Entre la libertad y la propiedad, el universo de Star Wars enfrenta el reto ético de definir qué constituye la vida cuando hablamos de droides
Nadie puede negar que el universo de Star Wars está lleno de personajes memorables. Desde los Jedis hasta los contrabandistas, todos tienen su rol en la épica batalla entre el bien y el mal. Sin embargo, en el marco de esta lucha por la libertad, los droides se encuentran en un limbo ético: ¿son entes con derecho a la libertad o simplemente una forma avanzada de propiedad?
El papel de los droides en el Universo
A lo largo de la saga galáctica, los droides han sido personajes clave, desde la época de los clones hasta las más recientes entregas en Disney+. A pesar de su importancia, enfrentan una paradoja: son seres que parecen tener individualidad y pensamiento independiente, pero carecen de libertad y son considerados como objetos.
¿Personalidades con circuitos y cables?
La saga de George Lucas nos ha regalado droides inolvidables como R2-D2, C-3PO y BB-8, cada uno con su personalidad y sus contribuciones a la historia. Desde el miedo palpable del robot dorado hasta la valentía de nuestro amigo azul y blanco, estos personajes parecen estar muy vivos, lo cual genera un debate ético. Por ejemplo, en una escena de The Clone Wars, un Battle Droid es lanzado por un acantilado por el general Grievous, y se le escucha gritar un lastimero “¿Por qué?” mientras cae.
Si tomamos como referencia a otros universos de ciencia ficción, incluso Star Trek solo tiene un androide, Data, que muestra autonomía. Pero, a diferencia de Data, las criaturas cibernéticas del universo imaginado por Lucas son capaces de procesar y exhibir emociones de manera natural.
La representación de los derechos de los droides
Una de las manifestaciones más directas en cuanto a los derechos de los droides se vio en el personaje de L3 en Solo: A Star Wars Story. L3 defiende con vehemencia su derecho a la libertad y a ser tratado como un ser con los mismos privilegios que los humanos. Aunque la película lo maneja de forma humorística, se plantea una preocupación ética legítima. Trágicamente, en lugar de encontrar la libertad que tanto anhela, L3 termina siendo parte del sistema informático del Halcón Milenario, controlada por humanos y sin voz propia.
La conexión con la Fuerza
El universo galáctico propiedad de Disney tiene como pilar la fuerza, una energía que rodea a todos los seres vivos. Yoda y Luke Skywalker han hablado de cómo la fuerza está creada por y rodea a los seres vivos. Sin embargo, los droides parecen no tener conexión alguna con la fuerza, lo cual les niega, de cierta forma, su derecho a ser considerados como seres vivos en la galaxia.
El dilema sin respuesta… aún
Los droides son tan queridos como cualquier otro personaje viviente del universo de Star Wars, pero aún queda pendiente abordar la cuestión de su personalidad. ¿Es tiempo de que algún narrador valiente se atreva a explorar la cuestión de la personificación de los droides? Si tomamos como ejemplo a L3, parece que la respuesta es evidente, pero aún necesita ser abordada en futuras entregas de la saga.
La necesidad de una evolución narrativa
Llegados a este punto, es crucial que la saga de la guerra de las galaxias evolucione en su narrativa para incluir este dilema ético en su cantera de temas a explorar. Ya se han tocado temas profundos como la redención, la lucha contra la tiranía y la búsqueda de la identidad. Incluir la cuestión de la personificación de los droides podría añadir una capa más de complejidad a un universo ya de por sí rico en contenido.
Sería interesante ver cómo una futura película o serie podría manejar este tema con la seriedad que merece, sin relegarlo al terreno de la comedia o el cliché. Además, ofrecería una excelente oportunidad para dialogar sobre temas de actualidad como la inteligencia artificial y los derechos de entidades no humanas. No solo enriquecería la trama, sino que podría dar lugar a un debate filosófico más amplio que atraparía aún más a los fans en las intrincadas redes de esta galaxia tan, tan lejana.
