Magi-K es una obra chilena que encapsula lo mejor de la fantasía urbana, en especial por la influencia de Sabrina. He aquí las razones de esto
Cuando se piensa en fantasía contemporánea, es difícil salir de la sombra de la rubia y sus tías. El legado de Sabrina, la bruja adolescente marcó un hito cultural que pesa hasta hoy; pero su relevancia en el mercado no impidió que otros proyectos, quizá más pequeños, se volvieran piezas memorable. Esa fue la proeza de Mega en 2005, con la duología que introdujo a muchos niños y jóvenes al mundo de la magia: Magi-K.
Las cualidades de Magi-K como relato de fantasía
Magi-K es esa clase de historias propias de los 2000, con esa vibra de Fantasía Urbana vista en Harry Potter y Sabrina, con brujos viviendo entre humanos sin que nadie lo sepa. Esta premisa parte con la ilusión de que, tal vez, todo lo que pasa en ella ocurre en nuestra realidad, pero nadie lo nota; puede que resulte absurdo, pero a su vez permite cuestionar qué tan factible sería permitir, especialmente a los gobiernos, el acceso a esta información.
Dicha lectura le da un peso importante a uno de sus personajes secundarios: Emilio Fuentealba, un periodista de poca monta despedido de un diario por obsesionarse con las brujas. Juega con la ironía de estar en lo cierto con sus afirmaciones, pero como no tiene pruebas fehacientes, nadie le hace caso. Es, también, una interesante parodia al ñoño amante de la fantasía que anhela un mundo más parecido a los relatos que tanto ama, pero que es esto mismo lo que lo aparta del mundo; y es todavía más irónico que el mismo Fuentealba es acosado por oportunistas que quieren venderle pistas falsas sobre brujas, volviéndose tan escéptico como los editores que le marginan.
En cuanto a su historia, puede que Magi-K no haya envejecido de la mejor forma, pero eso no quita que sea disfrutable. Trata de una joven llamada Isidora, quien, al cumplir 16 años, es nombrada como guardiana del Libro del Poder, un antiguo texto con místicos secretos, entre los que se encuentra la clave para conectar el Mundo Mágico con el Humano.
Isidora y Homero, padre de esta, han decidido esconder el libro en la Tierra, empezando una nueva vida como mortales; pero tras ellos ha venido Venus, una bruja que ambiciona el libro, con el fin de unificar ambos mundos y alzarse como su nueva gobernante. Sí, es cliché, y a lo largo de la obra no sale de este paradigma de Pinky y Cerebro sobre “tratar de conquistar el mundo”. No obstante, ver todas sus tretas en acción , y fallar rotundamente, resulta entretenido, en especial por su gran problema: se equivoca en puras estupideces.
Cabe decir, que aunque la historia no tenga las dimensiones de aventuras más contemporáneas, aprovecha el desarrollo de sus personajes para conectar con su audiencia. El primer ejemplo de esto es la relación de Homero y su hija; explota el tropo de “padres como personas”, es atento y amoroso, pero también carga con sus debilidades, más después de que su esposa, la anterior guardiana del libro, muriera en manos de Venus. Por fortuna, Isidora lo apoya de la misma forma que él a ella.
Dicha relación entabla un fuerte contraste con la establecida por Venus y su hija: Olivia. Mientras que Homero tiene a Isidora como su mundo y la cuida con todo su ser, Venus no ve a Olivia más que como una herramienta, y no duda en exponerla a una infinidad peligros. Y hablando de Olivia, es increíble cómo incitó a toda una generación a enamorarse de las góticas. Es decir, además de atractiva, a la joven bruja le sobra actitud; es imponente, magnética, pero también tiene ese lado sensible, más sabiendo lo horrible que es Venus como madre, y cómo Olivia hace lo que sea por su validación.
Por otro lado, los nuevos amigos de Isidora se vuelven un soporte importante, no sólo para su protagonista. Bruno y Matilde, respectivamente, reflejan el peso de vivir “la adolescencia” como cualquier mortal, incluyendo el lidiar con diversos miedos y complejos. Matilde es la que más encarna esta idea; es, después de todo, la nerd amante de la magia, pero sabiendo tanto como Bruno lo que significa la magia realmente.
Los problemas del relato
No todo podía ser tan bueno. Como casi toda producción chilena, cuenta con importantes falencias en la implementación técnica de algunos recursos. El primero de estos es su uso de artilugios, supuestamente, de metales especiales, pero que son notoriamente de cartón piedra. ¿No podían solo pagarle a un orfebre que confeccionara el cetro de Venus y el sable de Olivia?. Llega a ser vergonzoso (aunque da risa; es algo muy chileno de parte del staff).
Otro problema es lo bajo que puede caer Venus al equivocarse en sus planes. Si bien es cierto que verla equivocarse, estando tan cerca de su objetivo, se siente catártico, la constancia de estos errores (por conveniencia a la trama) se vuelve molesta. Un ejemplo de esto es cuando atrapó a Isidora en su espejo y la chica la hizo creer que la presa era ella… transformándose en ella; la ingenua vio su imagen en el espejo (desde el mundo real) y creyó que estaba tras el reflejo, sacó a Isidora y se encerró sola. ¡Es más tonta que las palomas!
Mención especial: su guarida no tiene seguridad. Para ser una bruja, no tiene hechizos que mantengan fuera a sus enemigos. Isidora y Homero entran en sus aposentos cuando quieren y salen como si nada. Venus necesita urgente unas lecciones de villanía con Lord Blackhat.
Ahora, con todo y estas dificultades, ¿se podría decir que Magi-K es digna de ir a la par con Sabrina? Puede que sea una afirmación algo pretenciosa; además que nunca tuvo el estallido mediático que la gringa sí tuvo. Y eso sin mencionar que su historia se quedó muy pegada en los tropos de su época. Sin embargo, eso no quitó que su guion se mantuviera sólido, sus personajes irradiaran carisma y sus aventuras tuvieran encanto, en especial que Isidora y Olivia tuvieran ese “territorio neutral” en el colegio, conteniendo su sed de lucha. ¡Así se dispara la tensión en una obra!
Por lo mismo, esta serie se merece un reconocimiento como el de Sabrina en su campo, porque aprendió todo lo que a la rubia la hizo especial y, con todo y limitantes, lo llevó a la práctica. Una historia que te hace reír, llorar, emocionarte y esperar más con cada episodio; la prueba de que Estados Unidos no es el único capaz de abordar el género.