Vamos descubriendo un poco más acerca de esta banda coreana en el segundo tomo de Sun-Ken Rock y la mezcla que hace Boichi de las culturas japonesa y coreana
El último tramo de 2021 nos trajo una gran cantidad de mangas de lo más interesantes que comenzaban a editarse en nuestro país. Sin duda alguna, estamos viviendo una época muy buena que trata de rescatar algunos grandes mangas de la primera década de los 2000. Justo de este tramo, siendo más concretos de 2006, es el manga que venimos a tratar hoy, aunque su segundo volumen.
Para poder hablar de ello hay que ponerse un poco en contexto. Nos encontramos frente al segundo volumen doble de Sun-Ken Rock un manga centrado en una banda de pandilleros coreanos que tratan de alzarse victoriosos entre el resto y tienen unos principios e ideales muy claros. El protagonista de esta historia es Ken Kitano, un joven japonés del que no se conoce mucho, pero parece que en este segundo volumen comenzaremos a saber algo más de él.
Si estáis un poco perdidos y no habéis leído el primero, os recomiendo que os paséis por la reseña que le hicimos y que luego sigáis leyendo nuestra opinión. Como siempre, vamos a comentar la trama principal de este segundo volumen, lo que implica que hablemos de algunos detalles, pero sin dar mucho pie a grandes spoilers. No obstante, si queréis dejar de leer y disfrutarlo por vosotros mismos, lo dejamos a vuestra elección.
Boichi mantiene una gran trama, pero se ve una clara y fea tendencia
Ya lo hemos comentado con anterioridad, el pasado de Ken tiene que contarse en algún momento y este segundo volumen parece darnos algo de luz. Es verdad que no se conoce al completo, ya que se usa el pasado de Yumin para contarnos algo y dejarnos con ganas de saber más, por ciertas revelaciones. No obstante, es una buena forma de conocer más de toda la historia que hay detrás de este manga.
Junto con estos detalles que enriquecen al protagonista, vamos viendo también a la banda crecer como tal y comenzar a tener influencia gracias a todo el entrenamiento y a la orientación que Ken quiere mostrar. Hasta aquí, la calidad se mantiene similar a lo visto en el primer volumen, observando momentos de acción espectaculares que animarán a más de uno a seguir leyendo. Aún con todo eso, hay un detalle en la historia de Boichi que no me termina de convencer.
En todo momento observamos un enorme protagonismo hacia las figuras masculinas de la obra. La trama que tratan de contarnos está claramente enfocada al público varón, pero dejan entrever que existen mujeres poderosas. Ya sean por su estatus en la sociedad o las habilidades que muestran, la estética que desprenden es de ser mujeres fuertes e independientes, pero nada más lejos de la realidad.
La serie trata de mostrarnos a personajes femeninos como lo más delicado y por lo que los hombres deben de luchar, siendo siempre el mismo esquema, por ahora. Esto no me ha terminado de convencer, ya que empodera enormemente la figura del hombre a pesar de presentar mujeres con altos cargos o fuerzas que indicarían que se valen por sí mismas. Por lo que se puede leer en otras obras de Boichi, es algo habitual en sus historias, además de predominar el desnudo femenino por encima del masculino, algo que nunca terminaré de entender ya que ambos desnudos deberían poder mostrarse por igual.
Un nivel de arte mantenido en el tiempo
Hay que dejar claro que este aspecto no ha cambiado mucho, pero no nos hace falta cambiar mucho más para declarar que se trata de una de las cosas más llamativas de la obra. El arte de Sun-Ken Rock es uno de los puntos fuertes de la obra y que siempre ha seguido al artista por todas las demás obras. No hace falta irte muy lejos, ya que obras como Origin o Dr. Stone emanan ese estilo tan particular que tiene Boichi y esta obra no iba a ser menos.
Mantenemos un gran detalle en los personajes, acercándonos muchísimo al realismo que trata de contar el autor con esta obra que tiene un concepto tan realista como es el de las bandas callejeras. Al igual que vemos ese realismo en las facciones de la cara, también se puede ver un gran trabajo del mangaka buscando constantemente las referencias, tanto a Corea como a Japón. Sin lugar a dudas, este manga deja claro el gran trabajo de este autor y lo que le ha llevado a ser tan relevante.
Ivrea hace bien en apostar en uno de los mejores seinen de principio de siglo
A pesar de algunos puntos débiles, sobre todo en detalles de la forma en la que el autor cuenta su historia, Sun-Ken Rock es una buena experiencia como manga y es muy recomendable para los lectores asiduos del género. Gracias a Ivrea estamos disfrutando de una versión de la obra que muchos querían tener ya en nuestro país y ya esperamos con ganas el tercer volumen.
Es verdad que hay cosas que podría mejorar y elementos que no deberían de ser tal como aparecen, pero quiero esperar a ver como avanza la cosa con respecto al resto de tomos y si se trata de dar algo más de justicia. No obstante, al final de este mismo tomo se consiguen ver algunos elementos interesantes que tratan de redimirlo, pero verlo tan repetido y de seguido ha generado mi descontento.
Sun-Ken Rock – Sinopsis
ISBN: 978-8-419-01073-5
La historia se centra en Ken, un chico huérfano por culpa de los lazos de su familia con la Yakuza. Su vida son las peleas y las broncas, pero si algo lo motiva es estar coladito por su compañera de clase, Yumin. Cuando esta decide irse a Korea para convertirse en policía, Ken no se lo pensará dos veces y querrá seguir sus pasos. Por casualidades de la vida, las cosas no irán como él esperaba y se convertirá en al guien sin oficio ni beneficio. Pero tiempo más tarde, llama la atención de una banda mafiosa y acaba metido hasta las cejas en ella. Siendo Yumin policía, las cosas se van a complicar bastante para Ken.
Autor: Boichi.