Analizamos 5 aspectos de la nueva entrega de Indiana Jones que a nuestro parecer podrían haberse mejorado
La quinta entrega del arqueólogo más famoso del cine, Indiana Jones, ha llegado a la gran pantalla de los cines de medio mundo y muchos somos los que ya hemos podido disfrutar de ella. Si bien es cierto que algunos como yo íbamos con las expectativas muy bajas después de la última entrega, también teníamos ganas de volver al bueno de Harrison Ford coger el látigo una última vez. Si queréis saber cual fue nuestra impresión de la película tenéis nuestra reseña justo aquí.
Aunque he de reconocer que la película me gustó más de lo que esperaba, en este artículo nos gustaría resaltar 5 aspectos de la película que no terminaron de convencernos. Esta lista va a ser algo muy personal, por lo que puede que no coincidáis del todo con ella. Sin más, ahí vamos, directos al barro:
El rejuvenecimiento por ordenador no termina de convencer
Sí, volver a ver a Harrison Ford con 40 años menos me tocó el corazoncito. Lo reconozco. Pero sigo sin entender como es posible que Hollywood sea capaz de lo mejor y de lo peor cuando hablamos de de-aging. Y en esta ocasión el trabajo de rejuvenecimiento no me ha parecido que estuviese a la altura. Viendo las cosas que ya se pueden hacer, y que incluso algunos fans son capaces de hacer desde sus casas por amor al arte, no entiendo que en superproducciones como esta aun se les vean las costuras.
Ese niño no es Tapón
Para un servidor este fue un problema importante que me sacaba a veces de la película. Ya no solo de esta película, de todas en las que hay niños protagonistas. Muchos directores (Spielberg entre ellos) siempre han dicho que trabajar con niños no es sencillo. Pero a veces el buen hacer del director y el talento del actor consiguen resultados bastante buenos. No ha sido el caso en esta ocasión, al menos no para mí.
El joven Ethann Isidore (16 años) no es Tapón, y su papel llega a ser entre anodino e innecesario. A ratos me recordaba a la joven Vanessa Chester en “The Lost World”, un personaje que ralentiza la película y en su totalidad resta más que suma. Y eso he sentido con el personaje de Teddy, por más que me duela decirlo.
Sinsentidos del guion
Y de esto también hay mucho en la película. Y ahora es como si pudiese escucharos: “pero Joselito, Indiana Jones siempre ha sido una saga con toques fantásticos”. Y sí, os doy la razón. Pero en esta, al igual que pasaba en “Indiana Jones y la calavera de cristal” (duele solo mencionarla) son muchas las cosas que para mi gusto sobran o podrían haberse llevado de otra manera. Cosas como que secuestren a ciertos personajes y parezca darnos igual, o que sepamos conducir de repente una avioneta en las peores condiciones climatológicas posibles provoca en mi deseos de atragantarme con las palomitas dulces que en ese momento degustaba.
Una duración un tanto excesiva
Otro problema del que claramente no solo palidecen las películas de ciencia ficción. Sus casi 2 horas y media terminan haciendo de Indiana Jones y el dial de destino una película muy larga a la que le sobra metraje en escenas como la persecución por las calles de Tánger o el climax final. No le hubiese venido mal 20 minutos menos de metraje.
El final que tuvimos pero no el que esperábamos
Y aquí es donde no terminamos de ponernos de acuerdo aquellos que fuimos a verla. Ojo, spoilers como músculos de Stallone a continuación. ¿Seguimos aquí? Perfecto. Al final de Indiana Jones y el dial del destino nuestro héroe viaja en el tiempo y termina expresando el deseo de quedarse allí lo que le quedase de vida, que no parecía ser mucho. Ese deseo no le es concedido, ya que la actriz que da vida a Helena, Phoebe Waller-Bridge, le deja KO y le lleva de regreso a su tiempo.
¿Debería Indiana Jones haber terminado sus días en el pasado del que tanto había estudiado y que tanto amaba? ¿O debería haber terminado exactamente como lo hizo, junto a Marion en su presente viviendo su vida tal y como debía ser? Personalmente creo que hubiese sido un giro bastante bueno el haberse decantado por la primera opción.
Estas han sido las 5 cosas que, a título personal, me hubiese gustado ver de forma diferentes. ¿Es Indiana Jones y el dial del destino una película perfecta? No. El listón estaba muy alto y ya con la cuarta entrega quedó claro que revivir las aventuras de Indi al nivel que los fans querriamos es una tarea complicada. Pero sí que es una despedida más que digna para el personaje, divertida y entretenida, que no se deja arrastrar en exceso por los errores que pueda tener.
