Reseña de Batman/Catwoman

Un epílogo a la altura

Tom King fue el encargado coger el relevo de Scott Snyder al frente de la serie regular del Caballero Oscuro allá por el año 2017, coincidiendo con el final de la etapa de Los Nuevos 52 y abriendo lo que sería Renacimiento. Ofreciendo algo completamente distinto a lo visto con anterioridad en el personaje, la trama de King se fue cociendo a fuego lento a lo largo de múltiples arcos argumentales de variada extensión que acabaron formando posiblemente la época de mayor gloria para una serie regular protagonizada por el Cruzado Enmascarado.

Sin embargo, el final de esta etapa no estuvo ausente de polémica. Durante su desarrollo el guionista había hablado siempre de que dejaría la serie cuando hubiera escrito cien números, sin embargo la acabó dejando antes de haber llegado a los noventa (contando ya números anuales). Los motivos no están claros, pero puede ser porque las ventas no fueran las esperadas (vendía bien, pero no tanto como Snyder), porque el guionista estuviera ya agotado o por algún tipo de trifulca interna en las oficinas de la editorial debido a una lucha de poder (algo bastante habitual durante aquellos años).

Pero como King es cumplidor, enseguida se puso a construir lo que se acabaría convirtiendo en una serie limitada de doce números que, según sus cuentas, acabarían por rematar la prometida etapa de los cien números. Y así es como llegamos a este broche de oro final para una era magnífica…

Amor eterno

Love Everlasting es el último trabajo de Tom King (junto a la dibujante Elsa Charretier), y su título encaja a la perfección con la relación que el guionista ha construido entre los dos protagonistas de esta historia.

La trama se desarrollará paralelamente en tres momentos distintos de la vida de Selina. El primero, cuando era una joven villana de Gotham City y compartía golpes y charlas con gente tan poco recomendable como el Joker. Esa fue la época en la que el romance con Batman se originó, cuando ambos eran enemigos, cada uno a un lado moral distinto, compartiendo noches de persecuciones por las azoteas, de insinuaciones calenturientas, de patadas y puñetazos y de besos robados.

El segundo, cuando su relación amorosa está ya establecida pero la llegada de un nuevo personaje la amenaza. Se trata de Andrea Beaumont, a la que conoceremos más bien por el nombre de El Fantasma, un antiguo amor que llegará para sembrar el caos y la discordia.

El tercer momento es tras la muerte de Bruce, con una anciana (pero aún guapa y en forma) Catwoman que ha vivido una vida plena y feliz junto a su pareja y a la hija que han tenido juntos: Helena Wayne, conocida por los maleantes de la ciudad como Batwoman. Ahora que Batman no está ya ahí para controlarla, Selina aprovechará para saldar algunas cuentas que tenía pendientes de una forma que su marido no hubiera aprobado…

King es exigente con el lector y no deja que este se acomode en ningún momento. La narración no busca complacer, sino que está continuamente desubicando debido a la complejidad de mantener las tres líneas temporales en paralelo conectadas por hechos que tardan en revelarse, necesitando de esta forma un notable esfuerzo para seguir la trama sin perderse. Por suerte, el buen hacer de este autor hace que lo que en manos de otro podría haber sido un dolor de cabeza aquí sea un viaje emocionante que fluye con naturalidad lleno de momentos geniales.

La máscara del Fantasma

Los lectores más veteranos seguramente se acordarán de una película de animación de principios de la década de los años noventa titulada Batman: la máscara del Fantasma. Es ahí donde se presentaba por primera vez a Andrea, quien acabaría apareciendo también en series de televisión y videojuegos. Pero no sería hasta esta serie cuando, al igual que hizo en su momento Harley Quinn, terminaría por dar el salto desde la animación de Bruce Timm a las viñetas.

En la película Andrea llegó a estar prometida con Bruce en su juventud, antes de convertirse este completamente en el protector de Gotham City. Pero los tratos de su padre con la mafia ocasionaron su desaparición del continente de forma repentina y la ruptura del compromiso. Años más tarde Andrea regresaría para vengar la muerte de su padre (deberle dinero a la mafia nunca acaba bien) bajo la identidad de El Fantasma.

Aquí King recogerá el concepto original de este personaje y lo moldeará a su estilo para convertirlo en uno de los antagonistas de esta obra, convirtiéndolo en alguien mucho más interesante de lo que se podría esperar, no solo por todo el misterio que lleva consigo sino también por los extraordinarios momentos que tiene a lo largo de la serie.

La pareja definitiva

A lo largo de su vida editorial Batman ha tenido relaciones de naturaleza romántica con muchos personajes. Desde la rica heredera Silver St. Cloud hasta la periodista Vicky Vale pasando por Julia Pennyworth (la hija de su mayordomo), por la traicionera Jezebel Jet, por la superheroína Zatanna Zatara e incluso, obviamente, por la madre de su hijo, Talia Al Ghul.

Pero por si a alguien le quedaba alguna duda sobre que el auténtico y más grande amor en la vida de Bruce Wayne es Catwoman, en este tomo se incluyen también algunas historias al margen de la serie principal (todas ellas escritas por el propio Tom King) que ayudarán a definir y enriquecer esta relación.

Y no solo para eso servirán, sino que también permitirán al lector disfrutar del arte de un montón de dibujantes de primer nivel, incluso a pesar de lo alto que deja el listón el gran Clay Mann en la serie principal, con ese estilo a medio camino entre el noir clásico y el cómic superheroico más moderno. Así será como tendremos por aquí también a gente como John Paul Leon, Liam Sharp, Michael Lark, Lee Weeks, Walter Simonson, Tomeu Morey o el siempre fantástico Mitch Gerads.