Se abre la octava y penúltima sesión de esta vista a la serie de Disney+ She-Hulk: Abogada Hulka. Preside el magistrado Fernando Catódico.
Buenos días. Comencemos sin más preámbulos. Es el turno de la fiscalía.
Señoría, miembros del jurado, estamos aquí de nuevo para analizar el último capítulo de esta serie en la que, cada vez más, vemos a Hulka/She-Hulk dejando a Jennifer Walters un poco más de lado. Esto no es malo de por sí, claro, pero es un ejemplo más de que a pesar del carisma de la protagonista, parece que se necesitan ciertos alicientes externos para mantener el interés.
Y es que como ya ocurriera con WandaVision, los aficionados estábamos esperando ansiosamente descubrir los guiños y los huevos de pascua que los guionistas pudieran haber dejado diseminados a lo largo de cada capítulo. La pregunta que les hago, señores del jurado es ¿acaso es esto suficiente para dar validez a una serie?
He terminado mi alegato, señoría.
Su turno, abogado.
Señoría, miembros de jurado… En este octavo capítulo de She-Hulk: Abogada Hulka tenemos todo lo que deseábamos: a Jennifer Walters convertida en Hulka; una Hulka “que aplasta”, al más puro estilo de su primo Bruce; un cameo especial y largamente esperado; humor y picardía; acción; y la clara recta final hacia la respuesta definitiva de quién es el Rey Hulk. Es decir, en este capítulo tenemos todo lo que un fan puede desear.
De Hulka, Diablos defensores y Ranas
Comenzaré, si me lo permiten, con mi propia profesión: éramos muchos los que estábamos esperando la anunciada presencia de mi colega Matt Murdock, también conocido como Daredevil. Entre otras cosas porque era la llegada, oficial, del Daredevil de la serie de Netflix, interpretado por Charlie Cox, al UCM.
Ya habíamos tenido un muy breve aparición en Spider-Man: No way home tras su exitosa serie en la que también destacaba Vincent D’Onofrio como un temible Kingpin (a quien por cierto, también vimos en la serie de Ojo de Halcón), pero existía una gran expectación desde que se supo que Matt Murdock, abogado como mi defendida la señorita Walters, aparecería en esta serie. Y por fin lo ha hecho, dejando contento a todo el mundo.
Como ya habíamos avisado en una sesión anterior de este juicio, ha aparecido un nuevo personaje, secundario pero conocido en los cómics Marvel, la rana saltarina.
Aunque la primera rana saltarina fue Vincent “Vinnie” Patilio, el más conocido es su hijo, Eugene, que “heredó” el traje (en los cómics). Mientras que Vincent fue un supervillano hasta casi el final de su carrera, enfrentándose a Daredevil entre otros, su hijo Eugene intentó redimir el nombre de su padre e intentó convertirse en superhéroe, ayudando a Spider-Man o la Antorcha Humana, por ejemplo.
Aquí tenemos directamente a Eugene, hijo de un millonario cliente de GLK&H. Eugene resulta herido al intentar detener a unos ladrones y demanda al fabricante del traje, que resulta ser Luke Jacobson (quien por ahora es el único “sastre para superhéroes” y que también adelantamos veladamente en el recap de aquel 5º episodio).
De nuevo mi defendida, Jennifer Walters, tiene un nuevo caso con un clarísimo conflicto de intereses y, de nuevo, su jefe la obliga a llevarlo adelante. Jennifer se encuentra en el lado equivocado del tribunal y debe acusar al único sastre que puede hacerle trajes adecuados para sus características únicas.
Mientras, Jacobson ha elegido como abogado defensor a Matt Murdock al que, como ya vimos, también le hace el traje “de batalla”. Matt gana la vista preliminar, sobre todo, gracias a sus sentidos super desarrollados.
Pero lo importante viene luego: se encuentran en un bar (¿el único de la ciudad? ¿es un bar especial para abogados?) y ambos conectan. Hay una clara atracción pero, además, Matt pone a Hulka en el camino de ser una superheroína, diciéndole algo que él tiene muy claro: puede ayudar a la gente dentro y fuera de los tribunales (aquí deberíamos debatir sobre quiénes son estos seres con poderes para decidir qué es la justicia, pero no es este el caso que nos ocupa).
Tenemos un pequeño interludio en el que Todd, uno de las más “peculiares” citas que tuvo Hulka, vuelve a llamarla para, supuestamente, comentarle un problema de trabajo. Aunque veremos que, finalmente, su verdadero objetivo es seguir ligando con Jen, vemos que Todd ha comprado una lanza de guerra wakandiana (y presume de ello). Seguimos enlazando partes del UCM.
El irritante niño rico Eugene hace lo peor que podría imaginarse: rapta a Luke Jakobson para que le arregle el traje. Tras la típica confusión inicial que hace que dos superhéroes peleen entre sí, ambos deciden trabajar juntos.
Llegan a la guarida “secreta” de Rana saltarina (con un cartel de neón) y tienen una divertida charla sobre esbirros y matones. Si el enfrentamiento entre Daredevil y Hulka ya fue muy atractivo visualmente, ahora tendremos una referencia a la magnífica escena secuencia de la primera temporada de la serie de DD y rescatan a Luke, con lo que Jenn hace las paces con Jacobson y, de este manera, puede tener un traje de gala.
Jen y Matt terminan la noche juntos en casa de ella (por fin Jen conoce a un hombre decente) y, al día siguiente, Nikki aparece para preparar a Jen para la gala a la mejor abogada del año.
Comienza lo raro
Jen vuelve a romper la cuarta pared extrañándose de que el capítulo no haya terminado. Y es que lo que ocurre a continuación podríamos entenderlo casi como una alargada escena post créditos (aunque sin éstos): ella se extraña, como el espectador, de que la gala se viera en el último capítulo de la temporada, dándonos una sorpresa.
Pero, ya en la gala, seguimos con las sorpresas: Jen no se esperaba tener que compartir el premio con el resto de mujeres abogadas, alguna de las cuales da una respuesta increíblemente vergonzosa, mientras que Mallory Book responde de la mejor forma.
Una sorpresa más: Intelligencia hackea el monitor y la megafonía de la gala para ridiculizar a Hulka quien no soporta la presión y, a pesar de las advertencias de Mallory, estalla convirtiéndose en una Hulka sin cerebro (como vimos la primera vez que se convirtió).
Lo que no vemos en She-Hulk: Abogada Hulka
Hay varias cosas extrañas aquí: en primer lugar Hulka (como hemos visto) se extraña de que el capítulo no termine y de que ya se celebre la gala. Unos momentos antes han dicho que estaría listo el lunes, y rompe lo que tenía hecho. La noche anterior han rescatado a Jacobson y éste le ha prometido el vestido, advirtiéndola de que no engorde hasta la gala… ¡y el vestido ya está en su casa tan solo unas horas después! (el que trae Nikki no es el de Hulka porque le pregunta a Jen por él).
Hay un par de referencias a la muerte de Hulka: una la hace Nikki y Jen pone una rara expresión, y otra la hace la propia Jen, junto a un guiño al Hulk Rojo (a quien probablemente veremos en una próxima película de UCM, Thunderbolts
Esto solo puede significar una cosa: esta gala no es real. Las dos referencias a la muerte podrían indicarnos que Jen/Hulka está muerta, “imaginando” todo lo que hemos visto hasta ahora en la serie y volverá a la vida de alguna manera… De nuevo tenemos a Mephisto 😊
Sin embargo, este abogado opina que es mucho más probable que esta gala y los preparativos anteriores con Nikki no sean más que un sueño de Jen y en el último capítulo sí que veamos la Gala… o no.
El caso es que este episodio termina con Hulka mirando, parece, a los espectadores. Sin embargo, y creo que el jurado estará de acuerdo conmigo, opino que no es este el caso, no está mirándonos a nosotros sino a alguien que está en esa posición, digamos, “junto a la cámara”. Y su cara refleja no sorpresa sino extrañeza… Es la cara que pondría si ve a alguien conocido pero que no esperaría ver allí, en esa situación. Obviamente no podemos preguntárselo a la propia Jennifer Walters porque ella no va a declarar en este juicio.
He terminado mi alegato, señoría.
Una advertencia final a los miembros de jurado: como saben, el próximo episodio de She-Hulk: Abogada Hulka es el último, el episodio 9, que se estrenará el jueves 13 de octubre. Será entonces cuando tendrán lugar los últimos alegatos de defensa y fiscalía y, por tanto, ustedes tendrán que decidir un veredicto. Hasta entonces, se levanta la sesión.
