Hablamos de la película sobre Spiderman que James Cameron estuvo a punto de dirigir
Tras la finalización de la serie de Spiderman protagonizada por Nicholas Hammond y del proyecto sobre el personaje que Cannon Films no consiguió sacar a flote, aún hubo que afrontar un último intento fallido antes de que Tobey Maguire consiguiera encarnar al superhéroe a la gran pantalla con la película Spider-Man (2002). El producto habría visto la luz en la década de los noventa y James Cameron habría sido su director.
Aunque Cannon Films se hallase en quiebra, Menahem Golan aún poseía los derechos cinematográficos de Spiderman, ya que reactivar 21st Century Films, una productora que había abandonado muchos años atrás, le sirvió para renovar el contrato, que finalizaba en 1990, por un año más. En busca de financiación, Golan logró que Viacom adquiriera los derechos televisivos mientras que Columbia Tri-Star se quedaba con los de vídeo. Sin embargo, cuando el presupuesto del proyecto engordó entre diez y quince millones de dólares se dieron cuenta de que necesitaban aún más si querían hacer una película en condiciones.
El nacimiento del proyecto del Spiderman de James Cameron
No obstante, un año después, dado que la película aún no había arrancado, Golan trató de colocarle el proyecto a alguien y desentenderse de él. Afortunadamente, el estudio independiente Carolco le propuso el trato de su vida: pondrían cincuenta millones para rodar la película, 21st Century Films se llevaría cinco y Golan se quedaría con uno. Para que la idea sonara aún más apetecible, se eligió a James Cameron como director, una noticia que se publicitó por todo lo alto en las cabeceras de Marvel.
Actores que terminaron descartándose y un villano de creación propia
Con tres millones de dólares como incentivo, proporcionados por el estudio Carolco, James Cameron redactó un tratamiento del guion de unas setenta páginas y, en un principio, llegó a considerar que Michael Biehn y Arnold Schwarzenegger, los protagonistas masculinos de la película Terminator (1984), dieran vida a Peter Parker y el Doctor Octopus, respectivamente.
Desechada la idea inicial, se decidió que el villano principal de la historia sería un personaje de creación propia llamado Carlton Strand, cuyos poderes guardaban bastante similitud con los de Electro, a quien prestaría ayuda una libre versión del Hombre de Arena.
Al inicio de la película, Peter Parker ya estaría consolidado como Spiderman, por lo que se recurriría al flashback para contar su origen. No obstante, la tía May, el tío Ben, la adolescencia complicada del empollón protagonista y Mary Jane Watson, cuyo primer novio sería Flash Thompson, estaba muy presentes en el guion.
Una historia y personajes muy similares a los cómics
En el storyboard de James Cameron, en el que los personajes se parecían mucho a sus versiones del cómic, se reflejaba la picadura de la araña, mientras Peter Parker sacaba fotos en una exhibición científica. Después de sufrir una serie de alucinaciones, el joven descubriría que veía mejor sin gafas.
A la mañana siguiente, Peter se daría cuenta de que había una sustancia pegajosa en su sábanas y de que unos espolones, surgidos en sus muñecas, segregaban telarañas. A continuación, iría descubriendo su velocidad, su agilidad, su superfuerza y lo adecuada que era su capacidad de pegarse a las paredes para espiar a su pelirroja vecina en ropa interior.
Por supuesto, el libreto de James Cameron continuaba con la confección del traje de Spiderman, el salto del personaje al mundo del espectáculo, la muerte de Ben Parker, el origen del villano y el odio irracional que J. Jonah Jameson le tenía al superhéroe, aunque aquí se le mostraba como propietario de una cadena de televisión.
El amor entre Peter y MJ también presente
Tampoco faltaría el romanticismo con Mary Jane Watson, con algo de sexo incluido, en una escena que tendría lugar en el Puente de Brooklyn, después de que Spiderman salvara a la joven de una paliza que le estaba dando Flash. Mientras que, en el terreno de los efectos especiales, se encontraban una pelea contra el Hombre de Arena y una batalla en el World Trade Center (que aún existía en aquella época), en la que Carlton Strand perdería la vida después de conocer la identidad secreta de Spiderman.
James Cameron quería hacer una película de superhéroes al estilo del Batman de Tim Burton(1989), aunque también incluía palabras malsonantes y situaciones que dejaban poco a la imaginación, además de algunos momentos que hubieran obligado a una calificación R. No obstante, el espíritu del héroe que comete equivocaciones, la creación de una amenaza que podía rivalizar con la del Duende Verde y una Mary Jane que también tomaba aspectos de Liz Allan y Gwen Stacy quedaban muy patentes.
Los problemas que llevaron a la cancelación de la película
Sin embargo, mientras James Cameron desarrollaba su tratamiento del filme, los aspectos legales de la producción se encontraban en los tribunales. Menahem Golan había denunciado a Carolco por no haberlo incluido en los créditos, mientras que la Fox consideraba que su contrato de exclusividad con James Cameron estaba siendo violado.
También había problemas acerca de quién iba a tener el control de la distribución, ya que Carolco, Viacom y Columbia Tri-Star se lo disputaban, con lo que la primera de estas tres productoras, 21st Century Films y Marvel acabaron siendo demandados por las otras compañías provocando la bancarrota de las dos empresas cinematográficas, momento que MGM aprovechó para comprar, a precio de saldo, todo el catálogo de películas previsto por 21st Century Films, Spiderman incluido. Por su lado, el resto de empresas, una vez recuperadas, siguieron luchando en los tribunales.
James Cameron se había cansado de esperar y decidió desistir. En su busca de terrenos menos comprometidos acabó dirigiendo Titanic (1997) y nunca más volvió a mostrar interés por el cine de superhéroes. No obstante, en 1988, el ejemplar 81 del magacín Wizard había publicado un póster de cómo podría haber sido la película de Spiderman de James Cameron, con Leonardo DiCaprio como Peter Parker, Kevin Spacey en el papel de Norman Osborn, Nikki Cox encarnando a Mary Jane Watson, Michael Douglas interpretando a J. Jonah Jameson y Katherine Hepburn haciendo de la tía May, como se puede comprobar en la imagen inferior.
Además, James Horton habría sido el responsable del score y Digital Domain se hubiera encargado de los efectos especiales de esta película de James Cameron, cuyo estreno auguraban que tendría lugar aquel verano. En realidad, una advertencia en letra minúscula advertía que se trataba de una simple parodia, ya que la película no estaría lista para entonces. Lo que no se sabía entonces es que no lo iba a estar nunca.