Descubre cómo Disney transformó una triste historia de amor en un musical mágico lleno de encanto
Pocos pueden negar el impacto cultural que tuvo Disney al dar su propia versión del cuento La Sirenita de Hans Christian Andersen. Aunque la esencia de la trama perdura, las alteraciones realizadas por la productora no solo hicieron que el relato fuera más amigable para la familia, sino que también le dieron un aire fresco y mágico.
Las raíces de La Sirenita, una historia centenaria
Mucho antes de que el estudio de Walt Disney se hiciera famoso por sus adaptaciones de cuentos de hadas, Andersen ya había escrito sobre una sirena que se enamora de un príncipe humano y fue publicado en 1837. Aunque basada en esta obra, la versión animada tiene notables diferencias. La necesidad de hacerla apta para jóvenes audiencias implicó eliminar varios elementos oscuros y agregar otros propios del mundo de la animadora. Reemplazando el triste desenlace original por un final feliz para la pareja protagonista, la empresa del ratón demostró que a veces, alterar una historia original puede resultar en algo mejor.
El encanto de la adaptación
A pesar de las modificaciones, la historia conserva su esencia: la hija menor del rey del mar anhela conocer el mundo humano. Tras salvar a un príncipe de ahogarse, se enamora perdidamente de él. En su desesperación por estar a su lado, intercambia su preciosa voz por unas piernas. Sin embargo, muchos detalles de la trama son desconocidos para los fans de la película.
Por ejemplo, en el cuento original, no existen personajes como Flounder o Sebastian. Además, todas las hermanas sirenas se sienten atraídas por el mundo superficial, pero solo pueden visitarlo al cumplir 15 años. Mientras que en la película, ella muestra ese interés, lo que le da una razón más fuerte para enfrentarse a los deseos de su padre.
En la versión de Andersen, ella es increíblemente grácil en tierra, lo que atrae al príncipe. Sin embargo, la productora del ratón introdujo un toque humorístico al hacer que Ariel fuera torpe en sus primeros pasos como humana. Pero, uno de los cambios más radicales es la omisión del concepto de almas humanas. En el cuento, el principal deseo de la sirenita no es solo casarse con el príncipe, sino obtener un alma humana. la empresa decidió simplificar esto, estableciendo un límite de tres días para que la sirena consiga un beso de su amado.
La siniestra historia detrás del cuento familiar
El reto de Disney al adaptar La Sirenita no solo radicaba en suavizar su tono. En la obra original, cada paso que da la sirenita en tierra es doloroso, como si caminara sobre cuchillas. Pero los desafíos no terminan ahí: si el príncipe se casa con otra, ella moriría. En la versión animada, la protagonista solo enfrenta la posibilidad de regresar al mar si no consigue el beso.
El sacrificio vocal de la sirenita es central en ambas historias. Mientras que en la película, Ursula extrae mágicamente la voz de la sirena, en el cuento, la bruja del mar corta la lengua de la protagonista. Además, la sirenita descubre que el príncipe ama a otra mujer, creyendo erróneamente que fue ella quien lo salvó. En la trágica conclusión de Andersen, la sirenita no puede asesinar al príncipe para salvarse y decide desaparecer convertida en espuma de mar.
Un giro mágico para una triste historia
Aunque Disney hizo cambios sustanciales, logró mejorar la versión original. Incorporando magia con personajes como Sebastian y Flounder, simplificando la trama y haciéndola adecuada para todas las edades, crearon la película que todos aman hoy en día. Esta adaptación nos muestra que, a veces, alejarse del material fuente puede ser para mejor.