Hijos de la Alhambra. Los viajes de Alexandre Ícaro es una obra original de Paco Roca ambientada en la fortaleza homónima durante el romanticismo, reeditada por cARTEm Cómics
Paco Roca es uno de los artistas españoles más insignes del noveno arte, con una dilatada experiencia profesional reconocida allende de nuestras fronteras, con un estilo propio de guion y dibujo que le hace fácilmente reconocible por los autores.
Por otra parte, cARTEm Cómics ya se ha asentado como una de las editoriales del panorama hispano, con un catálogo que aúna la sinergia de los clásicos como Drácula de Fernando Fernández, autores consagrados como Max Allan Collins o grandes autores noveles como César Verdúguez responsable de la entrañable Somos Probetus o Frankman Román y su trama negra en File Number: Las sombras de Board Hills.
La Alhambra como escenario
Este complejo áulico de la época islámica comenzó a edificarse en el siglo XII bajo el mandato del fundador de la dinastía Nazarí, Al-Ahmar, quien ordenó la construcción de la Alhambra sobre unas ruinas precedentes, alcanzando su esplendor a mediados del siglo posterior, durante los sultanatos de Yusuf I (1333-1354) y Muhammad V (1362-1391).
Tras la toma de Granada en 1492, fue establecida como Casa Real y, en 1526, el emperador Carlos V decide ampliar las construcciones existentes. A finales del siglo XVIII y comienzos del XIX se abandonó paulatinamente, habitado únicamente por personas muy humildes, hasta que en 1870 se declaró monumento nacional y a partir del siglo XX comenzó su resurgir.
Hijos de la Alhambra es una historia clásica de aventuras, donde se mezcla perfectamente la historia con el misterio, de la mano del protagonista, Alexandre Ícaro, un joven pintor parisino que viaja hasta el sur de la España decimonónica de mediados de siglo, donde compartirá protagonismo con una joven granadina y un oficial del Ejército español.
Alexandre Ícaro toma la decisión de trasladarse a Granada para pintar la Alhambra, donde descubrirá que se han cometido varios asesinatos, quizá relacionados con la leyenda local, que hablaba de un inmenso tesoro ocultado por los habitantes de la ciudad antes de la entrega de la ciudad a los Reyes Católicos.
La inocencia e ingenuidad del francés, un romántico al uso, se suple por el pragmatismo de Isabel y la experiencia del militar, Fidel Badía, quien ha visto a la Parca de cerca en más de una ocasión por su profesión. El pintor con el brío y el optimismo de la juventud, se adentra en los misterios que esconde la Alhambra, acabando en un mundo en nada envidiable a los creados por Lovecraft.
Paco Roca guionista y artista
La editorial francesa SAF -Strip Art Features- dentro de su sello Erko, fue quien publicó por primera vez esta obra en 2003, con el título ‘Les voyages d’Alexandre Icare 1: Les fils de l’Alhambra’; pero no fue publicada en castellano hasta 2007, coincidiendo con la exitosa Arrugas, del autor valenciano.
En Hijos de la Alhambra, Paco Roca comenzó a mostrar su genialidad como guionista, aunque en esta obra no profundizase mucho en el aspecto psicológico de esta. Por el contrario, el lector sí puede observar la gran recopilación de información previa sobre el tema que hace Roca, de hecho, el título es la expresión utilizada por Washington Irving en su obra al referirse a los humildes habitantes del bastión granadino en el siglo XIX.
La trama es muy sencilla y bastante previsible, con personajes arquetípicos, pero solvente para la obra, sabiendo conjugar situaciones más sosegadas con momentos de alta intensidad narrativa, sobre todo en el último tercio del volumen. Además, a través del guion, Paco Roca muestra diferentes historias y particularidades reales de la Alhambra.
El aspecto gráfico del cómic es muy bueno, puesto que el reconocible estilo de Paco Roca y sus trazos limpios es idóneo para representar a los personajes, haciendo que el lector empatice con ellos o le resulten sospechosos desde un primer vistazo, como en su obra contra los expolios marinos.
La composición de las viñetas y el encuadre en cada una de ellas son esenciales para resaltar la trama, pero además la iluminación utilizada por Roca, tanto artificial como natural, hace que sea un excelente trabajo visual, acompañado por un color acorde a esa puesta en escena pergeñada por el valenciano.
La edición de cARTEm Cómics
La editorial cARTEm ha publicado Hijos de la Alhambra, dentro de su colección Clásicos, en un tomo de 60 páginas, con cubierta de tapa dura y unas dimensiones de 22×29.5 centímetros; todo ello, con la habitual gran calidad a la que se ha acostumbrado la editorial y uno de los puntos fuertes de esta.
En conclusión, Hijos de la Alhambra. Los viajes de Alexandre Ícaro de cARTEm Cómics es una gran lectura para cualquier lector, sea habitual de las obras de Paco Roca o un neófito del gran autor valenciano. Además, es un cómic de aventuras, con un toque de terror, cuya lectura es amena y fluida.
“Hijos de la Alhambra” narra una historia ambientada en pleno romanticismo español sobre una antigua leyenda mozárabe. ¿Esconde la Alhambra un tesoro? ¿Existe realmente una maldición?
Hijos de la Alhambra cuenta una historia ambientada en pleno romanticismo español, cuando numerosos artistas e intento de ello recorrían nuestra península en busca de material exótico con el que inspirar sus obras.
A mediados del siglo XIX, la fortaleza musulmana de la Alhambra es uno de los rincones preferidos por los viajeros románticos europeos y americanos. El francés Alexandre Ícaro es uno de los que llega hasta este lugar emblemático de Granada en busca de un lugar exótico y del ambiente que se plasma en los cuentos árabes.
El protagonista es un pintor francés del romanticismo que, en una época en la que no existía la fotografía, debía viajar por Oriente para captar aquellas exóticas imágenes. La antesala de oriente es la Alhambra de Granada. A su llegada, descubre una fortaleza en ruinas habitada por vagabundos y sobre la que pesa una maldición, escondida en lo más profundo de sus estancias junto al tesoro de los musulmanes.
