El reconocido creador de Fábulas decide liberar sus personajes al dominio público, desafiando a DC y redefiniendo el juego de los derechos de propiedad intelectual
Inesperada decisión
Los seguidores de los cómics están acostumbrados a sorpresas en las páginas de sus obras favoritas. Pero lo que Bill Willingham, creador de la exitosa serie Fábulas, ha decidido es, sin duda, digno de un giro argumental épico. En medio de un conflicto con DC, el escritor ha anunciado que está poniendo a todos los personajes de Fábulas en el dominio público.
El motivo detrás del movimiento
Después de años de lucha y desacuerdo con DC sobre sus derechos contractuales de los personajes, Bill tomó una decisión sin precedentes. Y aunque la serie, que narra las aventuras de seres mitológicos exiliados que conviven entre humanos, ha sido un estandarte de Vertigo y recientemente revivida por la línea Black Label de DC, las tensiones entre el creador y la editorial se volvieron insostenibles.
Willingham relata que, debido a la antigüedad de su contrato con DC, ya no queda nadie en la empresa que haya tratado directamente con él. Esto ha llevado a que no reconozcan (o no quieran hacerlo) los términos acordados. Una clara muestra de ello es un conflicto sobre royalties no pagados relacionados con un videojuego de Fábulas creado por Telltale Games. A pesar de comprometerse a pagar lo adeudado, DC evadió el compromiso ofreciéndolo como una “tarifa de consultoría”, evitando admitir la deuda.
Ante tales desplantes, y sintiéndose prácticamente desafiado a entablar una demanda, Bill optó por una ruta distinta, inspirada por la idea de una guerra asimétrica. En sus propias palabras, señala: “Decidí llevar la lucha a un terreno diferente… Soy el único dueño de la propiedad intelectual. Puedo venderla o regalarla a quien quiera.”
¿Es legal esta jugada?
Si bien la idea de liberar personajes al dominio público suena noble, hay dudas sobre su viabilidad legal. Jonathan Bailey, experto en propiedad intelectual, ha señalado que no existe una forma concreta de hacer esto, ya que incluso las licencias de Creative Commons CC0 son renuncias de derechos, no una dedicación al dominio público. Esta decisión de Willingham podría interpretarse como una “promesa no ejecutable” que podría revocarse en cualquier momento.
Sin embargo, Bill confía en su movimiento y el tiempo dirá cuál será el destino de Fábulas. De ser exitoso, este acto podría redefinir la manera en que los creadores interactúan con las grandes editoriales y gestionan sus obras.
Un giro inesperado en el mundo del cómic
La elección de Willingham no solo resuena como un acto de desafío hacia DC, sino como una declaración de amor hacia su obra y sus seguidores. Ahora, Fábulas tiene la posibilidad de ser reinventada y reimaginada por manos de todo el mundo. Sin duda, este es un momento que marcará la historia de la propiedad intelectual y el mundo del cómic en los años venideros.
Universo único
El universo de Fábulas se ha distinguido por ofrecer una narrativa fresca y original. En su esencia, la serie se adentra en la vida de seres mitológicos y personajes de cuentos populares que han sido exiliados de sus mundos y ahora habitan en una Nueva York moderna. Este traslado al mundo humano ha sido forzado por la invasión del Adversario, una entidad maligna que ha conquistado las tierras natales de estos personajes.
Bigby Wolf, antes conocido como el Lobo Feroz, es ahora el sheriff de Fabletown, y a lo largo de la serie, se convierte en uno de los personajes más emblemáticos. Su desarrollo, desde un temido villano a un personaje complejo con matices de antihéroe, es un claro reflejo de la maestría narrativa de Willingham.
Otro personaje destacado es Blancanieves, que, lejos de ser la damisela en apuros, muestra una fortaleza y liderazgo encomiables. Su relación con Bigby, llena de altibajos y momentos inesperados, es uno de los puntos centrales del cómic.
La serie también se ha caracterizado por su capacidad para mezclar drama, misterio, política y romance. Las intrigas de la corte, las batallas épicas y las historias de amor entrelazadas ofrecen una experiencia rica y profunda para el lector. Es esta combinación de tradición y modernidad, junto con una trama impecable, lo que ha hecho de Fábulas una obra maestra del noveno arte.