El valle de los hombres de piedra, película mitológica de la década de los sesenta.
Aunque es habitual que, cuando se rueda un filme protagonizada por personajes mitológicos, los dioses jueguen un papel importante en la trama, hasta el punto de ser interpretados por algunos actores del reparto, no siempre se da ese caso. Un ejemplo lo tenemos en la película hispano-italiana El valle de los hombres de piedra (1963), que es, precisamente, el largometraje que analiza este artículo.
Bajo la dirección de Alberto de Martino , esta película, de 90 minutos de duración, está protagonizada por Richard Harrison Jr. (como Perseo), Anna Ranalli (en el papel de Andrómeda), Arturo Dominici (que interpreta a Acrisios), Elisa Cegani (que encarna a Danae), Leo Anchóriz (que se mete en la piel de Galenor), Antonio Molino Rojo (que hace de Tarpete), Roberto Camardiel (que se convierte en Cefeo) y Ángel Jordán (que se transforma en Medusa).
Grecia, Esta península rodeada de pequeñas islas en el mediterráneo, entre el mar Jónico y el Egeo, fue en otro tiempo el centro del mundo. Su cultura se extendió por otras naciones y muchos pueblos imitaron sus cotumbres y creencias, pero ya los dioses paganos cayeron por Tierra. Zeus Ha muerto, Plutón Ha muerto, Apolo y Ares Han muerto. Perdurando a través de los siglos, los griegos nos han legado bellas historias de valor y fantasía. En una de ellas está inspirada la presente narración: La de Andrómeda y Perseo.
Gracias a la existencia del monstruo de lago y el valle de Medusa, que rodean la ciudad de Argos, su monarca se aprovecha para poner altos peajes a todo aquel que quiera atravesar sus tierras, para así poder sortear dichos peligros, como es el caso del reino fronterizo de Serifo. Para poner fin a esta situación y forjar una alianza, se baraja la posibilidad de organizar una boda entre Galenor, príncipe de Argos, y Andrómeda, hija del rey de Serifo. Sin embargo, la aparición de Perseo, y el amor que surge entre la princesa y él, supondrá importantes variaciones en el plan inicial.
Aunque Medusa juega un papel importante en el desenlace de la historia, nuestro país ha sido el encargando de rebautizar la película como El valle de los hombres de piedra, ya que en Italia es conocida como Perseo l’invincibile (que, evidentemente, en nuestro idioma, sería traducido como Perseo, el invencible), tal y como se muestra en la imagen inferior. Sin duda, se trata de un título con mayor lógica, aunque quizás con menor tirón comercial. No obstante, más disparatado es el hecho de como fue conocida en Estados Unidos: Meduda contra el hijo de Hércules, ya que, teniendo en cuenta que el semidiós era nieto de Perseo, dicho título convierte al protagonista del filme en su propio tatarabuelo.
Pese a partir de una historia firme y sólida, El valle de los hombres de piedra cuenta con el inconveniente de tener unos efectos especiales de lo más paupérrimos, algo que no debe sorprendernos demasiado si tenemos en cuenta que se trata de una película de bajo presupuesto de principios de la década de los sesenta.
Ya que hemos mencionado los efectos especiales, no podemos dejar de mencionar que el aspecto de Medusa que nos presenta El valle de los hombres de piedra, es un producto de Armando de Osorio, director cine de terror español de aquella época. Como se puede apreciar en la foto que acompaña a este párrafo, se aleja bastante de la mujer con cabellos de serpiente que estamos acostumbrados a ver en el cine mitológico.
No es de extrañar Richard Harrison Jr. fuera el actor elegido para interpretar a Perseo en El valle de los hombres de piedra, puesto que, tras haberse marchado frustrado de Hollywood, debido a que no encontraba papeles sustanciosos, se instaló en Europa, donde demostró su valía en roles similares, al actuar en las películas El gladiador invencible (1961), donde interpretó a Rezius y 7 espartanos (1962), dando vida a Darío.
Por desgracia, el director Alberto de Martino, que ha pasado a la historia por haber llevado a cabo numerosos fracasos comerciales y de crítica, no tuvo mayor suerte con El valle de los hombres de piedra, ya que esta película siguió el mismo camino que las anteriores.
Si lo tuyo son las películas mitológicas y puedes disculpar los pobres efectos especiales típicos de la época, no cabe la menor duda de que El valle de los hombres de piedra es un filme bastante adecuado para pasar una hora y media de entretenimiento, sin mayores pretensiones. Evidentemente, ha quedado claro que no se trata de ninguna obra maestra del séptimo arte, ni tampoco pretende serlo. Por tanto, si prefieres una gran trama épica o un gran despliegue de efectos especiales, te has equivocado de película. En caso contrario, puedes irte buscando un hueco cómodo en el sofá de tu casa.