¿Cuánto sabes acerca de los entresijos de la segunda película de Spiderman dirigida por Sam Raimi?
Debido a los intentos fallidos de Cannon Films y James Cameron de llevar a Spiderman a la gran pantalla, el superhéroe no había vuelto a contar con una adaptación live-action desde los tiempos de la serie setentera de Nicholas Hammond. No obstante, si eso cambió en 2002, con el estreno de la película Spider-Man, la llegada a los cines de Spider-Man 2, en 2004, sirvió para reafirmarlo.
El éxito de la primera parte había sido de tal magnitud que Sam Raimi, al contrario que la productora Laura Ziskin, no quiso tomarse ni una semana de vacaciones antes de empezar a trabajar en Spider-Man 2. El nuevo filme debía estar listo en dos años y, aunque director y reparto estaban obligados por contrato a un mínimo de tres películas, afortunadamente nadie quería marcharse.
No obstante, Tobey Maguire estuvo a punto de no poder protagonizar Spider-Man 2 debido a una lesión de espalda, aunque afortunadamente se recuperó a tiempo. Sin embargo, Jake Gyllenhaal, que por entonces era pareja de Kirsten Dunst, estaba sonado muy fuerte como su reemplazo, en el caso de que Tobey Maguire no hubiera podido. Resulta bastante irónico si tenemos en cuenta que se trata del actor que, bajo la identidad de Mysterio, se enfrentó al hombre araña de Tom Holland en Spider-Man: Lejos de casa (2019).
Los guionistas Alfred Gough y Miles Millar, guionistas con bastante experiencia en el campo de los superhéroes, presentaron para Spider-Man 2 un guion en el que Doctor Octopus, Lagarto y Gata Negra figuraban como los enemigos principales del superhéroe. Sin embargo, aquello no acababa de funcionar, ni siquiera con los retoques realizados por David Koepp. Sin embargo, todo cambió con la llegada del novelista Michael Chabon que eliminó de la ecuación a Gata Negra y al Lagarto (aunque Curt Connors sí que aparecería, encarnado por Dylan Baker, lo que haría soñar a los espectadores con verlo convertido en el escamoso villano en futuras entregas).
Sin embargo, las ideas de Michael Chabon para Spider-Man 2 iban mucho más allá. Pretendía presentar un Otto Octavius más apuesto que el de los cómics, además de hacerlo responsable de la creación de la araña modificada genéticamente que había mordido a Peter Parker. Avi Arad se dio cuenta de que tenía que pararle los pies cuando Michael Chabon sugirió un triángulo amoroso entre el protagonista, Mary Jane Watson y Otto Octavius.
No fue ese el único cambio que realizó Avi Arad para Spider-Man 2. También eliminó la parte de la trama en la que Harry Osborn, por medio del Daily Bugle, pondría precio a la cabeza del superhéroe, motivando así que la ciudad se volviera en su contra. Otra idea suya fue reemplazar The Amazing Spider-Man 2, titulo pensado inicialmente (y utilizado finalmente en 2014), por simplemente Spider-Man 2, ya que Avi Arad consideraba que era el público el que debía poner adjetivos a la película.
Finalmente, el guion cayó en manos de Alvin Sargent, que decidió centrarlo en los conflictos interiores de Peter Parker, sobre todo el de tomar la decisión de dejar de ser Spiderman. La trama comenzaba dos años después de la primera entrega y nos mostraba al protagonista viviendo solo en un cochambroso apartamento, en el mismo edificio que u casero, el señor Ditkovich (nombre inspirado en Steve Ditko) y su hija Úrsula, que parecía estar platónicamente enamorada de Peter, interpretados por Elya Baskin y Mageina Tovah, respectivamente. Ver como el protagonista perdía su trabajo como repartidor de pizzas, al principio del filme hacía retroceder al lector veterano a la época en la que John Romita motorizó al personaje.
Sam Raimi no tuvo problemas a la hora de torturar al alter ego de Peter Parker en Spider-Man 2, incluso haciendo bromas inspiradas en los problemas de espalda que casi habían impedido a Tobey Maguire interpretar al personaje. También resulta impagable la escena en la que Bruce Campbell, que ya sabemos que las apañó para salir en todas las películas de Spiderman de este director, le negaba la entrada a Peter al teatro donde actuaba Mary Jane, por haber llegado tarde.
Una buena decisión fue utilizar la canción de B. J. Thomas, titulada Raindrops Keep Falling On My Head, de Dos hombes y un destino (1969) para ambientar la escena en la que Peter Parker dejaba de ser Spiderman, con una puesta escena que parecía calcada de la historieta Spider-Man No More!, publicada en The Amazing Spider-Man nº 50 (1967), por obra de Stan Lee y John Romita.
El Doctor Octupus, encarnado por Alfred Molina, daba mucho juego como villano de Spider-Man 2 debido a que, antes de perder la cabeza, funcionaba como nueva figura paterna para Peter Parker, además de mostrar su rostro en todo momento, lo que ayudaba al espectador a apreciar sus cambios emocionales. Por si esto no fuera suficiente, el hecho de que pareciera que Otto Octavius había logrado compaginar su vida personal con la ciencia, daba a entender a Peter que podía seguir siendo responsable como superhéroe mientas mantenía una vida normal como civil. Sin embargo, el accidente que transformó a Octavius en el Doctor Octopus acabó con esa idea.
En un principio, se pensó que el villano regresase a su laboratorio destruido y pronunciase un soliloquio que quedaría interrumpido por la repentina aparición de Spiderman. Sin embargo, finalmente, se decidió que el Doctor Octopus rehiciese su trabajo en el muelle, lo que obligó a la creación de enormes maquetas para más de tres semanas de rodaje.
La idea era no mostrar al villano como el psicópata vengativo que vemos en los cómics, sino como un hombre trastornado que hallaba la redención al final de su vida. Para el aspecto visual se optó por una gabardina, cada vez más sucia, mientras que para los planos principales de los tentáculos (llamados Mo, Flo, Harry y Larry por los miembros del rodaje) se optó por brazos articuados auténticos y manejados por cuatro marionetistas. Sin embargo, en los generales, era John Dykstra el encargado de su recreación digital.
Los mortíferos tentáculos del Doctor Octopus resultaron lo suficientemente realistas como para demostrar la teoría de Sam Raimi de que Spider-Man 2 no podía ser considerada como una película comercial para todas las edades. No cabe la menor duda de que en la escena del hospital, en la que los brazos mecánicos realizan una masacre, el recurso del gore fue bien exprimido. Cabe destacar que Brian Michael Bendis y Mark Bagley habían propuesto una escena similar en la historia Doctor Octopus, publicada en Ultimate Spider-Man nº 14 (2001).
Una de las escenas más complicadas del rodaje de Spider-Man 2 fue la de la pelea en el tren entre el superhéroe y el Doctor Octopus. Dado que, en el mundo real, hacía tiempo que los trenes no circulaban por el centro de Manhattan, el equipo tuvo que pasar diez días de mucho frío, en el mes de noviembre, para poder rodar la escena a tiempo en Chicago, para la que se necesitó utilizar dieciséis cámaras.
Dicha escena debería haber terminado con la explosión del convoy con unos tanques de propano. No obstante, por falta de tiempo, fue sustituida por el hercúleo esfuerzo de Spiderman para detener el tren. Pese a que resultara muy emotivo que los pasajeros descubrieran que el héroe no era más que un crío, muchos espectadores pusieron el grito en el cielo porque les parecía que el protagonista se desenmascaraba demasiado en la película, algo que no sucedía en los cómics. Sin embargo, John Dykstra se mostraba muy satisfecho, ya que se alzó con el Óscar, por los efectos especiales, que le había sido negado en la entrega anterior.
Desechada la idea de un triángulo amoroso que incluyese al Doctor Octopus, se optó como reemplazo por John Jameson, el hijo de J. Jonah Jameson, al que dio vida Daniel Gillies, lo que dio la oportunidad de contemplar más escenas divertidas de su padre (aunque hubo que esperar a la edición extendida para poder ver al editor del Daily Bugle disfrazado de Spiderman y emulando sus poses). La escena en la que el héroe salvaba a Mary Jane y le desvelaba su identidad pondría punto final a la relación entre John Jameson y la pelirroja, aunque Kirsten Dunst reconoció habérselo pasado muy bien mientras gritaba colgada de un cable.
Aunque Spider-Man 2 se rodó, durante las primeras semanas, en localizaciones de Manhattan, Queens y Brooklyn, con la intención de ser lo más genuinos posible, escenas como la de la cafetería, en la que Peter Parker se está intentando sincerar con Mary Jane, hasta ser interrumpidos por un coche, se rodaron en Los Ángeles, con las calles caracterizadas como si fuesen el cruce de Lafayette Street y Astor Place.
Por desgracia, Earl Wiggins, el ingeniero encargado de crear el sistema de cámaras que hacía creíble para el espectador los balanceos del hombre araña, había muerto a finales del 2002. No obstante, aunque en la primera película apenas se aplicó su proyecto para unas pocas escenas, en Spider-Man 2 les fue de mucha utilidad. El superhéroe se balanceaba por las calles de Nueva York al ritmo de la banda sonora de Danny Elfman, al menos hasta que el músico dejó el trabajo a medias debido a un conflicto con Sam Raimi. Christopher Young le sustituyó aunque no fue acreditado en esta película, pero sí en la secuela.
Stan Lee no dejó pasar la oportunidad de hacer su cameo habitual en Spider-Man 2. En esta ocasión ayudaba a una mujer a no acabar sepultada bajo unos escombros derivados del enfrentamiento del Doctor Octopus con el protagonista del filme.
Al final de Spider-Man 2, el héroe consigue a la chica y derrota al villano, pero la película cierra con un primer plano de una preocupada Mary Jane, lo que deja claro que la historia no termina ahí. Además, Harry Osborn también está enterado de quién es en realidad Spiderman, al que considera culpable de la muerte de su padre, de modo que era necesaria una tercera entrega que cerrara todos esos frentes. A tres meses del estreno de la película, se anunció una tercera parte para 2006, aunque, tal y como vaticinaba Avi Arad, se restrasó hasta 2007.
Spider-Man 2 recaudó cuarenta millones de dólares el día de su estreno en Estados Unidos y, en todo el mundo, setecientos ochenta y tres, lo que dejaba muy claro cuál era el superhéroe de moda en aquel momento.
Este filme también contó con su adaptación al cómic, bajo el título Spider-Man 2: The Movie, con guion de Roberto Aguirre-Sacasa y dibujos de Staz Johnson, Ron Lim y Patt Olliffe, además de con una novelización llevada a cabo por Peter David.