El numero 11 de Star Wars centrado en Darth Vader publicado por Marvel Comics nos revela por qué, a pesar de su inmenso poder, este siempre estuvo a la sombra del Emperador.
Palpatine: El maestro indiscutible del lado oscuro
No es que Vader sea flojo, es que Palpatine es demasiado fuerte. En el número de Star Wars: Darth Vader (#11 de 2020), publicado por Marvel Comics y escrito por Greg Pak, la complejidad de la relación entre el Lord Sith y su maestro toma un nuevo nivel. Y es que, oye, no es solo que Palpatine tenga un ejército de destructores de planetas bajo la manga; es que el tío tiene la habilidad de hacerte sentir que no vales un pimiento en la galaxia.
Si alguna vez te preguntaste si Vader podía derrocar a su maestro, deja que te cuente: no tiene ni pajolera idea. Vader, el hombre con una sed eterna de poder, cree que puede enseñarle una lección a Palpatine. Se enfrenta a él en Exegol, pero lo que recibe es otro recordatorio brutal de quién lleva los pantalones en el lado oscuro. Sí, Palpatine le muestra una vez más que su poder es inalcanzable, que sus planes son impecables y que, en última instancia, la fuerza de Vader solo es una extensión del propio poder de Sidious.
El verdadero poder del Emperador
Palpatine no solo es un Sith, es el cerebro maestro detrás de todo. Sus manipulaciones van más allá del Regla de los Dos Sith, esa norma establecida por Darth Bane que dicta que solo debe haber un maestro y un aprendiz en cualquier momento. Pero Palpatine siempre tuvo una vuelta de tuerca para todo, incluso para esa regla. A lo largo de la historia, tuvo a Darth Maul, a Conde Dooku y, por supuesto, a Vader, siempre manteniéndolos en jaque para que ninguno pudiera superarlo.
No solo manipuló la Regla de los Dos a su antojo, también manipuló a sus propios aprendices. Desde el principio, cuando Darth Maul era todavía su aprendiz, ya tenía en marcha planes para corromper a Dooku. Y cuando Dooku cayó, ya estaba Anakin listo para tomar su lugar. Siempre un paso por delante, el Emperador tenía un recambio listo para cada aprendiz que caía, asegurando que él siempre sería el que llevase las riendas.
La debilidad fundamental de Darth Vader
Anakin Skywalker, o Darth Vader, tiene potencial. Eso no se puede negar. Es el Elegido, el que se supone que traería equilibrio a la Fuerza. Pero siempre ha tenido un problema con la autoridad. Ya sea con el Alto Consejo Jedi o con Palpatine, nunca pudo aceptar un papel secundario. Esto se acentúa aún más cuando entendemos que su verdadera debilidad siempre ha sido su incapacidad para salir de la sombra de Palpatine. Desde el momento en que dejó Tatooine, Vader siempre fue el eterno segundo.
Por lo tanto, incluso cuando desafía a Palpatine, se da cuenta de una verdad incómoda: nunca será tan poderoso como su maestro. Ni siquiera su acto final de redención, que todos los fans conocemos, cambia esta realidad. De hecho, este acto solo sirve para jugar más a favor de los planes del Emperador, quien eventualmente resucita en “El Ascenso de Skywalker“.
Duelo por el trono del lado oscuro
Si hablamos de iconos de la cultura pop, Darth Vader es un emblema que ha trascendido la pantalla para arraigarse en nuestro imaginario colectivo. La travesía del héroe caído, desde el joven y prometedor Anakin Skywalker hasta convertirse en el aprendiz oscuro del Emperador Palpatine, ha sido un arco argumental fascinante que se ha examinado desde numerosos ángulos. Es un viaje que ha capturado a generaciones, pero, ¿qué es lo que realmente lo hace especial? Tal vez sea esa eterna lucha interior, ese enfrentamiento constante entre la luz y la oscuridad que reside en su interior.
En el otro rincón, tenemos al Emperador Palpatine, una de las mayores mentes criminales que la galaxia haya visto jamás. El personaje ha sido tan bien construido que, al final de cada trilogía de Star Wars, uno no puede evitar sentir cierto nivel de respeto (aunque sea malévolo) por la maestría de sus planes. A lo largo de los años, Palpatine ha demostrado una habilidad única para adaptarse, lo que le ha permitido superar no solo a Jedi y a la República, sino también a sus propios aprendices. Es una lucha de titanes que solo puede tener un vencedor, y parece que el Emperador siempre lleva las de ganar.
Palpatine siempre ha sido el villano definitivo de Star Wars. Su capacidad para manipular y conservar su poder lo convierte en uno de los Sith más poderosos que jamás han existido. A través de su trabajo con Vader, demuestra que su poder no tiene límites. Y, aunque Vader haya encontrado la redención al final, solo sirvió para confirmar que Palpatine siempre fue, y siempre será, el verdadero maestro del lado oscuro.