jueves, noviembre 21, 2024

Superhéroes y justicia penal en la edad moderna del cómic, los 80

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Panini

En la década de los años ochenta del siglo XX, se inició la mayoría de edad de los superhéroes y la edad moderna del noveno arte, que se trasladó también a la visión de la justicia penal en estos

En los años ochenta del siglo pasado, los cómics se harían más oscuros y ásperos, dando pie a la edad moderna del cómic. En esta etapa, numerosos cómics comenzaron a mostrar un nivel más alto de madurez y empezaron a ganarse un respeto literario.

En esta década, los editores comprobaron que podían publicar obras sin las restricciones del sello del Comics Code y ser viables. Los cambios en la distribución de los cómics, abandonando los quioscos, desplazándose a la venta directa y las librerías especializadas.

Alan Moore, Batman, Daredevil, DC Comics, ECC Comics, Frank Miller, Marvel, Panini Comics, Watchmen

Con el aumento de estos nuevos puntos de venta, se favoreció una nueva revisión del Comics Code, acaecida en 1989, aceptando por primera vez que no eran una literatura solamente para niños. Varios títulos contribuyeron a la sofisticación literaria de los cómics como Batman: El regreso del Caballero Oscuro, Daredevil: Born again, Batman: La broma asesina o Watchmen.

Democratización de los superhéroes

Durante los ochenta los cómics comenzaron a examinar las consecuencias del poder absoluto como rol de los superhéroes en una sociedad democrática, siendo cuestionado por los lectores, los medios de comunicación y los propios héroes dentro de sus historias.

Los superhéroes empezaron a actuar de una forma más proactiva, frecuentemente cuestionándose a sí mismos y sus responsabilidades, en un mundo en constante cambio. La propia narrativa de los cómics evolucionó de un binomio bien/mal, hacia una perspectiva con múltiples puntos de vista y escala de grises, creando un espacio propicio para la discusión de temas sobre el delito y la justicia.

La transición del tono y contenido narrativo de los cómics en los años ochenta se atribuyó a un cambio del entorno social caracterizado por el incremento de las tasas de criminalidad y su correspondiente miedo social a ser víctima de un delito, junto con un mayor cinismo entre los lectores.

Justicia Penal Superhéroes Edad Moderna

Cualquiera que fuese la causa de este cambio, los lectores acogieron con los brazos abiertos las nuevas historias e ilustraciones que les sacaron de su zona de confort y los llevó a imaginar nuevos escenarios de sus héroes y villanos.

Estas nuevas historias comenzaron a explorar el significado del superhéroe en la sociedad y las consecuencias del poder absoluto en un modo diferente que actualizó el género y espoleó al medio.

Frank Miller y su reinvención del Caballero Oscuro

En Batman: El regreso del Caballero Oscuro, primeramente, publicado en cuatro grapas y después en numerosos tomos auto conclusivos, Frank Miller sentó una de las bases de la cultura popular.

En este arco argumental, Batman es ya anciano y está retirado de su lucha contra el crimen, con un carácter moralista de derechas y decidido a volver por el caos existente en Gotham provocado por las bandas de delincuentes.

Batman El regreso del Caballero Oscuro

Miller juega con una parafernalia fascista, mostrando a Batman como autoritario, incautando el poder y torturando a los sospechosos en una sociedad presidida por un presidente muy parecido a Reagan y dominada por los expertos de los medios de infoentretenimiento.

El cómic es significativo por focalizar a Batman en un nuevo espectro social, mostrándolo como un revolucionario radical y a Robin como una mujer; junto con una mordaz crítica de los medios de comunicación contemporáneos.

En ese mismo cómic, el héroe de Metropolis, Superman es representado como una extensión del gobierno federal, defensor del status quo, preocupado por mantener las condiciones existentes y evitar una aniquilación nuclear. En contraposición, Batman se dedica en cuerpo y alma en luchar contra la injusticia social, reclutando para ello su propio ejército encubierto, para “traer sentido a un mundo plagado por algo peor que ladrones y asesinos”.

Alan Moore y la atracción de los opuestos

El intento de poner sentido a un mundo sin él es también uno de los temas predominantes en Batman: La broma asesina de Alan Moore. El guionista diseñó un posible origen del Joker y exploró la naturaleza simbiótica entre él y Batman, mostrando la frágil línea que separa la psique del héroe y del villano. Esta historia tuvo su continuidad muchos años más tarde en Tres Joker.

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El infortunio se hace presente en la vida de una persona, golpeándola indiscriminadamente, dejando al oprimido la elección de seguir el camino de la melancolía o el deseo de buscar algún significado en la vida marcada por las circunstancias trágicas.

Un comediante sin suerte se ve abocado al mundo del delito para poder ayudar a su esposa embarazada. El comediante ha de participar en un asalto a una planta química junto con otros delincuentes, en la cual había trabajado con anterioridad. El día antes del robo, el comediante recibe la noticia de la muerte de su esposa en un accidente; esto no es óbice para que continúe con el robo.

El asalto va mal y el comediante se encuentra con Batman, por lo que decide escapar para evitar ser detenido y salta a una cisterna llena de productos tóxicos. Al emerger del recipiente observa que su físico, con la piel nívea y el pelo verde, ha cambiado tanto como su personalidad, convirtiéndose en el Joker.

Este Joker no es el guasón de la serie de televisión, sino que es un psicópata que tortura al comisario Gordon desnudo en una jaula, y dispara a su hija Bárbara causándole la parálisis de las extremidades inferiores al afectarle a la médula espinal.

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El grandísimo trabajo gráfico de Brian Bolland muestra unas impactantes fotografías de la víctima como si de un abuso sexual se tratase, con Barbara Gordon desnuda y sufriendo los dolores de las heridas causadas mientras el Joker toma las fotos. El Joker utiliza las fotos para torturar al comisario y hacerle traspasar la raya de la legalidad y abrazar la locura.

Rechazando la oportunidad de rehabilitación, el Joker contrasta su inteligencia con la de Batman en un final que dejaba abierta la posibilidad de que el murciélago, hubiese silenciado definitivamente al payaso.

En principio esta obra estaba fuera de la continuidad del universo DC, pero Bárbara Gordon volvió a aparecer en la continuidad con las secuelas del ataque del Joker, convirtiéndose en Oráculo, la sala de emergencias donde los superhéroes de Gotham podían llamar para obtener ayuda. Bárbara es una experta informática y luchadora de artes marciales pese a estar en una silla de ruedas.

Desde el punto de vista criminológico la historia es una meditación poderosa sobre la causación de los delitos, mostrando que las personas se ven abocadas al delito por múltiples circunstancias más allá de su control y que existe solamente una fina línea entre una persona buena y una mala.

Watchmen, un nuevo mito

Watchmen, publicado en 1986, fue una colección fuera de la continuidad de DC, ideada por Alan Moore, donde introdujo dos generaciones de superhéroes y deconstruyó el género superheroico para hacer reflexionar a los lectores acerca de la bondad y el altruismo.

Los nuevos héroes son en algunos casos irreflexivos, inestables mentalmente, cuando no psicópatas, lo que hace surgir la cuestión ¿Quién vigila a los vigilantes?

Watchmen HBO

En esta obra bajo la influencia del peligro nuclear latente en la década de los años ochenta del siglo XX, Alan Moore trato la corrupción del poder absoluto, el rol que deberían tener los héroes en una democracia, los daños colaterales de las intervenciones de los superhéroes, el uso de la fuerza letal por estos y la paranoia entre la ciudadanía.

Este nuevo punto de vista, donde el lector tenía que posicionarse en un entorno nuevo sobre la labor de los héroes fue una novedad absoluta, abandonando la dicotomía entre blanco y negro, bien y mal, sustituyéndola por una más realística, donde tendrían cabida toda la escala posible de grises.

Justicia, crimen y antihéroes

En Caballero Luna: Puño de Konshu (1985), el jeque Ahmed Aziz está obsesionado con la restauración del Antiguo Egipto. Por lo que la representación de los terroristas de los años ochenta va tomando forma en diferentes historias.

Otro ejemplo, también en Marvel, se mostró en The Punisher: Nuclear Terrorist over Time Square (1987), un grupo de árabes roban un kilo de plutonio para explotarla en Nueva York, fusionando el miedo a la guerra nuclear de los años ochenta con la construcción del villano árabe.

Nuevamente, para enfatizar la nueva visión del mal desde el punto de vista norteamericano, los jeques árabes se representan vestidos con chilabas y pañuelos, con la voluntad de dominar el mundo a través de negocios y políticas corruptas.

The Flash 2x01
The Flash con el respaldo de la policía

El problema del delito en los cómics representa un punto de crisis en la comunidad que representa y necesitan de la labor del héroe para poder dar justicia a esa comunidad.

Aunque el delito sea un problema de nivel macro, tanto social como político o moral, el problema suele ser individualizado en un villano concreto o un grupo de ellos que actúan en su propio beneficio.

Los problemas delictivos más representados en el cómic son el terrorismo, la corrupción gubernamental, el crimen organizado y la delincuencia callejera o delincuencia menor, que era la predominante en las historias clásicas del género.

Los agentes de la ley son normalmente incompetentes y no son capaces de controlar la amenaza que representa la delincuencia. En Two Face: Year One, el fiscal de distrito de Gotham Harvey Dent le dice a Batman que el juicio contra Falcone, es poco más que un arañazo a la mafia.

En ese mismo cómic, unas páginas después, uno de los acusados arroja ácido a la cara del fiscal, desfigurando su cara, creando al personaje Dos Caras, que determina si una persona es culpable o no al lanzar una moneda.

El deseo de emular en parte al mundo real hace que las agencias gubernamentales se plasmen en los cómics, que utilizan la terminología y las siglas de los cuerpos de seguridad, aunque sea en situaciones improbables, pero dando como resultado historias entretenidas.

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