Neil Gaiman ayudó a mantener la autenticidad de La Princesa Mononoke frente a Miramax
En los años 90, la mayoría del público occidental consideraba a Studio Ghibli como el creador de películas infantiles, lo cual es una simplificación exagerada. Sin embargo, La Princesa Mononoke es una película histórica de Studio Ghibli que va más allá de esos estereotipos y que cambiaría la visión del mundo occidental del estudio. La película está impregnada de elementos de fantasía, naturaleza y pacifismo, pero su auténtica fuerza proviene de la filosófica narrativa de Hayao Miyazaki.
No muchos saben que Neil Gaiman desempeñó un papel crucial en dar a conocer La Princesa Mononoke al público estadounidense, convirtiéndola en una de las películas animadas más admiradas y queridas hasta la fecha.
Cuando se ven los créditos de la película, es fácil perder de vista a Neil Gaiman, quien fue el traductor y guionista en inglés de La Princesa Mononoke. Su contribución fue más allá de una simple traducción, ya que escribió un guion poético y fiel a la temática de la versión japonesa. Además, Gaiman se enfrentó a Miramax cuando ellos no lograban captar las partes más sutiles de la historia y ofrecían cambios en otras direcciones.
Hayao Miyazaki también tuvo una ardua lucha contra las compañías de producción que intentaron recortar escenas o suavizar personajes, comprometiendo así su visión artística. En esta batalla, afortunadamente, no estuvo solo, ya que Neil Gaiman respaldó la visión detrás de La Princesa Mononoke y luchó incansablemente para asegurarse de que la película mantuviera su esencia para el público de habla inglesa.
El resultado de este esfuerzo conjunto fue una película histórica que trascendió fronteras y dejó una huella profunda en los corazones de los espectadores de todo el mundo.
La Princesa Mononoke, una película épica histórica de Studio Ghibli, aborda temas de ecologismo, las repercusiones del capitalismo, el desarrollo irresponsable de la tierra y la relación entre la humanidad y la naturaleza. Aunque películas como Fern Gully con temáticas similares tuvieron éxito entre el público infantil en los años 90, las películas de Studio Ghibli se adentran en temas más complejos y perturbadores, como la enfermedad, el crecimiento, la ambigüedad moral, el error humano y la violencia.
Miramax también tuvo dificultades con el hecho de que en La Princesa Mononoke ningún personaje era completamente bueno o malo, lo que les preocupaba porque creían que los niños no entenderían tanta complejidad. Sin embargo, se acabó conservando la versión fiel a la idea original que admiramos hoy en día.
