¿Cuánto sabes acerca de los entresijos de la primera película de Spider-Man dirigida por Sam Raimi?
Debido a los intentos fallidos de Cannon Films y James Cameron de llevar a Spiderman a la gran pantalla, el superhéroe no había vuelto a contar con una adaptación live-action desde los tiempos de la serie setentera de Nicholas Hammond. No obstante, eso iba a cambiar en 2002, año en que vio la luz la película Spider-Man.
Largometrajes como Blade (1998) o X – Men (2000) habían demostrado que La Casa de las Ideas también podía hacer adaptaciones decentes de sus personajes, aunque la primera película que mostró la cortinilla corporativa de Marvel fue Spider-Man, que pretendía ser un largometraje con alma, con unos protagonistas capaces de empatizar con el espectador y un mundo tan reconocible como asequible.
Sam Raimi: El elegido
Todo esto fue posible gracias a Sam Raimi, director de cine que siempre había soñado con adaptar superhéroes en el mundo del séptimo arte. Aunque Spider-Man pudo haber acabado en las manos de otros grandes de la industria como Ron Howard, Stephen Sommers, Ivan Reitman, Chris Columbus, Jan De Bont o David Fincher (que se hubiera hecho cargo del proyecto si no hubieran desestimado su idea de plasmar la muerte de Gwen Stacy en la gran pantalla), en el año 2000, Sam Raimi ya había sido públicamente confirmado como director de Spider-Man.
Junto a él se quedaron John Calley y Amy Pascal, por parte de Sony, y Avi Arad, de Marvel, quizás por el hecho de que su maestría a la hora de mover la cámara, le convertía en el hombre idóneo para mostrar en la gran pantalla los balanceos en red de Spiderman, aunque su currículum, con películas como Darkman (1990) en su haber, también debió hablar bastante en su favor.
¿Superman y Shazam en la película de Spiderman?
La verdad es que los paralelismos existentes entre las películas de Spider-Man y Superman (1978) son bastante evidentes, como en la escena en la que Peter se abre la camisa, debajo de la que asoma su traje arácnido, ya que Sam Raimi consideraba el filme protagonizado por Christopher Reeve como modelo de película de superhéroes y le rendía homenaje de esa forma. Tampoco hay que olvidar la secuencia en la que la tía May, mientras se encuenta hospitalizada, le dice a Peter que él no es Superman.
El último hijo de Krypton no es el único personaje de DC mencionado en la película que analiza este artículo, ya que, cuando Peter Parker quiere hacer funcionar sus lanzarredes orgánicos, uno de los cambios más polémicos de la película, prueba varias combinaciones vocales, entre las que destaca el nombre de Shazam.
Cambios sustanciales con respecto a los cómics
Aunque Avi Arad había prometido a los fans que la película Spider-Man sería lo más fiel posible a los cómics, los cambios eran bastante notables. Destaca lo mencionado en el párrafo anterior, algo que también habríamos visto en la película de James Cameron, ya que Sam Raimi defendía que no era creíble que un adolescente, por muy listo que fuera, creara una tela de araña tan versátil, pero también caben mencionar las glándulas de los antebrazos de Peter, donde se supone que generaba la telaraña, y los pequeños garfios de las yemas de sus dedos, que justificaban su habilidad para trepar paredes, aunque mucho más discretos que los de Miguel O’hara, el Spiderman de 2099.
La elección del Spiderman perfecto
Antes de que Tobey Maguire se convirtiera en el protagonista de Spider-Man, se barajaron otros actores, como Freddy Prinze Jr., Heath Ledger, Scott Speedman o Nicholas Brendon. Sam Raimi, en contra de las opiniones del estudio, no quería que Peter Parker fuera encarnado por alguien que destilara carisma, fuera sexy o pareciera un héroe de acción, ya que ninguna de esas características eran aplicables a Spiderman.
Fue en la película Las normas de la casa de la sidra (1999) donde Sam Raimi encontró a su candidato idóneo. Lo curioso es que Tobey Maguire nunca había sido seguidor de Spiderman, pero la idea de trabajar con un director de ese calibre, sumada a la insistencia de su representante, le hicieron acceder a hacer la prueba. Una vez que el papel fue suyo, Tobey Maguire, a los 26 años, se leyó los cuarenta primeros números de la cabecera clásica del personaje, aunque tuvo que someterse a un duro entrenamiento para desarrollar unos músculos que no tenía.
Entre los planes que James Cameron había ideado para su versión de Spider-Man, se conservaron algunos aspectos, como el hecho de poner a Mary Jane como compañera de clase de Peter o el origen de la historia del personaje, incluidos los efectos de dejar de usar gafas y tener pesadillas como efecto secundario de su transformación.
Los villanos de la película de Spiderman
En un principio, la idea era que la película Spider-Man presentara dos villanos, que, inicialmente, iban a ser Carlton Strand (una versión de Electro) y el Hombre de Arena, siguiendo la idea de James Cameron, pero Sam Raimi prefirió sustituirlos por el Duende Verde y el Doctor Octopus, aunque el segundo fue desestimado cuando se descubrió que no había espacio para ambos.
La elección del alter ego de Norman Osborn como villano sirvió para utilizar a su hijo Harry, amigo de Peter Parker, como motivación de la trama. Sin embargo, debido al hecho de que la mayoría de los enfrentamientos entre Spiderman y el Duende Verde tuvieran que ser rodados por ordenador, se prefirió que la pela final tuviera lugar en tierra firme.
Aunque David Koepp firmó el guion de Spider-Man, el texto sufrió varias reescrituras por parte de Scott Rosenberg y, posteriormente, de Alvin Sargent. Afortunadamente, todo eso no afectó a que personajes como Peter Parker, su tía May, su tío Ben (que hacía suyo el lema “todo gran poder conlleva una gran responsabilidad“) y Norman Osborn (cuya muerte era casi calcada de la de las viñetas) fueran un claro reflejo de sus homólogos del cómic.
Aunque no lo hemos mencionado antes, James Franco también optó por el papel de Peter Parker antes de convertirse en Harry Osborn, mientras que su padre, que podría haber sido encarnado por Nicolas Cage, John Malkovich o Kevin Costner acabó siendo interpretado por Willem Dafoe, que dio vida a un memorable Duende Verde, además de ser uno de los pocos actores de prestigio en el reparto de Spider-Man.
Kirsten Dunst, una Mary Jane de categoría
La versión de Mary Jane en el filme rescataba algunos aspectos de la descartada Gwen Stacy, como su dulzura y cercanía. Aunque Alicia Witt y Kate Hudson también optaron al papel, la que se alzó con la victoria fue Kirsten Dunst, que no cumplió los 20 años hasta días antes del estreno. Lo curioso es que se trataba de una actriz rubia que tuvo que teñirse de pelirroja, además de vestir ropa sencilla, con el fin de disimular su belleza, para encajar mejor como vecina cercana y simpática, aunque con muchos problemas familiares.
El triángulo amoroso representado por Harry, Peter y Mary Jane funcionó muy bien en Spider-Man, ya que los tres personajes van evolucionando en interés de la trama hasta la posición que cada uno debe alcanzar. No obstante, Tobey Maguire llegó a reconocer que el famoso beso bajo la lluvia, en el que él cuelga boca abajo con el traje puesto, resultó de todo menos romántico.
El hecho de que Mary Jane sustituyera a Gwen Stacy en la fatídica escena del puente fue lo que le salvó la vida a la chica de la película en Spider-Man, aunque tendría que esperar al filme siguiente para descubrir su identidad.
Por supuesto, no podía faltar el cameo de Stan Lee, aunque aún no se había convertido en algo tan habitual como llegaría a serlo con el correr de los años, salvando la vida de una niña durante uno de los ataques del Duende Verde. Además, fue el guionista del Spider-Man: The Official Move Adaptation (2002), con Allan Davis como dibujante, mientras que Peter David, en el mismo año, se ocupó de su novelización.
El traje de Spiderman
Aunque se barajaron diversas posibilidades para el uniforme de Peter Parker en la película Spider-Man, finalmente se impuso la cordura a la hora de hacerlo muy parecido al de los cómics. Sin embargo, hubo problemas a la hora de lograr que el superhéroe se mostrase ágil y musculoso al mismo tiempo, hasta que el diseñador Jim Acheson, un experto en la materia, decidió elaborar un mono de una sola pieza formado por pequeñas pantallas unidas entre ellas, el cual, al tensarse, destacaba tanto la simulación de los paseos en red como la musculatura.
No obstante, Sam Raimi sí decidió cambiar las redes pintadas en el traje por un enredado tridimensional, con la intención de hacerlo más espectacular, al igual que la araña de la espalda, que se convirtió en un símbolo tan importante para la trilogía de Spider-Man que ni siquiera Marvel pudo usarla sin permiso de Sony.
En lo referente al estilo visual del protagonista, a los alrededor de cuarenta trajes que se hicieron, antes de dar con el correcto, y las veintiocho copias que se utilizaron en el rodaje, más el prototipo amateur utilizado por Peter en el combate de lucha libre, hay que sumar la elaboración de un casco ligero que iba bajo la máscara y se adaptaba a la cara de Tobey Maguire o el especialista de turno.
El diseño del Duende Verde
Sin embargo, con el Duende Verde la cosa fue más complicada. Durante cinco semanas, Bernie Wrightson trató de encargarse de su diseño, pero no tardó en darse cuenta de que lo que en el cómic quedaba muy bien no acababa de funcionar en la pantalla. Tras su marcha, otros profesionales, como James Lima, Miles Teves, James Carson o Warren Manser tampoco lograron resultados aceptables.
Finalmente, a Jim Acheson se le ocurrió que se tratara de un traje de supersoldado con un deslizador como complemento militar, en lugar de un loco cualquiera con un traje de Halloween. Algo similar sucedía con la máscara que, para que resultara más creíble y encajara con el concepto del supersoldado, acabó teniendo el aspecto que todos conocemos y que se ganó muchas críticas en su momento.
New York, New York
Neil Spisak, diseñador de producción fue el encargado de mostrar al público una Nueva York realista, con escenas rodadas allí mismo y otras en recreaciones de la ciudad, realizadas en un estudio o por ordenador. Cabe destacar el Edificio Flatiron, transformado, para la película Spider-Man, en el Daily Bugle, con un estupendo J. K. Simmons como J. Jonah Jameson, Bill Nunn en el papel de Joe Robertson y Elizabeth Banks encarnando a Betty Brant.
Raimi supo jugar la carta de la atemporalidad en Spider-Man, de manera que la película no se encontraba enmarcada en una fecha precisa, con la intención de convertirla en un clásico inmortal.
Los efectos especiales de la película de Raimi
Hasta un total de doscientas personas, capitaneados por el veterano John Dykstra, trabajaron en los efectos especiales de Spider-Man, con una versión en carne y hueso y otra animada del personaje, además de planos filmados en vivo y fondos hechos por ordenador, con la intención de que no se pudiera distinguir el Nueva York de ficción del auténtico.
Así mismo, se recurrió a la ralentización de objetos alrededor de Peter Parker para simular el sentido arácnido, ya que las rayas encima de la cabeza quedaban muy bien en los cómics, pero no en la pantalla, aunque no siempre funcionó de la mejor manera.
El éxito de la película de Spiderman
Como todos sabemos, Spider-Man fue un éxito, con una recaudación de cuarenta millones en su primer día, por lo que el rodaje de una secuela estaba garantizado, en el que se barajaba la idea de presentar y matar a Gwen Stacy, además de contar con el Doctor Octopus como villano principal.
En 2003, se lanzó Spider-Man: The New Animated Series (traducida a nuestro idioma como Las increíbles aventuras de Spider-Man), espacio generado por ordenador, en el que, por primera vez, se mencionaba correctamente el nombre del superhéroe en España. Constó de una sola temporada, de 13 capítulos de duración, que trataba de funcionar como secuela directa de la película live-action. Sin embargo, cuando Spider-Man 2 fue estrenada en 2004, la continuidad con respecto a la serie animada dejó de tener vigencia.