Jerry Siegel podría haberse inspirado en Gladiator para crear a Superman, pero hay un gran misticismo al rededor de si fue algo más que inspiración
No me digas que nunca te has preguntado de dónde sacó Jerry Siegel la idea para crear a Superman. ¿Te suena el nombre de Philip Wylie? Resulta que, en los bastidores de los cómics, corre una leyenda que relaciona la creación del Hombre de Acero con una novela de 1930 llamada “Gladiator”. ¡Y te aseguro que la cosa no se queda en simples coincidencias!
Todo mundo conoce a Jerry Siegel como el cerebro detrás del Hombre de Acero, pero pocos saben que este visionario escritor estaba bastante influenciado por el novelista Philip Wylie y su obra Gladiator. Este libro, publicado en 1930, cuenta la historia de Hugo Danner, un hombre con habilidades sobrenaturales que sufre más que goza con sus poderes. La relación entre Siegel y Wylie ha sido un misterio, pero un reciente descubrimiento ha vuelto a colocar este tema bajo los focos.
La novela Gladiator: ¿un prototipo para Superman?
Ahora, si aún no te has enterado de qué va la obra de Philip Wylie, te pongo en contexto. La obra trata sobre Hugo Danner, un chaval que nace con superpoderes gracias a los experimentos de su padre. Su vida es un poco trágica, la verdad. Lucha en la Primera Guerra Mundial, se convierte en una estrella del fútbol americano y acaba muriendo solo en una montaña, cuestionando a un Dios indiferente. ¿Te suena algo familiar? Efectivamente, hay similitudes insoslayables con la vida de nuestro querido Superman.
Durante años, Siegel fue muy sigiloso sobre las influencias en su obra, sobre todo por cuestiones legales. No es un secreto que el copyright en los años 30 era un tema bastante más espinoso que ahora. Pero, aunque nunca lo admitió en público, un fragmento de una autobiografía no publicada de Siegel confirmó que Gladiator influyó en la creación de Superman. En ella dice: “Leí y disfruté ‘The Gladiator’ de Philip Wylie. También me influyó”.
Situando la leyenda en su contexto histórico
¿Sabías que Wylie estuvo a punto de demandar a Siegel y a su compañero Joe Shuster? Imagínate lo que hubiera supuesto eso en la historia de los cómics. Sin embargo, Wylie decidió no hacerlo. ¿El motivo? Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero el testimonio póstumo de Siegel en su autobiografía añade otra capa de misterio a la historia.
Más allá de las anécdotas, esta revelación nos plantea preguntas fascinantes sobre el proceso creativo en el mundo del cómic y la literatura. ¿Hasta qué punto los creadores están influenciados por obras anteriores? ¿Cómo afectan las leyes de copyright al desarrollo de nuevos personajes? Es cierto que Siegel también bebió de otras fuentes, como Doc Savage y John Carter de Marte, pero que nunca mencionara a Wylie en vida le añade un aura de misterio que nos tiene a todos fascinados.
Vamos a añadir un poco más de chicha a la historia de Superman. Resulta que cuando Jerry Siegel y Joe Shuster crearon a Superman, no solo se estaban basando en figuras literarias como el Gladiator de Wylie. También estaban tomando el pulso social de una América en plena Gran Depresión, un momento en el que la gente realmente necesitaba un héroe. El Hombre de Acero se convirtió en un símbolo de esperanza y fortaleza, capaz de combatir no solo supervillanos, sino también las injusticias sociales y la corrupción.
Siegel era un joven de Cleveland, Ohio, hijo de inmigrantes lituanos. La muerte trágica de su padre en un robo llevó a Siegel a crear un personaje que pudiera actuar como el defensor del inocente, un tema que se convertiría en la esencia del Hombre de Acero. Además, el propio Siegel era un gran fan de la ciencia ficción y los comics pulp, lo que evidentemente influyó en la creación de un personaje que combinara elementos de fuerza sobrenatural, justicia infalible y valentía.
Con todos estos ingredientes mezclados, Siegel y Shuster cocinaron algo más que un simple personaje de cómic; crearon un ícono cultural que trasciende generaciones y fronteras.
Gracias a estas recientes revelaciones, podemos añadir un nuevo capítulo al gran libro de las leyendas de los cómics. La influencia de Philip Wylie en Siegel nos demuestra que, a veces, los héroes más grandes pueden tener orígenes muy humanos y complejos. Y oye, que si no lo crees, siempre puedes tirar de “una llamada” o, en este caso, de un email revelador para cambiar todo lo que creíamos saber.
