Entre la nostalgia y el desprecio, el presidente de Marvel Studios, Kevin Feige, da su opinión más sincera sobre una era dorada… y también oscura, del cine de superhéroes
A todos nos ha pasado: miras atrás y piensas, “¿en qué estaba pensando?”. Imagínate ser Kevin Feige, el presidente de Marvel Studios, y reflexionar sobre una era en la que no tenías control alguno sobre cómo se llevaban a la gran pantalla algunos de tus personajes más queridos. “Odiaba eso”, confiesa Feige, en palabras más que reveladoras.
El poder y la impotencia en Marvel Studios
Antes de que el Universo Cinematográfico de Marvel (MCU) despegara con Iron Man en 2008, Marvel era un campo de pruebas para estudios como 20th Century Fox y Sony Pictures. Mientras que obras como Spider-Man y X-Men brillaban, otras como Daredevil y Fantastic Four mordían el polvo.
Por su parte, Feige tenía que ver con manos atadas cómo se cocinaban desastres como las últimas películas de Fantastic Four y X-Men. Ahora, aunque tiene el control sobre Spider-Man, sigue sin poder evitar que Avi Arad siga adelante con proyectos cuestionables como Venom y Morbius.
“Sugerimos, pero no nos hicieron caso”
En el recientemente publicado libro MCU: El Reinado de Marvel Studios, Feige aborda este tema delicado. “Sugerimos pero no nos hicieron caso”, recuerda. Una afirmación contundente que nos hace pensar en qué hubiera sido del cine de superhéroes si el titán de Marvel Studios hubiera tenido carta blanca desde el principio. David Maisel, el presidente original de Marvel Studios, también comparte este sentimiento de frustración al recordar que no tenían acceso a muchos personajes populares cuando se estrenaban esas películas decepcionantes en los 2000.
Las propiedades prodigio vuelven a casa
El escritor Craig Kyle menciona en el libro que siempre fue el plan de Feige recuperar las propiedades que Marvel Entertainment vendió cuando la compañía estaba al borde de la bancarrota en los años 90. “Desde el momento en que llegué a Marvel, Kevin le había estado diciendo a Avi [Arad] que teníamos que recuperar los derechos”, señala Kyle. Y parece que lo ha conseguido en gran medida, ya que tenemos nuevos proyectos como Daredevil: Born Again en camino, y personajes como los Fantastic Four y X-Men están comenzando a incorporarse al MCU.
La retrospectiva de Feige nos permite no solo entender las decisiones creativas detrás del MCU, sino también valorar el esfuerzo y la pasión que han llevado a Marvel Studios al lugar donde se encuentra hoy. Es como abrir una cápsula del tiempo llena de hits y fiascos que conforman el mosaico de lo que ahora es un imperio del entretenimiento. El libro MCU: El Reinado de Marvel Studios no solo es una ventana a esos años de ensayo y error; es como tener un pase VIP a los archivos secretos del estudio, un tour por los pasillos de lo que pudo haber sido y finalmente es.
Años oscuros con luces y sombras
Esta versión más humana de Feige, que el libro muestra, nos da una paleta emocional más completa del hombre detrás de la cortina. No es solo el gurú que nos entregó la epopeya del Infinity Saga, es también un fan que ha vivido desilusiones, frustraciones, pero que nunca dejó que esas experiencias nublaran su visión para el futuro. Ese equilibrio entre la nostalgia por lo que se pudo hacer mejor y la esperanza de lo que está por venir es crucial.
La interrogante que nos deja el libro es un eco de nuestras propias dudas como fans: ¿cuál es tu película Marvel no relacionada con el MCU que menos te gusta? Se convierte casi en una pregunta retórica, porque lo que realmente importa es reconocer que incluso los fallos contribuyen a la grandeza futura. Esos errores del pasado han sido los ladrillos sobre los cuales se construyó el rascacielos que es Marvel hoy. Y eso, queridos lectores, es lo bello de este viaje narrativo que Feige y compañía nos ofrecen, lleno de altibajos pero siempre apuntando hacia las estrellas.
