Bienvenidos, pueblos libres de la Tierra Media, a Grandes Smials, la humilde morada de Ferdinad Tuk. Entrada y acomodaos para que hablemos ¿por penúltima vez en una temporada? de esta serie que han tenido a bien llamar EL Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder.
Sírvanse té y pastelillos que comenzamos y, por supuesto, les advierto que hablaremos con todo tipo de lo que ustedes llaman “spoilers”. Analizaremos lo ocurrido en este episodio, pero no profundizaremos mucho… porque hay grandes males durmiendo en las profundidades y no las queremos despertar.
Llegamos al penúltimo episodio de EL Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder de Prime Video tras el impactante cliffhanger de la semana pasada, donde nuestros héroes se enfrentan a las consecuencias de la erupción del volcán: la creación del Monte del Destino y de Mordor.
Galadriel ha mejorado
Tras despertarse enterrada en ceniza, Galadriel busca supervivientes y encuentra a Theo. Juntos parten hacia el campamento númenóreano. Esto da lugar a una conversación en la que vemos a una Galadriel distinta a la que conocemos.
Frente a aquella guerrera “enfadada con el mundo” por la muerte de su hermano, y frente a la oscura y temible torturadora que vimos ante Adar, por fin tenemos a una sabia elfa con una larga vida a sus espaldas, que atempera y da consejos a un enfadado y enérgico Theo, dándole ánimos y casi nombrándole soldado.
También le explicarle (y nos explica) cómo ahora todas estas Tierras del Sur están muertas en su casi totalidad, y los orcos la convertirán en su hogar ahora que no brilla el sol en ellas.
Galadriel habla de sus pérdidas: habla de su hermano pero también de su esposo, Celeborn, a quien no ha visto desde que partió a la guerra. De esta manera Galadriel cree que su esposo está muerto y los guionistas dan vía libre al posible romance con Hallbrand. Aunque esta relación me resulte prácticamente imposible (por muchos motivos), probablemente Celeborn aparezca más adelante. Creo que la raza de los Hombres lo llamarían “culebrón”.
Sinceramente, este humilde escriba espera equivocarse. Y no solo por irreverente sino, sobre todo, por innecesario.
Los númenóreanos y sus pérdidas
Toca hacer recuento de heridos entre humanos y númenóreanos: Isildur parece haber muerto (parafraseando a Les Luthiers: “por faaaavoooooor”) y Elendil está muy desconsolado, como es lógico. Incluso el caballo de Isildur se niega a abandonar estas tierras por lo que Elendil lo debe dejar libre.
Si bien sabemos a ciencia cierta que Isildur no puede morir (por lo que poco de dramatismo tienen estas escenas), sí que nos han servido para, por un lado, ver la buena actuación de Lloyd Owen como el afligido padre Elendil.
Por otro lado, seguramente esto responda a historias que los guionistas nos contarán más adelante: Isildur vagando por la Tierra Media sin el resto de los númenóreanos y encontrando el origen de aquella voz que parecía oír desde el barco ¿recuerdan ustedes?
Por otro lado, la reina Míriel ha sido afectada en sus ojos por la intensa lluvia de ceniza proveniente del Monte del Destino, dejándola casi completamente ciega. De nuevo tenemos una gran actuación y una escena rodada de una forma muy elegante que nos va dando a conocer su dolencia de una forma sutil.
Elendil y Míriel hablan sobre lo que les espera y el Capitán le confiesa que se arrepiente de haber rescatado a Galadriel… que aparece con Theo.
De elfos, enanos,Mithril…. Y la Sombra y la llama
Recordemos: Elrond le contó a Durin que los elfos necesitaban el mithril para no perecer como raza, y el Príncipe enano accedió a hablar con su padre, el Rey Durin III. Éste es consecuente con lo que dijo hace unos cuantos episodios y se niega a seguir extrayendo este mineral “mágico” porque lo ve demasiado peligroso… aunque los elfos se marchiten.
Durin vuelve a casa, apesadumbrado por no poder ayudar a su amigo, y vemos a una Disa diferente: enojada, se desquita de forma bastante violenta en un hacha que está forjando. Era uno de los personajes que más me gustaban (junto posiblemente con Arondir), pero aquí, de repente, cambia su carácter gritando unos mensajes demasiado imprudentes de sedición que me parecen muy fuera de lugar. Los guionistas confunden rebeldía ante situaciones injustas (en este caso y en el de Galadriel) con una rabieta de adolescente… “El mithril nos pertenece a ti y a mi” se atreve a decir de la forma más egoísta.
Aunque también podría ser otro signo de que la Sombra se está extendiendo por todos los reinos, y la codicia ha llegado al corazón de Disa.
Elrond, en un gesto que le enorgullece, devuelve a Durin el fragmento de mithril que éste le había dado (realmente me encanta cómo están reflejando la relación entre Durin y Elrond) y, ¡oh sorpresa!, descubren sus facultades curativas en aquella hoja afectada por el mal. Así que Durin decide saltarse las órdenes del Rey y se va a excavar en busca de Mithril. Le acompaña Elrond y ambos no quieren darse cuenta de que esos temblores son cada vez más frecuentes y no anuncian nada nuevo.
Obviamente, Durin III se da cuenta, se enfada, hace expulsar al elfo y se enfada con su hijo, tanto que le despoja de su título. Disa intenta animar a su marido y el Rey tira la hoja a la grieta en la montaña por donde corre la veta de Mithril, hasta llegar al fondo donde arde en contacto con el suelo porque, entre las sombras, está el fuego de un Balrog (presumiblemente el que veremos en El Señor de los Anillos… a pesar de que han vuelto a “equivocarse” con la cronología oficial).
Los Pelosos llegan al paraíso prometido-perdido-recuperado-perdido de nuevo
Nuestros queridos (aunque por ahora intrascendentes) proto Hobbits llegan a la arboleda llena de fruta solo para descubrir que la erupción del Monte del Destino lo ha dejado todo destrozado y enterrado en ceniza.
Por un lado, esto nos sitúa a los Pelosos en el mapa, no demasiado lejos del nuevo Mordor y que el Extranjero cayó relativamente cerca de donde resurgiría el mal, por lo que parece que éste era su objetivo (aunque él no lo recuerde todavía).
Por otro lado, de nuevo vemos a el Extranjero esforzarse por hacer el bien y, al no tener control sobre sus poderes, pone en peligro a sus nuevos amigos. Por ello deciden separar sus caminos en este viaje: Sadoc le invita a que deje al grupo.
Al día siguiente vemos que había que tener paciencia… Los esfuerzos del Extranjero han dado sus frutos (si ustedes me permiten la broma) y el valle vuelve a ser fértil. Toda la tribu de los Pelosos llena sus carros de deliciosa fruta.
Por desgracia, los tres siniestros viajeros que persiguen al extraño llegan a esta arboleda y demuestran su verdadero carácter haciendo arder todos los carros de fruta (de nuevo por la intervención de la metepatas de Nori) y, por tanto, dejando a los Pelosos de nuevo sin comida y con pocas esperanzas. El estandarte de estos tres caminantes blancos tiene el dibujo de un ojo ¿De ahí el título del capítulo?
Nori, entonces, decide que tiene que ayudar a su amigo y avisarle de que le persiguen. Le acompañan su amiga Poppy, su madre Marigold y Sadoc, formando una pequeña hermandad.
Lo que nos queda por ver en EL Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder
Un capítulo, tan solo eso nos queda para terminar esta primera temporada que, en mi opinión, ha tenido más sombras que luces.
Aunque entiendo que la serie está planificada para cinco temporadas y, por lo tanto, debe tener un ritmo específico, estos primeros episodios han sido muy lentos y con muy poca trama. A nivel técnico no se le puede poner ninguna queja y es un absoluto disfrute visual, acompañado de buenas actuaciones. Pero el guion es muy anodino, quedándose a medias y dejándonos con ganas de más.
Y es que ha ido flojeando por momentos. No es una serie mala, en absoluto, pero tiene una enorme falta de coherencia en muchos aspectos: espacio/tiempo; las heridas de Hallbrand curan demasiado deprisa (esto puede deberse a que originalmente la temporada estaba pensada para 10 capítulos en vez de 8, por lo que muchas de estas incoherencias podrían deberse más al montaje que al guion.
El personaje de Galadriel ha ido atemperándose y en este séptimo capítulo la hemos visto más “humana”, más vulnerable y eso ha estado bien. Parece que vemos evolucionar el personaje.
Esperemos que este último capítulo de la temporada termine en alto y que la segunda sea un poco más “movida”, si ustedes me entienden. Seguramente veamos la muerte de Durin III, para que su hijo Durin IV pueda excavar sin problemas en busca de Mithril (y del inevitable Balrog, que espero que volvamos a ver más tarde que pronto).
Seguimos esperando a Sauron, que también espero que no se revele demasiado pronto. Mi principal sospechoso sigue siendo Halbrand (¿recuerdan ustedes en el capítulo 6º cuando Adar le pregunta quién es, la extraña reacción de Hallbrand?).
Adar afirma haberle matado, “partido en dos” ¿podría ser que, literalmente, Sauron esté dividido en dos entes, uno con una forma mortal y otro más como un poder invisible? “un poder no a partir de la carne, sino sobre la carne”, dice Adar. Puede que Hallbrand sea parte de Sauron y ni él mismo lo sepa (aunque reitero mi extrañeza en su reacción ante la pregunta de Adar).
En fin, pronto sabremos cómo termina esta primera etapa del viaje. Y volveremos a hablar de ello aquí, en Grandes Smials.
¡Un saludo, pueblos libres de la Tierra Media!
