De Ahsoka a la trilogía de secuelas: descubre cómo la decisión de Sabine Wren tejió el destino galáctico
Una decisión desencadena un futuro incierto
En el capítulo cuatro de la serie, nos encontramos con una Sabine en medio de una difícil elección: ayudar o no a Baylan Skoll. Después de una feroz batalla en la que Ahsoka es derrotada y sumergida en los océanos tempestuosos de Seatos, Sabine se encuentra en posesión del mapa hacia el Gran Almirante Thrawn. Baylan intenta persuadirla para que se lo entregue, contrariamente a las últimas palabras de su maestra de destruirlo. A pesar de la insistencia de la Jedi, Sabine cede y entrega el mapa a Baylan, una decisión que la consume por su profundo sentimiento de soledad.
Es revelador cómo la togruta conecta a Sabine con la caída de Mandalore. Baylan descubre que la familia de Sabine pereció durante la Noche de las Mil Lágrimas. Un hecho devastador que se refleja en El Mandaloriano. Tras la aparente muerte de Ahsoka y la destrucción de Mandalore, Sabine siente que Ezra Bridger es todo lo que le queda, lo que la lleva a seguir a Baylan en búsqueda de Thrawn y, con suerte, encontrar a su familia restante.
Thrawn y el resurgimiento del Imperio
Con el destino de la Jedi aún incierto y sin posibilidad de que la flota de la Nueva República siga a Morgan, Shin, Baylan y Sabine, es inminente el retorno de Thrawn y con él, el renacimiento del Imperio. Aunque la trilogía secuela centra su narrativa en la Primera Orden y omite menciones a Thrawn, la historia en Ahsoka sugiere un enfrentamiento inevitable.
Se entiende que Thrawn finalmente cae ante las fuerzas de la Nueva República. Esta victoria lleva a la Nueva República a creer, erróneamente, que el Imperio ha terminado definitivamente, cimentando la paz en la galaxia.
Este exceso de confianza será su ruina. Sin el conocimiento de la República, la Gran Almirante Sloane, una figura prominente en la trilogía de libros Aftermath, está trabajando en secreto. Después de la derrota del Imperio, Sloane, junto con Brendol Hux y otros imperiales, huye hacia las Regiones Desconocidas. Allí, reorganiza sus fuerzas, dando lugar a la formación de la Primera Orden.
Lo que el episodio 4 de la nueva serie de Star Wars nos muestra es cómo la decisión de Sabine de ayudar al enemigo lleva a un resurgimiento del Imperio, que es rápidamente contrarrestado por la Nueva República. Sin embargo, esta victoria lleva a la República a una falsa sensación de seguridad, pasando por alto la creciente amenaza de la Primera Orden.
En resumen, la elección de Sabine en el episodio 4 de la serie no solo determina el destino de sus amigos más cercanos, sino también el de toda la galaxia, preparando el escenario para los eventos de la trilogía secuela de Star Wars.
La Primera Orden en el cosmos de Star Wars
El universo de Star Wars, rico en historias y personajes memorables, nos ha brindado facciones que han dejado una huella indeleble en la mente de los fans. Sin duda, una de las más intrigantes es la Primera Orden. Surgiendo de las cenizas del Imperio Galáctico, tras su derrota en la Batalla de Endor, la Primera Orden no es solo una mera continuación de su predecesor. Es una entidad más calculadora, obsesionada con el control y con un liderazgo aún más radical.
Los líderes como Snoke y el enigmático Kylo Ren, con su conflicto interno y su lucha por la identidad, dieron al bando de los sith una dimensión única. Las bases ocultas, la destrucción del sistema Hosnian y su poderoso armamento, como la Starkiller Base, mostraron la determinación de este bando para dominar la galaxia. Estos eventos pusieron en marcha una serie de conflictos que determinaron el destino de muchos personajes icónicos y, por supuesto, de la propia galaxia.
