Los cinco de Cambridge, publicada por cARTEm Cómics, es una historia de espionaje basada en hechos reales durante la guerra fría, protagonizada por agentes británicos que ejercieron de espías para la URSS en el propio corazón del Servicio de Inteligencia de Su Majestad
Dentro de la Colección Súper BD de cARTEM Cómics, se ha publicado la historia de estos ciudadanos británicos que espiaron para la URSS, informándolos de importantes secretos nacionales, que sirven a Valérie Lemaire y Oliver Neuray, para mostrar una historia de espías más cercana a la realidad, sin la fantasía de los ’00’ creados por Ian Fleming, también al servicio de Su Majestad.
Estos cinco de Cambridge fueron conocidos también como el Círculo de Cambridge, porque fueron reclutados por agentes soviéticos en el Reino Unido, durante los últimos lustros de la época de Entreguerras (1919-1939), principalmente, en el Trinity College y el King’s College de la Universidad de Cambridge. Su objetivo era informar a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas de todos aquellos datos que pudieran ser relevantes para la seguridad nacional.
El reclutamiento de estos insignes ciudadanos británicos fue llevado a cabo por el NKVD, siglas del Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos de la Unión Soviética, que en la década de los años cincuenta, tras una reestructuración, se desgajó en dos grandes instituciones, una de las cuales pasó a ser el famoso Comité para la Seguridad del Estado, la KGB, responsable de obtener y analizar la información de inteligencia de la URSS.
La importancia de la captación de fuentes humanas realizadas por los soviéticos radicaba en que la mayoría de los captados del Trinity College, entre ellos los cinco de Cambridge, eran funcionarios de la inteligencia británica, bien del MI5 o del MI6, que son las ramas existentes para la inteligencia interior y exterior, por lo que los soviéticos podían tener planes de contingencia y contrainteligencia muy avanzados, sin que los servicios occidentales lo supieran.
El contexto histórico, la Guerra Fría
La guerra fría fue un verdadero conflicto global, porque abarcaba todo el planeta y la alineación de los países en el conflicto acabó transformando el mundo existente. La revolución social que tuvo lugar entre 1945 y 1977, acabó imponiendo a la sociedad urbana sobre la agraria y supuso la expansión de las economías de servicios.
La inexistencia de un conflicto directo durante la Guerra Fría entre las superpotencias, EE. UU. y la URSS, devino en conflictos indirectos y la retaguardia fue uno de los frentes más importantes del conflicto deviniendo en una gran confrontación ideológica que partía el mundo en dos grandes grupos, los países capitalistas y los países comunistas, junto con un grupo más pequeño de países no alineados.
El conflicto comenzó tras la victoria sobre la Alemania nazi en la II Guerra Mundial, donde el desconocimiento mutuo de las dos grandes potencias en alza hizo que comenzasen a buscar información encubierta entre ellos generando posteriormente desconfianza y finalmente una enemistad acérrima.
En esta época algunos teóricos de la URSS preveían un inminente hundimiento del capitalismo, una Gran Depresión a gran escala; mientras que los norteamericanos, teniendo en cuenta su experiencia en el Crac de 1929, asumieron un papel protagonista y de liderazgo, dejando atrás su aislamiento internacional voluntario. Todo ello supondría, antes o después, un choque ideológico entre ambas naciones, originado por la incertidumbre del momento.
Stalin siempre había pensado que la clave para extender la revolución era Alemania, por lo que si esta era comunista, el resto del continente lo sería. Además, los partidos comunistas de grandes países europeos como Francia, Gran Bretaña o Italia, tenían un gran prestigio por su resistencia al nazismo. Por otra parte, Stalin no quería una confrontación abierta con los EE. UU. por el adelanto en tecnología bélica que poseían y su bonanza económica, por lo que no forzó la instauración de gobiernos comunistas en Europa Occidental.
Todo ello dio pie a conflictos encubiertos y búsqueda de fuentes humanas dentro de los gobiernos amigos y enemigos, como los cinco de Cambridge, para poder prever los movimientos de los adversarios. Con la muerte de Stalin en el año 1953, comenzó una nueva era en la URSS, que también se dejó sentir en los países occidentales. Hasta comienzos de los años ochenta, la guerra parecía del lado de la URSS, pero fue un punto de inflexión hacia su declive.
Para comprender mejor este declive y el comienzo de la Perestroika, es interesante la lectura de El guardaespaldas de Masud, publicado también por cARTEm en su colección de Historias de la guerra.
La trama en los cinco de Cambridge
En la presente edición de Los cinco de Cambridge de cARTEm Cómics se ha realizado un tomo integral con todo el material de las tres historias publicadas originalmente en tres tomos: Trinity, 54 Broadway y Los estanques del patriarca. A través de esos capítulos, el lector se sumergirá en el mundo del espionaje real, donde los personajes luchan por sus creencias, aunque sea manipulando al resto y vivir en constante tensión.
La historia comienza en 1979, cuando John y Kolia visitan a Anthony Blunt, quien a través de los periódicos ha sido descubierto como un espía soviético y forma parte de Los cinco de Cambridge. John y Kolia acceden a él porque su madre fue una buena amiga de Blunt, así que el anciano no tiene reparos en contarles su historia.
Realizando un flashback, Blunt comienza a relatar la historia desde 1931, cuando aún eran patentes los estragos de la crisis de 1929 y la gente luchaba por sobrevivir. En Cambridge, los estudiantes de las clases altas no piensan en ello, porque se sienten superiores, pero algunos de ellos comienzan a plantearse dudas.
Las dudas de algunos de los estudiantes, junto con el ascenso del fascismo en Europa, hacen que comiencen a ver la sociedad existente desde otro punto de vista, reforzando sus convicciones ideológicas y viendo que tienen muchos elementos en común con el ideario comunista, por lo que se acercan hacia los soviéticos y, finalmente, son captados por ellos constituyendo una de las células de espionaje más increíbles de la historia.
A partir de esta premisa se van desenvolviendo las historias de los diferentes personajes de los cinco de Cambridge, con viajes por otros países, incluido España donde Philby es condecorado por el general Franco, no concibiendo ninguno de los presentes ni ausentes, que forman parte del espionaje soviético. Además, Guy consigue un trabajo en el MI6 y Donald en la embajada británica en París.
El trabajo de Olivier Neuray y Valérie Lemaire
En los diferentes capítulos de los cinco de Cambridge los autores desarrollan numerosas tramas e introducen a una gran variedad de personajes, que en ocasiones pillan a pie cambiado al lector, dejándolo con una sensación de haber perdido el hilo narrativo. A su vez, la presentación de los personajes a veces es muy parva, con muy pocas viñetas.
Al usar a Anthony Blunt como narrador en 1979, la historia tiene un sentido subjetivo apto para la trama, pero este interés también conlleva que sea más difícil para el lector seguirla. La historia se intercala de forma repentina entre 1979 y los años pretéritos en pocas viñetas, lo cual descoloca un poco la lectura. Si se ha leído previamente el tomo de Los cosacos de Hitler, el lector tendrá más ventaja para entender la historia, pero no es una conditio sine qua non, para seguirla sin problema.
Las ilustraciones son muy detalladas y el cambio de viñetas hace que sean muy dinámicas, pero las expresiones faciales no son tan expresivas como se espera en una obra de este calado. Los autores optan por un diseño con sombras y líneas gruesas, más que por finas y pequeñas pinceladas; de todos modos, hacen del dibujo del tomo algo único y característico, perfectamente acompañado por el color aplicado.
Resultado y presentación del tomo integral
La Colección Súper BD de cARTEm Cómics es un sinónimo de calidad, desde el mismo momento en que se observa el tomo de Los cinco de Cambridge se nota una pátina de perfección que abarca incluso al lomo de la obra, por lo que incluso visualmente llama la atención del futuro lector ya desde la estantería.
En el presente integral de 152 páginas de los autores Valérie Lemaire y Oliver Neuray, la editorial ha optado por un formato de 23 x 32 cm, en tapa dura, con impresión sobre papel mate de 150 gramos, con una reseñable traducción de Mateo Pierre Avit Ferrero y un buen prólogo de Sergio Brancato.
En definitiva es una historia muy interesante, debido en parte a la realidad en la que está basada. Cierto es que a veces no es fácil de seguir el hilo, por la cantidad de información que se ha de procesar, pero del mismo modo mantiene con gran expectación la trama. Los dibujos tienen un estilo particular, que evocan al lector los años treinta del siglo XX, por lo que hacen que la lectura sea toda una experiencia positiva.
La historia real más increíble sobre espionaje en el siglo XX
Con la Guerra Fría como telón de fondo, cinco valerosos espías británicos operan la sombra, transmitiendo secretos vitales para el régimen comunista. En una trama repleta de giros imprevistos y oscuros secretos, la supervivencia pende de un hilo, la pregunta es: ¿podrán sortear los desafíos?
Basada en hechos reales, esta cautivante historia nos transporta a la década de los años 50, cuando, a pesar que la Segunda Guerra Mundial ya había llegado a su fin, una nueva amenaza comienza a acechar desde las fronteras: el auge del comunismo y la posterior Guerra Fría.
En ese momento, cinco intrépidos espías británicos ya operaban clandestinamente, transmitiendo valiosa información para el régimen comunista desde diversos rincones del mundo. En tiempos en que cada paso podría sellar tu destino como traidor, la improvisación no tiene cabida. Por ello, estos hábiles espías deberán sortear todas las trampas, desafíos y tentaciones que encuentren en su camino. ¿Serán capaces de superarlos?
Espionaje en la era de la Guerra Fría
Una trama repleta tanto de intrigas internacionales como personales y ambientada en los años más convulsos del siglo XX europeo. La España de Franco, Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Alemania y Rusia, entre otros, se entrelazan en el juego de espionaje protagonizado por estos cinco hombres muy diferentes entre sí, pero unidos con una meta común.
Aunque para muchos el amor, la amistad y la construcción de una familia representan ideales anhelados, para estos cinco espías británicos constituyen un equilibrio precario entre lealtades, vidas personales y la constante amenaza de exposición.
Con giros inesperados, secretos oscuros y una tensión constante, atraerá a quienes buscan intriga y suspenso. Además, explora la psicología de los personajes y sus dilemas morales, así como las complejidades de la política internacional y las relaciones globales. La trama se entrelaza con la historia europea de la posguerra y destaca la vida universitaria junto con los entresijos del espionaje.
¿Quiénes fueron, en realidad, los Cinco de Cambridge?
“Los Cinco de Cambridge” fue un grupo de espías que trabajaron para la Unión Soviética durante la Guerra Fría. Originarios de prestigiosas universidades británicas, principalmente de la Universidad de Cambridge, de ahí el nombre.
Los cinco miembros principales fueron:
Kim Philby (Harold Adrian Russell Philby): Operó dentro del MI6, el servicio de inteligencia británico, llegando a alcanzar altos cargos en la organización. Entre los cinco, fue el más influyente en la comunidad de inteligencia británica, filtrando una abundante cantidad de información a la Unión Soviética.
Donald Maclean (Donald Duart Maclean): También trabajó en el MI6 y tuvo acceso a información altamente clasificada sobre asuntos internacionales. Junto con Philby, proporcionó información crucial a los soviéticos.
Guy Burgess (Guy Francis de Moncy Burgess): Al igual que sus compañeros, sirvió en la inteligencia británica, específicamente en el MI5. Gozaba de acceso a información sobre políticos y funcionarios clave.
Anthony Blunt (Anthony Frederick Blunt): Aunque no se involucró directamente en los servicios de inteligencia, mantenía conexiones influyentes en el mundo del arte y la cultura. Fue el miembro menos conocido y su traición emergió a la luz en etapas posteriores.
John Cairncross (John Syme Cairncross): Trabajó en el departamento de códigos de la inteligencia británica, donde tenía acceso a información altamente confidencial.
Estos individuos espiaron para la Unión Soviética durante décadas, proporcionando información que tuvo un impacto significativo en la seguridad occidental. Sus actividades y la traición de estos individuos fueron descubiertas en la década de 1950, lo que resultó en uno de los mayores escándalos de espionaje de la Guerra Fría.
