obra, destacando quizá el personaje de Saoeta, quien es un cadete del ejército que tiene su bautismo de fuego con los dragones, un novato que presta al lector entrar en el relato. Puede destacarse, también, en el gran elenco de personajes que muestra el guionista el personaje de la hermana Madeleine, caracterizado en su época, pero con un valor y coraje que permite al lector empatizar con ella desde su aparición.
Una gran obra con sabor a clásico de aventuras
El guion de Dragones de Frontera, escrito por Gregorio Muro Harriet, está muy bien elaborado y mantiene la tensión durante todo el tiempo. Hay que destacar su gran indagación histórica, aunque tenga que adaptar la realidad histórica para hacer la obra más interesante, pero que el propio autor reconoce en los comentarios finales. Hablar de este autor guipuzcoano es hacerlo de uno de los grandes guionistas del noveno arte, por lo que resulta obvio que en esta historia no existen los extremos de buenos y malos, sino que elabora una aventura con muchos gradientes y matices en el lejano septentrión español de finales del siglo XVIII.
Iván Gil es el encargado de dar vida con su dibujo al guion, siguiendo una pauta realista y meticulosa, donde todos los elementos son reconocibles y casi accesibles al lector, a quien sumerge en el suroeste de los actuales EE. UU. y le hace sentir la brisa del desierto, a la vez que nota como el sol quema su piel, o escucha pasar a su lado los proyectiles y flechas en las escaramuzas. Además, el dibujo se ve realzado por el color aplicado por Garluk Aguirre, que da aún mayor viveza a las escenas, utilizando una paleta de colores óptima para la historia, con escenas luminosas o crepúsculos muy definidos.
En conclusión, Dragones de frontera es un cómic histórico muy bien guionizado y dibujado, basado en historias reales del Virreinato de Nueva España, con un ritmo trepidante que permite una lectura placentera y amena.
Dragones de frontera es un western que, respetando los códigos del género, le da un nuevo aliento y visión, y nos descubre un desconocido universo en los míticos escenarios del Oeste americano.
1779. Juan Bautista de Anza, hijo de Juan Bautista de Anza (el viejo) natural del pueblo guipuzcoano de Hernani, ha sido nombrado gobernador de Nuevo México. La situación del territorio es insostenible. A varios años de pertinaz sequía se suman las incesantes y cruentas incursiones de los comanches. Juan Bautista de Anza se enfrenta a la difícil situación socorriendo con víveres a algunos pueblos indios como los Hopis, que se encuentran al borde de la muerte por inanición, y con 150 dragones de cuera y 450 milicianos novo-hispanos e indios de distintas tribus, penetra en la comanchería para enfrentarse al belicoso jefe de guerra comanche; Tavivo Narigant, “Cuerno Verde”.