El viaje épico de Marvel desde sus humildes comienzos hasta superar la quiebra y transformarse en la mega franquicia que es hoy
¿Sabías que Marvel casi cierra sus puertas en los años 90? Pues sí, la editorial de cómics que ahora nos trae grandes éxitos en cine y televisión pasó por momentos muy oscuros. Pero para entender todo esto, retrocedamos hasta 1939. Marvel nació en plena Segunda Guerra Mundial como Timely Comics, y en ese momento nos presentó a iconos como La Antorcha Humana y Namor el Submarino. Fue la Edad de Oro de los cómics, una era marcada por el surgimiento de superhéroes llenos de valentía y los colores de la bandera estadounidense.
El personaje más representativo de este periodo patriótico fue, sin duda, Capitán América. Creado para encarnar el espíritu de lucha y valentía ante la adversidad, este superhéroe llegó para quedarse en la cultura popular, pero también fue un signo de su época, incluso llegando a golpear a Adolf Hitler en la portada de su primer cómic.
El renacimiento Marvel de la mano de Stan Lee
A medida que los años avanzaban, los temas patrióticos perdieron protagonismo. Para adaptarse, Marvel incursionó en géneros como la ciencia ficción y el terror. No todo fue un paseo de rosas, eso sí; esta diversificación trajo polémicas y censura con la creación del Código de Comics (CCA). Pero cuando más se necesitaba, surgió un héroe detrás del papel y la tinta: Stan Lee.
Stan Lee revolucionó el mundo de los cómics al presentar personajes más humanos y con defectos, como los 4 Fantásticos. Fue una bocanada de aire fresco que puso a Marvel otra vez en el mapa, y personajes como Spider-Man e Iron Man se convirtieron en parte integral de este universo que ahora conocemos y amamos.
La burbuja que casi acaba con todo
Ah, los años 90. Esa década trajo consigo la burbuja especulativa que casi destruye a La Casa de las Ideas. Fue una época de alta especulación y compras compulsivas de cómics, alimentada por el dueño de Marvel en ese momento, Ronald Perelman. El sueño se desplomó estrepitosamente, las ventas cayeron en un 70%, y la empresa se vio envuelta en una deuda de 610 millones de dólares. ¿El resultado? Marvel se declaró en quiebra.
Aquí es donde las cosas toman un giro interesante. A pesar de la quiebra, los nuevos propietarios, Isaac Perlmutter y Avi Arad, no se rindieron. Comenzaron a vender los derechos cinematográficos de personajes icónicos para mantener a flote la empresa, pero la verdadera revolución llegó con David Maisel. Este hombre tenía un plan: que Marvel produjera sus propias películas. Tomó dos años de negociaciones, pero al final consiguieron 525 millones de dólares para arrancar su universo cinematográfico.
Del cine a Disney y más allá
La apuesta funcionó como un encanto. En 2008, Iron Man marcó el comienzo de una era dorada para Marvel, que culminó en su adquisición por parte de Disney. Ahora, la compañía que estuvo al borde de la extinción se ha convertido en una de las franquicias más rentables de la historia del entretenimiento y lo que han conseguido con su universo cinematográfico ya es historia de la cultura popular con varias películas en lo más alto de la recaudación global en su haber como el caso de Vengadores: Infinity War o Vengadores: Endgame.
Las películas de Marvel han marcado un formato, un cine de puro espectáculo que ha creado el paradigma de los universos cinematográficos que todavía ninguna empresa ha conseguido igualar. La historia de Marvel es una de resiliencia, de caer y levantarse una y otra vez. De enfrentar retos gigantes y superarlos. Y ahora, este gigante del entretenimiento no muestra signos de detenerse. Al contrario, parece que su universo seguirá expandiéndose, para deleite de todos sus fans.