¿Por qué desapareció la Casa? ¿Quién provocó el Apagón y el Lapso? ¿Cuál es la verdadera antinaturaleza de la ficción? ¿Qué es el Medioverso? A continuación las incómodas respuestas en la tercera parte de Lágrimas del cielo
Enero de (ilegible):
Mi nombre es (ilegible) y he de admitir que a veces siento algo que debe ser lo más parecido a lo que la gente llama “remordimientos“. Pero sentir es una debilidad y no se consuman logros sintiendo debilidades. Ni al dejar atrás a mi propia progenie, el pequeño (ilegible). Ni abandonando esa ficción matrimonial (ilegible) que sostuve con (ilegible) y que, probablemente, nos pasará factura a todos los que pertenecemos a (ilegible).
Febrero de (ilegible):
Por fin hemos logrado unos cálculos exactos. No más errores. No más derrota. No debemos dejarnos llevar por nímias trivialidades como el éxito o la efusividad. Al lograr (ilegible) nos encontramos ante (ilegible), un modo para que (ilegible) sea todo lo que necesitamos para entender (ilegible) y por ende, manipular (ilegible) con fines ontológicos y pentadimensionales.
Marzo de (ilegible):
Pese a nuestra evidente victoria sobre la narrativa consecuencial del espacio y el tiempo, cuyo flujo y permutaciones creímos haber dominado, ocurrió lo imposible. Pese a que logramos reescribir la mismísima existencia mediante el proceso de borrado , no supimos preveer la exacta e inédita resistencia al olvido de la idea absoluta: El.
Nuestro mayor pecado -previsiblemente- fue el orgullo desmedido. Ni siquiera entendimos que la Casa no se podía definir mediante los parámetros “cosa“, “lugar” o “algo“. De hecho, no era siquiera parametrable y sí lo más parecido a un organismo existente y lo contrario al mismo tiempo. Ni siquiera imaginamos lo que habíamos aniquilado.
Imbéciles. Necios y profundamente osados nos estrellamos contra la mil veces nacida idea de la no rendición. Una idea que murió novecientas noventa y nueve veces en novecientas noventa y nueve reescrituras de realidad para llegar a un estado final que iba a ser imposible de quebrar.
El resultado hubiese hecho que la propia muerte se indignase.
Solo sobrevivimos El y yo. Solo no sobrevivimos El y yo.
Después se produjo el desgarro de todo al que llamaron más tarde el Apagón y luego y a medias, su reinicio: El Lapso. Un salto de siete años adelante en el tiempo que nadie podía explicar excepto (ilegible) y yo misma. Puesto que los había robado.
Había nacido el Medioverso.
La herida más grande jamás provocada
Abril de (ilegible):
La arquitectura del Medioverso me inquieta. Pese a ser la única que queda de (ilegible) y pese a que mi estado actual es (ilegible) he logrado extraer cierta información de la mente fracturada de (ilegible), el hombre con el que me permití experimentar una tediosa ficción matrimonial. Si bien no estaba en mis planes asesinarle con ello, tampoco es una gran pérdida.
Además, el aparente caos que registró en las paredes de su vivienda resultó ser la estricta cartografía del propio Medioverso. Eso me beneficiará más adelante, igual que la reacción en cadena que esta muerte ha provocado en (ilegible), mi progenie.
Sea como sea debo seguir investigando en qué me he convertido. Aprender qué soy ahora y discernir qué hacer a continuación. Quizá esté sola, pero eso no impedirá que mis propósitos resulten esta vez. El error primordial fue la confianza…y puesto que (ilegible) ya no existe, ahora puedo proceder como debí haberlo hecho desde el principio.
Mayo de (ilegible):
El mapa del Medioverso se ha revelado para mí como la respuesta que necesitaba desde un principio. Si (ilegible) no se hubiesen centrado en la explotación material resultante de la aniquilación de la Casa (un suicidio en toda regla) en lugar de discernir la naturaleza axial de (ilegible), ahora seguirían con vida más allá de la misma. En su lugar y desde sus cenizas me alzo contemplando dos verdades ineludibles.
La primera verdad es que ahora estoy en todas partes. En todo momento y lugar. Puedo existir en toda dimensión imaginable porque, paradójicamente, no existo: Soy ficción. Por tanto perduraré.
La segunda verdad es qué es el Medioverso. Y debo decir que es tan sencillo de entender que resulta hipnótico creerlo. El Medioverso es la naturaleza del empate hecha forma y nada al mismo tiempo. Retales de realidades anteriores y vacíos inexplicables conviviendo al mismo tiempo en un cuerpo complejo que abarca lo que es y no es. La mitad de lo que no era y la mitad de lo que era danzando conjuntamente para evitar la mutua descompensación.
Y yo (ilegible) soy su madre. Su madre amnésica rogando por recordar el instante en que sucedió todo. Su madre recordándolo.
YO (ilegible). YO (ilegible) . YO (ilegible)
Junio de (ilegible):
Tengo hambre. Me aburre la espera. Me aburre la espera. Tengo hambre.
(Ilegible) . (Ilegible) . (Ilegible) . (Ilegible) . (Ilegible) . (Ilegible) .
Ojalá hubiésemos entendido los motivos de El.
Ojalá no hubiésemos entendido los motivos de El.
Me odio.
Julio de (ilegible):
Condenada a vivir. Perdiendo el norte. Las palabras se desprenden como el agua en un estanque con bonitas carpas. Cuando era niña mis padres me llevaron a contemplar un estanque con bonitas carpas, sí. Esos bigotudos peces saltarines llenaron mi corazón de regocijo y paz. Ahora me siento tan y tan sola…
Todo es amor en un mismo lugar
Agosto de (ilegible):
Mi niño asesinó sin querer a un contricante en combate. No es culpa suya pero la culpa lo devorará por dentro. Eso es culpa mía.
Soy una madre horrible y mis recuerdos son mentiras, mentiras y más mentiras.
Septiembre de 2001:
Hoy es día once. Ha ocurrido. Los enemigos de los Estados Hermanos de Vernia han derribado las Torres Trillizas de la ciudad de Nueva Dublín. Secuestrando y luego inmolándose con tres Concorde que estrellaron contra ellas. Un cuarto Concorde pretendía impactar contra el Triángulo, en la ciudad capital del país: Wolcotton. Por suerte para funcionarios y el pánico generalizado de la población mundial, un ser imposible logró impedir el ataque terrorista (sin incidentes, ni víctimas mortales) para luego marcharse como si no existiera.
Porque no existía.
Octubre de 2041:
La Casa era una buena idea. No deberíamos haber hecho lo que hicimos. Rezo por vez primera con el fin de que El lo arregle todo…con éxito.
Noviembre de 2042. Mi confesión:
“Me llamo Lorna Macson-Bilbao. Hace años, en otro tiempo; en otra vida, literalmente hablando, quise abandonar una existencia de miseria y salvajismo social sometiendo mi mente al incesante estrés del estudio con el fin de lograr cambiar una realidad que parecía destinada a provocar dolor a todos los que la transitaban.
Atrapada en el conocimiento y sobrepasando concienzudamente todas las excelencias imaginables, la organización llamada (más bien susurrada) Los Arquitectos decidió reclutarme para rediseñar la mismísima realidad que tanto daño me provocó a mí y a mis seres queridos. Acepté.
Durante años diseñamos el llamado Plan Alfa / Omega y después empezamos a manipular el tejido del ser que la mayoría de gente conoce como Universo y que nosotros bautizamos como Macroverso en el momento en que comprendimos que su escala nos indicaba una estructura parecida a un telar (o un tebeo) donde cada uno de sus aspectos se conectaba por hebras de tiempo sólido.
Nuestro primer error y el más grave lo cometimos al encontrar la Casa y aniquilarla. Puesto que la integridad del Macroverso dependía de la misma y la necesidad de un El surgido cíclicamente era indispensable para perpetuarla.
El resto de errores no merecen otra calificación que la de estupideces imperdonables.
Aunque espero que un día alguien pueda perdonarme por ello”.
Diciembre de 3003:
El nos salvó a todos. El pudo perdonarme. El me arregló. Si estas leyendo esto sabrás que vives en el mejor de los mundos probables.
El mundo en que todo salió bien.
(Continuará)
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