Ian McKellen consiguió el papel de Gandalf tras ser rechazado por otro actor que tenía gran relevancia en los 90
Ian McKellen es un ícono en el mundo del cine. Muchos lo conocen por su papel de Gandalf en la trilogía de El Señor de los Anillos de Peter Jackson. Pero lo que muchos fans no saben es que no era la primera opción para encarnar a este amado mago.
Ian McKellen, más allá de Gandalf
En una reciente entrevista con Variety, a propósito de su participación en el nuevo film The Critic, dirigido por Anand Tucker y presentado en el Festival Internacional de Cine de Toronto, McKellen reveló algunos detalles interesantes. El papel principal en The Critic iba a ser interpretado originalmente por Simon Russell Beale, pero tuvo que abandonar debido a retrasos en la producción causados por la COVID-19.
Cuando se le preguntó cómo se sentía siendo la segunda opción, McKellen respondió con sinceridad: “No creo que uno sea jamás la primera opción. Definitivamente no fui la primera opción para Gandalf. [Anthony] Hopkins lo rechazó. Sean Connery también. Ahora todos salen a la luz y espero que se sientan un poco tontos”.
Una travesía mágica que marcó a una generación
McKellen nos regaló su interpretación como el Mago Gris de la Tierra Media en las tres entregas de El Señor de los Anillos, desde La Comunidad del Anillo en 2001, pasando por Las Dos Torres en 2002, hasta El Retorno del Rey en 2003. Sin embargo, su viaje no terminó ahí. Casi una década después, volvió a ponerse el sombrero puntiagudo para la trilogía del Hobbit, desde Un Viaje Inesperado en 2012, La Desolación de Smaug en 2013, hasta La Batalla de los Cinco Ejércitos en 2014.
A sus 84 años, Ian no tiene intenciones de abandonar el escenario. Además de su actuación en The Critic, McKellen protagonizará una obra titulada Frank and Percy en 2023. Sobre la posibilidad de su retiro, McKellen fue categórico al decir: “¿Retirarme para hacer qué? Nunca he estado desempleado, pero soy consciente de que en cualquier momento algo podría sucederme que me impidiera trabajar nuevamente. Pero mientras las rodillas aguanten y la memoria siga intacta, ¿por qué no debería continuar? Realmente siento que ahora soy bastante bueno en esto de actuar”.
Con estas revelaciones, queda claro que el camino hacia el éxito de una producción cinematográfica es a menudo tortuoso y lleno de sorpresas. Por suerte para todos los fans, Ian McKellen se convirtió en nuestro Gandalf, dejando una huella imborrable en la historia del cine.
“El Señor de los Anillos”: Un legado imborrable en la historia del cine
Cuando hablamos de esta trilogía no solo nos referimos a la serie de películas, sino a una verdadera revolución en la forma de entender y vivir el cine. La trilogía, basada en las novelas homónimas de J.R.R. Tolkien, no solo consiguió adaptar con éxito un mundo tan complejo y detallado, sino que elevó el estándar de lo que se espera de una producción cinematográfica épica.
Desde el principio, Peter Jackson y su equipo enfrentaron el desafío monumental de trasladar a la pantalla grande un universo lleno de mitología, lenguas y razas diferentes. Esto implicó un esfuerzo titánico en diseño de producción, efectos especiales y maquillaje. Pero más allá de lo técnico, lo que realmente cimentó el lugar de la trilogía en la historia del cine fue su capacidad para conectar con el público. Los personajes, desde Frodo hasta Gandalf, resonaron en los corazones de los espectadores, creando un lazo emocional que perdura hasta hoy.
Además, el impacto cultural de El Señor de los Anillos es innegable. Desde su estreno, hemos visto un auge en la popularidad de la fantasía como género, con muchas producciones intentando emular su éxito. Las películas también abrieron puertas para que el cine de alto presupuesto tome riesgos y aborde obras literarias complejas, demostrando que, con pasión y dedicación, es posible trascender las expectativas y entregar obras maestras.
Por último, pero no menos importante, la trilogía también demostró el poder de la comunidad fan. Los fans de todo el mundo se unieron en su amor por la Tierra Media, organizando maratones, creando arte y compartiendo teorías. Esta pasión colectiva, alimentada por una obra cinematográfica, es prueba del impacto duradero y significativo de El Señor de los Anillos en la cultura global.
