Triunfo y tragedia

Si algo ha marcado al personaje de Spiderman desde su primera aparición es, sin lugar a dudas, la muerte de Ben Parker. El tío Ben, al que de forma póstuma se le acabaría adjudicando esa frase de “Todo gran poder conlleva una gran responsabilidad”, se convertiría así en una figura equiparable tan solo a los padres de Batman en cuanto a la importancia que tuvo su muerte. Pero curiosamente Peter Parker no era un niño probeta, sino que tenía padres. Y sí, también estaban muertos…

Pero los padres de Peter no fueron, al menos en su concepción, figuras importantes a la hora de moldear el carácter de su hijo. Eso no quiere decir, obviamente, que todo lo que durante años se ha estado desvelando sobre ellos con la intención de sorprender al lector con el más difícil todavía no sea de suma importancia.

Cuando la vida editorial del personaje llegaba ya a las tres décadas fue cuando la mayor sorpresa llegaba a este respecto. En el anterior tomo de esta línea el guionista David Michelinie ya había dejado pistas para lo que estaba a punto de acontecer en este volumen, que es ni más ni menos que el regreso a la vida de los progenitores de nuestro héroe.

Si bien es cierto que el propio guionista asegura que en el momento en el que introdujo esta idea no sabía aún como iba a acabar esto (¿era una ilusión, un engaño o realmente los padres de Peter estaban vivos?), para el lector contemporáneo es evidente que hay algo raro en este milagro, algo especialmente notable cuando la propia May Parker comienza a sospechar…

Y como no podría ser de otra forma, el final de este arco argumental hace honor al título que lleva este tomo y supondrá todo un revés en la vida de un Peter Parker cuyo tormento va muy acorde con el estilo del cómic de los superhéroes de los años noventa, lo cual no le sienta precisamente bien a un personaje como este…

Malditos noventa

Y es que a pesar de que el testigo como principal responsable de los guiones de Spiderman lo recogería un autor tan estupendo como es J. M. DeMatteis de las manos de Michelinie, el signo de los tiempos se hace notar en los cómics incluidos en este recopilatorio.

Ya no es solo el hecho de llevar la serie hacia su lado más oscuro, lo cual no es necesariamente malo (recordemos que La última cacería de Kraven es una de las obras más respetadas de Spiderman), sino que da la impresión de que se pierde el rumbo y pasamos de una historia a otra sin llegar a nada que tenga realmente interés.

Pero el colmo es todo lo que se hace con el personaje de Mary Jane Parker, que más allá del hecho de andar ligera de ropa constantemente sin demasiada justificación, acaba por resultar un incordio y un lastre. Leyendo estos números se entiende la posterior decisión editorial de tirar abajo este matrimonio…

A pesar de todo, también vamos a tener en este tomo un buen número de motivos para que el lector asiduo al trepamuros no pierda la ilusión. Habrá contactos con el mundo de los simbiontes y se pasarán por aquí otros héroes de La Casa de las Ideas como Hulk o Capa y Puñal, pero también habrá espacio para que se pasen personajes que a día de hoy poca gente recuerda, como los inefables Corredor Cohete y Demonio Veloz…

Aunque quizás uno de los episodios que con más cariño se recuerdan de los presentes sea aquel en el que ese eterno octogenario conocido como El Buitre urde un plan, el primero de muchos, para vencer al paso del tiempo a costa del sufrimiento ajeno. Ay, Adrian Toomes, todo sería mejor si aceptaras que ya no eres el joven que alguna vez fuiste…

El tomo de Marvel Héroes. El Asombroso Spiderman 8 – Triunfo y tragedia publicado por Panini Cómics en tapa dura contiene 744 páginas a color con un tamaño de página de 17 x 26 cm e incluye la traducción de la edición americana de los números The Amazing Spider-Man 381-393, Spider-Man 45, The Spectacular Spider-Man 211 y Web of Spider-Man 112, con material de Spider-Man Unlimited 1-2, The Amazing Spider-Man Annual 25-28, The Spectacular Spider-Man Annual 11-12 y Web of Spider-Man Annual 7-8.