Sam Pressman, productor de la esperada nueva versión de El Cuervo, expone por qué su película se posiciona como una alternativa al universo Marvel.
Han pasado años desde que escuchamos rumores de posibles reboots de El Cuervo. Aunque se hicieron varios intentos para levantar estos proyectos, la mayoría quedaron en el olvido. Incluso hubo un momento en el que el protagonista de Aquaman, Jason Momoa, estuvo a punto de encarnar a Eric Draven.
Reinventado una propuesta única
Ahora, bajo la dirección de Rupert Sanders, conocido por Ghost in the Shell, Bill Skarsgård tomará el papel principal. Se rumorea que Danny Huston y FKA Twigs también formarán parte de este proyecto, adquirido recientemente por Lionsgate en un acuerdo de ocho cifras.
En una charla con Deadline, Sam Pressman, CEO de Pressman Film y productor de El Cuervo, compartió su entusiasmo por lo que tienen en mente. “The Crow ha sido una parte esencial para nuestra compañía y estoy realmente orgulloso del progreso y del trabajo realizado,” comenta.
“Creo que la película simplemente va a sorprender a todos.”
Nuestros socios desean enfocar este proyecto de una manera integral, contemplando desde videojuegos, series animadas hasta un universo completo. “Posee un legado cósmico que puede expandirse más allá de una única historia,” aclara Pressman.
“Finalmente estamos en un punto donde podemos explorar otras vías porque es una propiedad única: no es una producción de estudio tradicional, ni una película de Marvel, es más bien una anti-película Marvel,” continúa el productor.
Sin embargo, hay que tener cuidado al hacer comparaciones con gigantes como Marvel. Aunque no se dijo con malas intenciones, estas palabras pueden ser recordadas por largo tiempo, como le sucedió al director de Suicide Squad, David Ayer, con su famosa declaración contra Marvel.
Un retorno al origen oscuro
La franquicia de El Cuervo comenzó con la película de 1994 protagonizada por Brandon Lee, quien, trágicamente, falleció en un accidente durante el rodaje. Aunque se produjeron tres secuelas, ninguna logró la misma calidad y con el tiempo cayeron en el olvido.
Esta nueva versión se basa en la serie limitada de cómics de 1989 creada por James O’Barr. La historia gira en torno a Eric Draven, un músico que resucita de entre los muertos para vengarse de la banda que lo asesinó a él y a su prometida, mientras es perseguido por un compasivo oficial de policía.
El hombre tras la magia del Cuervo
Sam Pressman, aunque no es tan conocido en el ámbito mainstream como otros productores de Hollywood, ha ido ganando renombre en el mundo del cine gracias a su habilidad para revivir y reinventar propiedades cinematográficas. Formando parte fundamental de Pressman Film, ha llevado la empresa a nuevos horizontes, centrando esfuerzos en proyectos que despiertan interés y nostalgia.
Con un ojo agudo para los detalles y una pasión incuestionable por el séptimo arte, Pressman ha demostrado tener la habilidad de identificar qué es lo que realmente quieren los fans. Su decisión de tomar El Cuervo y darle un giro moderno, asegurando a la vez que respete sus raíces, es testimonio de su visión como productor.
Además, su habilidad para forjar alianzas estratégicas ha llevado a colaboraciones exitosas. Su relación con Rupert Sanders, el director de este reboot, promete entregar una película que, sin duda, quedará grabada en la memoria colectiva de los fans.
Rupert Sanders: Visionario de la pantalla grande
Rupert Sanders es conocido por su particular estilo visual y su habilidad para plasmar mundos ricos y detallados en la gran pantalla. Su salto a la fama fue con Blancanieves y el Cazador, donde demostró su capacidad para reinventar cuentos clásicos con un giro moderno y oscuro. Posteriormente, con Ghost in the Shell, Sanders se adentró en el complejo mundo del anime, llevando la icónica historia a la realidad con un nivel impresionante de detalle y fidelidad. Esta capacidad para adaptar y reinventar mundos le ha otorgado un lugar especial en el cine contemporáneo. Con El Cuervo, los fans esperan ansiosamente su toque distintivo en una historia ya de por sí cargada de atmósfera y profundidad.
