miércoles, enero 29, 2025

Los dragones de El señor de los anillos se meriendan a los de Juego de Tronos

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Panini

En la época de El señor de los anillos se consideraba a los dragones extintos, pero su leyenda seguía aterrorizando a todo el mundo

Sin duda muchos recordaréis al imponente dragón Smaug de El Hobbit, el último dragón vivo de toda la Tierra Media. Todos los dragones ya estaban muertos durante los sucesos de El señor de los anillos, pues su momento álgido ocurrió miles de años antes, durante la Primera Edad del Sol. A diferencia de otras obras de fantasía, los dragones de J.R.R. Tolkien son el mal absoluto, pues fueron creados por el Valar caído Morgoth, y creednos cuando os decimos que estos dragones asustaban y eran más terroríficos que los dragones de George R.R. Martin de La casa del dragón.

Miles de años antes de los sucesos de El señor de los anillos, la Tierra Media estaba en plena guerra contra Morgoth, este decidió crear a la raza de los dragones. No se sabe cómo los produjo, pero sé que corrompió a alguna raza o especie desconocida de animales con su magia oscura. A diferencia de los dragones de Juego de Tronos, que son como animales, las criaturas de Tolkien eran muy inteligentes, codiciaban los tesoros y eran malvados. Este último punto no está claro si por influencia de Morgoth o porque nacieron en la guerra, aunque seguro que el Señor Oscuro no originaría seres buenos.

Los dragones en el universo de Tolkien eran muy poderosos y peligrosos, envejecen muy lentamente y se supone que nunca dejan de crecer.

Curiosidades Libros, El señor de los anillos, Juego de Tronos

El origen de los dragones de El señor de los anillos

Morgoth estuvo en guerra con los pueblos libres de la Tierra Media durante siglos. Sus mayores enemigos eran los elfos, la raza libre más poderosa de todas. En el Silmarillion se afirma que Morgoth género a los orcos a través de la tortura y corrupción de los elfos.

Los orcos eran las tropas más comunes del Valar caído, pero también tenía otras criaturas poderosas como los Balrogs, arañas e incluso licántropos. Pero aun así, los ejércitos del Señor Oscuro no pudieron hacer nada contra los elfos en la llamada Dagor Aglareb (Batalla Gloriosa). Tras la derrota, Morgoth se atrincheró en su fortaleza de Angband mientras los elfos lo sitiaron durante 400 años. Pero el Señor Oscuro no estuvo ocioso.

En el asedio, el Valar produjo una de las criaturas más peligrosas de la historia, el dragón Glaurung, conocido como “padre de los dragones”, el cual perteneció a la primera generación de dragones que creó Morgoth. Glaurung fue el primer dragón con aliento de fuego (urulóki), pero no tenía alas, por lo que se desplazaba con sus cuatro patas. El “padre de los dragones” tuvo su primera aparición cuando aún no estaba desarrollado del todo, por lo que fue derrotado, aun así, dejó una gran impresión.

Alcanzado ya su madurez, Glaurung fue una pieza clave en los planes de Morgoth, pues en la llamada Dagor Bragollach (Batalla de la Llama Súbita) fue uno de los comandantes que consiguió romper el cerco elfo, haciendo que su leyenda y terror empezaran a sonar por todo el mundo. No fue el único dragón que participó en la batalla, pero sí el más grande y el más poderoso.

La caida de gondolin John Howe
La caída de Gondolin de John Howe

El poder de estas bestias fue clave para que Morgoth derrotara a todas las fuerzas élficas, demostrando que no había criatura más peligrosa que un dragón en el campo de batalla.

Glaurung fue derrotado por un hombre

Como hemos dicho, los dragones tuvieron su aparición en la Primera Edad, época donde la raza dominante era la de los elfos, pues los enanos llegaron después que estos y los hombres acababan de surgir. Durante esa época las mayores hazañas fueron realizadas por los elfos, pero fue un hombre, la raza más joven e inexperta de todas, quién mató al temible dragón Glaurung.

Una habilidad rara del padre de los dragones era la capacidad de hipnotizar a sus enemigos. Así fue como engañó a Turin Turambar, un hombre que perteneció a uno de los primeros clanes de los hombres. El dragón hipnotizó la mente de Turín haciéndole creer que su madre y su hermana (a la que no conocía) estaban en peligro, por lo que huyó de la batalla en busca de ellas.

Años más tarde, Túrin fue en busca de venganza y fue a la búsqueda de Glaurung. Tras una increíble pelea, el hombre consiguió derrotar a la temible bestia. La mujer de Túrin llegó a la batalla y vio a su marido desmayado, en ese momento, con su último aliento, Glaurung deshizo el hechizo que había impuesto a la esposa de su asesino, haciendo que recordara quien era, la hermana de Túrin . Al enterarse de esto, la mujer no pudo soportarlo y se suicidó. Lo mismo le pasó a Túrin , pues al enterarse de que su mujer era en realidad su hermana desconocida, se dejó caer sobre su espada.

Si os ha interesado la historia de Turin y el dragón Glaurung (que recuerda un poco al mito griego de Edipo), seguro que os interesará la novela de Los Hijos de Húrin, escrita por el histórico J.R.R. Tolkien, editado por su hijo Christopher Tolkien. La novela está publicada en España por Planeta Libros.

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