¿Cómo se entrelazan los hilos de Akira en la originalidad de la nueva película de Gareth Edwards?
Nunca habíamos imaginado que la historia de una Tokyo distópica pudiera fusionarse con la ciencia ficción occidental hasta que apareció The Creator, la última película del director Gareth Edwards. La cinta es una joya en sí misma, pero también rinde un homenaje muy particular a una obra maestra del anime: Akira, dirigida por Katsuhiro Otomo. Ambas películas, separadas por más de tres décadas, plantean preguntas sobre el poder, la moral y la opresión que sufren niños con habilidades psíquicas excepcionales.
La colisión de dos mundos
Cuando pensamos en iconos del anime, la película de 1988, Akira, es ineludible. Desde su estreno, Otomo revolucionó no solo la forma en que vemos el anime, sino también cómo lo conceptualizamos. Otomo transformó la narrativa visual, ofreciendo una mirada más oscura y compleja de lo que podría ser el futuro. De manera similar, Edwards, el director de The Creator, opta por no suavizar los rincones de su mundo futurista.
Tanto Otomo como Edwards utilizan ambientes distópicos como un espejo para reflejar los miedos y anhelos de la sociedad. En la película de 2023, vemos que el espíritu de Akira está muy presente, desde el diseño de la tecnología hasta las relaciones interpersonales complejas entre sus personajes. Si alguna vez te preguntaste qué pasaría si Akira se cruzara con las sensibilidades modernas del cine de Hollywood, la nueva película de Edwards podría ser tu respuesta.
Si has vivido en el mundo del manga y el anime, la influencia de Akira en la cultura pop es incuestionable. La obra fue revolucionaria tanto en su diseño visual como en los temas que abordó. Pero ¿qué ocurre cuando este universo colisiona con una película de Hollywood?
El poder que reside en los niños
Las similitudes son sorprendentes, desde los elementos religiosos que se manifiestan en la inteligencia artificial, hasta los lazos emocionales formados por personajes en mundos fracturados. En la película de Edwards, se nos presenta a Alphie, una IA infantil con el poder de controlar la tecnología. Alphie es la clave para inclinar la balanza en una guerra que amenaza con destruir no solo la coexistencia humana y de IA, sino también el equilibrio del universo. Su capacidad para detener robots y armas con solo una “oración” nos lleva directamente a recordar las escenas en las que los niños con poderes del anime, como el propio Akira o Tetsuo, mostraban su poder.
La atmósfera oscura: un espejo entre mundos
Ambas películas nos sumergen en un ambiente de desesperación y aislamiento. En el creador, “Nueva Asia” está dominada por IAs y “simulantes”, seres que combinan apariencia humana con tecnología robótica. Este mundo, aunque avanzado tecnológicamente, está plagado de conflictos humanos y un sentido de soledad que también es palpable en Akira. Los personajes jóvenes de ambas obras, como Joshua y Maya en la película de 2023 o Kaneda y Kei en el anime, buscan su lugar en un mundo que parece haberlos abandonado.
Uno de los aspectos más destacados en ambas películas es su acercamiento a los temas religiosos. En el anime, los niños son vistos como figuras mesiánicas que desafían las estructuras del poder. Esto se refleja de manera similar en The Creator, donde las IAs representan un plano superior de existencia. El ambiente religioso se potencia con la presencia de un culto que predice la llegada de una “nueva era”, guiada por seres como Alphie, que parece ser la reencarnación de una profecía muy similar a la que rodea a la película en el mundo del manga y anime.
Un reflejo de las tensiones sociales y culturales
Akira y The Creator también funcionan como comentarios sobre las tensiones sociales y políticas de sus respectivos momentos históricos. Mientras que el anime se sumerge en el trauma posguerra de Japón, The Creator adopta un enfoque más contemporáneo, tomando elementos de conflictos como la Guerra de Vietnam y las guerras en Oriente Medio. Ambas películas, en última instancia, ofrecen una lente crítica a través de la cual podemos examinar la sociedad y la naturaleza humana.
Si eres un fan del anime de 1988 y te intrigó el universo que te presenta The Creator, la película ya se encuentra en cines. Aunque ambas obras se mantienen fieles a sus raíces, el homenaje que rinde Edwards al clásico anime es digno de ser explorado, ofreciendo a los fans de ambos mundos algo nuevo y emocionante para descubrir.
