Analizamos El Reino de los Duelistas, la Temporada 1 de Yu-Gi-Oh!

En memoria de Kazuki Takahashi, recordemos qué hizo especial a su obra, partiendo por ese Reino de los Duelistas que lo lanzaría a la fama

El juego es una parte clave para el desarrollo de un individuo, primicia que no pudo quedar más clara dentro de la obra de este genio; Kazuki Takahashi, el creador de la saga de Yu-Gi-Oh!

No es sorpresa que su muerte durante el pasado 6 de julio fue impactante para sus seguidores, quienes causaron revuelo en redes sociales con homenajes a su trabajo, ya sea en fanarts o en fotos de sus cartas insignias. Y es que la fama que este juego de cartas promocionado a través de aquella historia trascendió en el tiempo, al grado de que su versión digital lleva 50 millones de descargas en Google Play.

La saga de Yu-Gi-Oh! cuenta con siete generaciones, cada una con su propio protagonista, el cual introduce al jugador en la correspondiente modalidad del Duelo de Monstruos. La siguiente historia corresponde a la Generación 1: Yu-Gi-Oh! Duel Monsters (1996), que abarca las aventuras de Yugi Muto, el portador del Rompecabezas del Milenio. También introduciría a un variopinto grupo de personajes, como el soberbio Seto Kaiba, el tenaz Joei Wheeler (Katsuya Jōnouchi), y la diva de la saga: Maximillion Pegasus.

Una vuelta al Reino de los Duelistas

El Duelo de Monstruos consta de un mazo de cartas divididas en tres grupos: Monstruos, Trampas y Hechizos. Cada jugador tiene 4000 puntos de vida y una mano de cinco cartas; en cada turno se roba una carta del mazo y el objetivo es destruir los monstruos del rival. El juego acaba cuando los puntos de vida del rival se reducen a cero.

Pero la gracia de este juego no va en lo práctico que resulta, sino en el rico lore que Takahashi compuso. Primero, el juego no es solo un pasatiempo, es un ritual proveniente del Antiguo Egipto llamado “El Duelo de las Sombras”, enfocado en doblegar las tinieblas que amenazan al mundo. Esta antigua magia sería contenida en los Artículos del Milenio, permaneciendo oculta hasta que Yugi logra lo que nadie: armar el Rompecabezas del Milenio. Por esto se vuelve receptáculo del alma del Faraón Atem (Yami), listo para defender la Tierra de la oscuridad.

La Temporada 1 tiene una introducción precisa y directa, pero aborda lo referente al faraón con cierta calma. Se alude a que Yugi lleva tiempo interactuando con Yami, y este último tiende a salir cada vez que él, o sus cercanos, se encuentran en dificultades. Cada vez que hay un dato importante respecto a él, o a los amigos de Yugi, es contado por medio de flash backs; dicho recurso se debió a una vieja animación que partió adaptando el arte de Takahashi, pero que no tendría mucho éxito. Aún así, lo narrado en tal adaptación no se perdería, siendo contado paulatinamente en estas instancias.

El rival a vencer de la saga es el mencionado Maximillion Pegasus. Es un multimillonario, dueño de la distribuidora de este juego de carta. También es un portador de un Artículo del Milenio: el Ojo; con él ve los pensamientos de los demás, así como atrapa la conciencia de sus víctimas dentro de cartas. Con su poder e influencia, Pegasus organiza una competencia de DM titulada “El Reino de los Duelistas”, invitando a Yugi a participar. Lo que no saben es que su fin es atraer al receptáculo del faraón para derrotarlo y quitarle el Rompecabezas; no en vano apresaría la conciencia del abuelo de Yugi como garantía.

El Reino de los Duelistas destacará por lo lúdico de su evento, desarrollado alrededor de la isla privada de Pegasus, en que el arte de Takahashi podrá lucirse con naturalidad. Es sabido que su trabajo destila ese “aura noventero”, con trazos angulares y remarcados poco usados actualmente, pero que resaltan por su personalidad y audacia.

Su estética, además, se complementa con el naturalismo puro de su ambiente, que raya en el romanticismo. Se vuelve un deleite apreciar la actividad al aire libre, mientras rompe con el típico escenario de una mesa y un salón. Esto, a su vez, llama a sus personajes explorar distintos rincones del entorno, permitiendo a la audiencia impresionarse por la variedad de situaciones, así como individuos, que podrá apreciar.

El corazón de las cartas

Otra cosa por la que esta temporada destaca es por la tesis propuesta por Takahashi: el corazón de las cartas. Su propuesta apunta a que los monstruos no solo son piezas en un juego, pues cada una forma un lazo con su portador. Son estos lazos los que mueven a sus protagonistas, quienes prueba este punto en base a hechos en lugar de palabras.

La fuerza de estos lazos cobra un papel tan importante que hasta los antagonistas se fundamentan en ellos. El primero de estos es Seto Kaiba, quien acude al Reino para rescatar a su hermano, cuya conciencia está presa en una carta de Pegasus. Kaiba, dueño de la compañía de desarrollo tecnológico Kaiba Corp., es introducido como un joven arrogante y desdeñoso, quien además toma el Duelo de Monstruos como un medio para jactar superioridad. Sin embargo, cuando se trata de su hermano, Seto hace a un lado su ego y se dispone a abrir su mente, pese a no renunciar a su identidad.

Asimismo, su derrota contra Atem lo haría cuestionarse muchos aspectos sobre los Duelos, pues este le demostraría que la fuerza no basta para triunfar.

Por su parte, Pegasus también demostraría contar con lazos de valor, aunque ligados a la pérdida. Con el avanzar de la historia, se revela que el excéntrico millonario estuvo ad portas de desposar a una joven, pero que moriría el mismo día de la boda. Es esta pérdida la que lo lleva a buscar el poder del Faraón, aún a costa de apresar la conciencia de inocentes. No estará justificado, pero refleja lo lejos que una persona puede llegar por quienes ama, y más si tiene los medios para actuar.

Por supuesto, este y los otros elementos ya dichos no son lo único por lo que esta saga destaca. Tenemos la cruzada de Joei por conseguir el dinero para la operación de su hermana, el duelo de Mokuba Kaiba por vencer a Yugi en nombre de su hermano, Seto; también está la búsqueda de Mai Valentine por un rival digno, así como el propio Yugi, que por su ingenuidad se vuelve un personaje con el que es fácil identificarse.

Quizás es cierto que esta temporada se saltó las reglas oficiales del juego, y a decir verdad es un problema argumental muy serio. Afortunadamente, eso sería corregido en Ciudad Batallas, lo que mejoró la experiencia. Por lo mismo, la obra de Kazuki Takahashi no solo es una que podrían disfrutar sus jugadores, también quienes deseen una buena historia; una por la que su autor pueda sentirse orgulloso.