Gran Turismo: el cava es solo para el podio
Si hacemos caso a lo que nos transmite su cine, a los norteamericanos les gustan las historias de triunfadores que consiguen su sueño luchando contra todas sus adversidades. Y, efectivamente, Gran Turismo es una de estas historias. Porque no, queridos lectores, Gran Turismo no es una adaptación cinematográfica de un videojuego. De hecho, Gran Turismo no es un videojuego. Ya me entenderéis.
Basada en la historia real de Jann Mardenborough, la película narra la historia de un joven jugador de Gran Turismo que, gracias a sus habilidades con los videojuegos, gana una serie de competiciones de Nissan para convertirse en un piloto de carreras profesional.
Gran Turismo está basada en la historia real de un equipo formado por un gamer de clase obrera (Archie Madekwe), un antiguo piloto de carreras fracasado (David Harbour), y un ejecutivo idealista de los deportes de motor (Orlando Bloom) que lo arriesgarán todo para alcanzar la élite mundial del deporte.
Pues sí, esta película está basada en un hecho real. Jann Mardenborough fue el primer ganador de GT Academy en correr en monoplazas. Actualmente tiene 31 años y lleva más de 10 compitiendo internacionalmente en Super GT, Fórmula E, LMP1, LMP2 y GT3 y en 2014 ganó una carrera de GP3 con Arden Motorsport, mientras estaba en el programa de desarrollo de pilotos Infiniti Red Bull Racing, sin contar que corrió en Le Mans. En el British GT Championship fue penalizado por ir “demasiado rápido”.
No es un videojuego, es un simulador
Y este es el “mantra” que repiten desde PlayStation sobre este programa: no es un videojuego. Y mucho de ello lo veremos en esta película. La obra trata sobre una persona que lucha por conseguir su sueño. No es que tenga al mundo en contra, pero no le comprenden. Y es que, si un gamer de coches de carreras dice que quiere competir con coches de verdad, lo menos que hará la gente es tomarle por loco.
Así que lo que veremos en Gran Turismo es la historia de un joven con gran talento y del “sargento” o entrenador duro y curtido que a pesar de sus reticencias iniciales, termina por ver ese talento y la pasión y creerá en él, trata de la lucha de Jann por conseguir su meta: ser corredor de coches (reales). Spoiler: lo consigue 😊
Pero lo importante no es el final (ninguna sorpresa, además de ser historia contemporánea), lo importante es cómo la película nos muestra todo ese viaje. Y lo hace de una forma magnífica.
Gran Turismo, el simulador de carreras, apareció hace ya 26 años. Fue en 1997 cuando Sony mostró al mundo un “juego” que cambiaría las reglas con unos coches más realistas, un sistema de juego innovador y un excelente apartado técnico que aprovecharía al máximo todo lo que la consola (entonces de 32 bits) podía ofrecer, todo debido a la obsesión por el detalle y el amor por el automovilismo de Kazunori Yamauchi, el principal responsable de la saga.
El que esto escribe no es un gran fan de los juegos de Gran Turismo, ni siquiera soy bueno con los juegos de conducción (mi método normal es poner los ajustes en automático), pero esta película ha conseguido tenerme totalmente atento a lo que ocurría, sobre todo en las escenas de competición, debido a cómo han sabido narrar las carreras.
Para que me entendáis mejor, el guionista Zach Baylin (El método Williams (2021), Creed III (2023)) dice que Gran Turismo es una mezcla de Rocky (1976) y Top Gun (1986). Y en gran parte tiene razón: tenemos la parte del héroe que se hace a sí mismo gracias a su esfuerzo y la parte del motor y el “subidón” que representa conducir esos aparatos. Blomkamp consigue hacernos sentir parte de esa adrenalina y esa pasión que debieron vivir los verdaderos protagonistas.
Neill Blomkamp ha conseguido rodar una magnífica película de carreras automovilísticas, con pasión, con tensión y con una fotografía (ayudado por Jacques Jouffret, por supuesto) que nos hará quedarnos pegados al asiento.
No juega mucho con el recurso facilón de ponernos en primera persona, al contrario, vemos el coche, la carrera y a cada conductor y conductora desde un punto de vista externo pero muy cercano.
Esto se debe a que el director busca, por un lado, transmitirnos la tensión de la carrera (como si fuéramos copilotos más que conductores), mientras que por otro vemos muy de cerca cómo lo viven los que están al volante, enfatizando así todo el estrés, toda la angustia y toda la presión que sienten los que están a más de 300 kilómetros por hora.
De hecho, la secuencia en la que Jann (Archie Madekwe) se sube por primera vez a un coche de verdad es todo físico, con un coche verdadero, para transmitirnos ese momento desde el punto de vista del jugador que consigue conducir un coche de carreras real: la cámara (mediante sus travellings) le acompañan en ese momento tan especial para él, haciéndonos partícipes de toda esa emoción y toda esa novedad que él siente.
La película ha tratado de ser lo más realista posible, y por eso se ha rodado con coches reales y en circuitos reales (Slovakia Ring en Eslovaquia, el Autódromo de Dubái, el Nurburgring, el Red Bull Ring en Austria y el Hungaroring).
A ello se suma el magnífico juego de cámaras que podemos ver en Gran Turismo. Además de tomas aéreas desde un helicóptero o cámaras casi a ras del suelo en el morro de los coches, hay varias secuencias filmadas desde drones para que lo “veamos” en primera persona y sintamos la velocidad. Además, esa veracidad se ha conseguido teniendo a un gran experto al volante en las escenas de carreras… tendréis que esperar al final de la película para ver de quién hablo.
Y si te gustan los coches, Gran Turismo te ofrece una buena flota: Nissan GT-R Nismo GT3, Lamborghini Huracan GT3, Corvette C8.R GT3. Audi R8 LMS GT3, Ferrari 488 GT3 EFO, Porsche 911 GT3 R, McLaren 720S GT3, BMW M6 GT3, Aston Martin Vantage V8, Lexus RC F GT3, Chevrolet Camaro GT3, Ford Mustang GT3, Ford GT, entre otros, sumando un total de 65.
Y eso es porque se necesitaban tres coches de cada tipo para el rodaje: el coche principal que conduce el protagonista (y al que más se acerca la cámara), uno de repuesto (por las averías o los accidentes) y el coche en el que van los actores, un coche tipo cabina (pod car), donde van el actor y el especialista que lo conduce realmente.
En conclusión, Gran Turismo es una buena película de carreras donde se ha introducido la temática de los videojuegos en el guion, y no al revés. Nos habla de esfuerzo y talento, de luchar por tu sueño pero, sobre todo, de coches. Y si te gustan los coches, Gran Turismo te va a gustar.
Dirigida por Neill Blomkamp (District 9, Elysium, Chappie), y protagonizada por David Harbour (Stranger Things, Hellboy), Orlando Bloom (las sagas de El señor de los anillos y Piratas del Caribe), Archie Madekwe (Midsommar), Darren Barnet (Yo Nunca), Geri Halliwell Horner y Djimon Hounsou, Gran Turismo se estrena en cines el próximo 11 de agosto.