Descubre la historia sobre Spiderman que no le dejaron crear a John Byrne
De cara al plan editorial de comienzos de 1999, al editor Ralph Macchio le fue ordenado reducir el número de colecciones arácnidas regulares, una iniciativa que tenía mucha lógica si tenemos en cuenta que nada menos que hasta cinco cabeceras protagonizadas por el mismos personaje estuvieron conviviendo el mismo tiempo, algo que perjudicaba sobremanera a los completistas del héroe arácnido. Así, The Spectacular Spider-Man, The Sensational Spider-Man, Spider-Man Unlimited y Marvel Team-Up ya habían pasado a mejor vida o estaban a punto de hacerlo, mientras que The Amazing Spider-Man se mantenía en pie y Peter Parker: Spider-Man iniciaba su andadura.
Howard Mackie terminaría por hacerse cargo del guion de ambas colecciones, con John Romita Jr. como dibujante de la nueva cabecera. Sin embargo, se necesitaba un artista para la colección original de Spiderman. Debido a que contaba con un buen currículum por su gran labor en anteriores proyectos, tanto de Marvel como de DC, todo parecía indicar que John Byrne era la persona ideal para ello.
El sueño de Byrne… y Spiderman
Cuando el artista regresó a las oficinas de La Casa de las Ideas, lo hizo cargado con un gran optimismo y completamente dispuesto a ocuparse tanto de los guiones como de los dibujos para arreglar lo que, según él, no funcionaba bien con Spiderman. Su idea era que, tal y como se hizo en su día con la telenovela Dallas (1978 – 1991), Peter Parker se despertara un día y descubriera que los últimos años solo habían sido un sueño.
John Byrne lo tenía todo pensado. El protagonista estaría pasando por una de sus habituales rachas de desastres, lo que le llevaría a convencerse de que, cuando existiera la posibilidad de que algo le saliera mal, eso sería lo que pasaría. Spiderman tendría estas reflexiones desde lo alto del Puente de Brooklyn, en el que rememoraría la muerte de Gwen, la del capitán Stacy y la del tío Ben, así como el accidente que le concedió sus poderes, tratando de averiguar a partir de cuándo había empezado a ir cuesta abajo. Inmediatamente después, caería al vacío, sin dejarles claro a los lectores si era voluntariamente o no.
Según el planteamiento de John Byrne, todo lo narrado en el párrafo anterior ocuparía el primer número completo de la nueva etapa. Ya en el segundo, Peter volvería a ser un adolescente que viviría en Queens con su tía May y acudiría al Instituto Midtown como cualquier chico de su edad, sin dejar de encontrarse con los secundarios habituales de dicha época. Sin embargo, en un momento dado, el joven se daría cuenta de que algo no marchaba bien. Finalmente, decidiría volver al Puente de Brooklyn, convencido de que allí podría dar con la solución, aunque sin saber de dónde procedía dicha intuición.
Spiderman contra El Conformador de Mundos
Allí, el protagonista se encontraría con el Conformador de Mundos, un personaje poco conocido que John Byrne había rescatado de la cabecera de Hulk, que era capaz de alterar las fibras de la realidad. Eso era precisamente lo que había hecho con la vida de Peter Parker. Se había sentido atraído por el dolor del personaje y había decidido devolverlo al último momento de su existencia en que había sido completamente feliz.
A Peter no acabaría de convencerle nada la idea, por lo que exigiría al Conformador de Mundos, en vano, que devolviera la realidad a su estado anterior. Sin embargo, la cosa ya estaba hecha y el protagonista iría olvidando todo lo referente a su otra vida hasta que, al cabo de nueve o diez meses, la historia de Peter Parker volvería a partir de cero y nunca más se volvería a hacer referencia alguna al Conformador de Mundos.
El fin de la historia de Byrne
Nada más enterarse de la idea de John Byrne, Ralph Macchio no tardaría en pararle los pies, ya que estaba convencido de que a los lectores no les haría ninguna gracia la idea, sobre todo después de la reacciones que habían surgido cuando se planteó la trama de que Peter Parker era un clon.
La verdad es que la idea de recurrir a que todo ha sido un sueño parece ser un comodín al que los guionistas acuden cuando no saben cómo salir de una situación. Sin embargo, la cosa puede salir bien cuando se utiliza como argumento de un solo capítulo, pero cuando abarca toda la historia conocida del personaje, como quería hacer John Byrne, carece totalmente de sentido. O si no, se lo pueden preguntar a los seguidores de la serie Los Serrano (2003 – 2008), de cuyo último capítulo hablamos en su momento.
Como ya hemos comentado, John Byrne acabaría solo por dibujar la nueva etapa de la cabecera The Amazing Spider-Man, mientras que Howard Mackie se encargaría de los guiones, cuyo primer número comenzarían con las aventuras tituladas Where r u Spider-Man???, Rebirth y The Secrets of Spider-Man.