Reseña de Marvel Omnibus. Conan el Bárbaro: La Etapa Marvel Original 8

Llega Val Semeiks

En el anterior tomo habíamos presenciado la llegada de Christopher Priest (entonces conocido aún por su verdadero nombre, Jim Owsley) a la serie en calidad de guionista tras su temporada como coordinador editorial. En su etapa, caracterizada por un tono back to the basics sazonado con unas pizcas de humor, le acompañaron unos cuantos dibujantes, pero quizás el más definitorio para estos años fue Val Semeiks, quien se encargará de casi la totalidad de los números incluidos en este volumen (completa su trabajo un siempre genial Andy Kubert y Vince Giarrano).

Semeiks no solo es el máximo responsable del apartado gráfico aquí sino que también colaborará junto a Priest en el guion en no pocas ocasiones, siendo esto un síntoma de la buena relación y sincronía entre ambos autores. Si bien este dibujante no pasaría a la historia por ofrecernos las historias del cimmerio mejor narradas, sí le aporta a estos cómics un estilo europeo que casa muy bien con el tono de estas aventuras. Junto a él veremos aquí en las tintas principalmente al gran Geof Isherwood, pero también a otros entintadores de prestigio como son Vince Colletta y Alfredo Alcalá.

El regreso de Wrarrl, el Devorador de Almas

Ya en el anterior tomo habíamos visto brillar como villano al Devorador de Almas, esa especie de Magneto vikingo con poderes mágicos, y aquí vamos a ver su regreso después de su humillante derrota pasada. Pero esta vez Conan va a necesitar la ayuda de uno de sus mayores enemigos si quiere sobrevivir a esta aventura…

Son Goku formó equipo con Vegeta, Buffy Summers unió fuerzas con Spike, Dominic Toretto hizo equipo con Deckard Shaw y ahora Conan se ve obligado a recurrir nada más y nada menos que al hechicero Thulsa Doom (encarnado en la primera película de Arnold Schwarzenegger por James Earl Jones) para derrotar a un enemigo que parece más grande que ambos por separado.

Pero no será este el único invitado especial que veremos pasar por la saga del Devorador de Almas, sino que también disfrutaremos de la presencia de Red Sonja, que vivirá unos momentos realmente duros que la dejarán al borde de la muerte tras un enfrentamiento con la criatura llamada Bahkt, que parece una especie de vampiro samurai cachas. Desde luego el diseño de personajes en estos números no está falto de originalidad…

La Trilogía de Heku

Si estuviéramos en nuestro mundo en lugar de en la Era Hiboria se podría decir que a continuación Conan viajará hasta el Japón feudal para vivir una aventura clásica al más puro estilo Lobo Solitario y su cachorro, donde vivirá momentos trágicos en los que pesan más las decisiones que deben ser tomadas que el hecho de que tal o cual personaje perezca…

Hemos visto previamente desarrollarse la relación de amistad entre nuestro cimmerio y Kobe, el príncipe de Khitai, y ahora veremos como esa amistad es puesta a prueba cuando ambos se vean obligados a combatir a muerte por el trono de su reino. Esta trilogía será la prueba definitiva de que Priest no se contentó con devolver la gloria pasada a una serie que estaba de capa caída cuando él llegó, sino que además se esforzó por ofrecer historias con mayor profundidad que las que habitualmente habían sido ofrecidas en esta cabecera desde sus inicios. Sí, puede ser que el lector clásico de Conan se conformará con lo de siempre, pero no cabe duda de que Priest quiso subir el nivel aún así…

Lo maravilloso de este tomo es que logra definitivamente que el lector recupere la ilusión por esta serie, que quizás había quedado relegada a un lugar secundario en beneficio de otras series de mayor calidad protagonizadas por Conan. El recuperar la esencia original evolucionando el tipo de historias a contar fue la clave de un éxito que no termina en este volumen, lo cual coloca sin lugar a dudas a Priest como uno de los grandes autores en la historia del personaje.

Una edición de lujo