¿Cuánto sabes acerca de los entresijos de la película The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro, dirigida por Marc Webb?
Tras el éxito obtenido por el filme The Amazing Spider-Man (2012), era de esperar que viese la luz una secuela, que llegaría a las salas de cine en 2014, bajo el título The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro, cuyos mayores secretos vamos a desvelar en este artículo.
Si algo tenía claro Marc Webb era que Gwen Stacy había nacido para morir, al igual que lo sabía Emma Stone y la mayoría de los espectadores. Aunque Avi Arad ya había tratado el tema con el productor Matt Tolmach, durante el rodaje de la trilogía anterior, el tener en The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro a Gwen Stacy como el gran amor de Peter Parker, sin interferencias de Mary Jane, ponía a dicha película como el momento idóneo para llevar a cabo la muerte de la joven.
Con solo echar un vistazo al título del filme, queda claro que se intentó desviar la atención del público, posicionando a Electro de Jamie Foxx, como el enemigo principal, mientras que el Harry Osborn / Duende Verde de Danny DeHaan parecía quedar relegado al mismo segundo lugar que el Rino de Paul Giamatti.
Matt Tolmach llevaba jugando con la idea del paso del tiempo desde antes del estreno de la película anterior, tal y como lo había hablado con los guionistas Alex Kurtzman y Roberto Orci, de modo que en The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro quedó reflejado tanto con la gradución de Peter Parker, puesto que Andrew Garfield ya tenía veintiocho años y no podía pasar mucho tiempo más como un creíble estudiante de instituto, como en la muerte de Gwen Stacy.
En la entrega anterior se había trabajado con la idea de si Peter Parker podía ser Spiderman, de modo que, en esta ocasión, se trataría sobre la pregunta inversa y el precio a pagar por ello.
Marc Webb tenía claro que quería corregir todos los aspectos en los que podía haber fallado en la primera película, de modo que, para The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro, se aseguró de que el traje del superhéroe fuese lo más parecido posible al de los cómics, a la vez que trataba de lograr el máximo realismo posible en elementos tan característicos del personaje como la telaraña o el sentido arácnido.
Otra de las mejoras que incluyó Marc Webb en The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro fue prescindir de las gigantescas cámaras 3D para añadir dichos efectos en la postproducción, lo que le permitía filmar algunas escenas de manera manual y moverse por escenarios conflictivos sin problemas.
Además de volver al tema de la muerte de los padres de Peter, pero esta vez desde la perspectiva de ellos, hasta su funesto final, The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro también contaba, inicialmente, con una escena posterior en la que se veía al Richard Parker de Campbell Scott regresar sano y salvo, consolar a su hijo y soltarle la frase sobre el poder y la responsabilidad. Sin embargo, dicha idea acabó por ser desechada junto a la de incluir a la actriz Shailene Woodley como Mary Jane Watson, por considerar que solo distraería a los espectadores de la relación entre Peter y Gwen.
Las mejoras en el campo del CGI permitían que cada vez fuera más complicado distinguir al Spiderman auténtico del digital, como en la escena en la que el héroe perseguía a un Aleksey Systevich que aún no se había convertido en Rino. Para que dicha escena, en la que el superhéroe no dejaba de aparecer y desaparecer por diferentes ángulos, quedase perfecta, se recurrió a tres personas diferentes con el mismo disfraz. En un momento concreto de dicha escena, The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro incluso se permitió un homenaje al cortometraje Cops (1922) de Buster Keaton.
La película fue rodada de manera íntegra en distintos lugares Nueva York, siendo Long Island el elegido para la escena más compleja de la batalla entre Spiderman y Electro. Pero, sin lugar a dudas, la más recordada es la torre del reloj construida en Brooklyn, que sustituía al puente de los cómics como escenario de la muerte de Gwen Stacy, para hacer más hincapié en la ya mencionada metáfora del paso del tiempo.
Para que no hubiera lugar a dudas, se ralentizó la escena de la caída de la joven y se oyó claramente el “snap” tan polémico de los cómics, mientras que las agujas del reloj mostraban un ciento veintiuno. Gerry Conway, que se sintió reivindicado por aquello, pinchó por las redes sociales a Marc Webb hasta que consiguió que lo invitara a la premiere de The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro.
No obstante, la película cuenta con ciertos desequilibrios, como el ya citado hecho de engañar al público con el título, con una versión del alter ego de Max Dillon que guardaba escasas similitudes con su homólogo de los cómics (como en el caso del atuendo, cuyos colores verde y amarillo solo fueron mostrados en la escena de su tarta de cumpleaños) y que resultaba esquemático y, en ocasiones, histriónico, mientras que la auténtica amenaza del filme no era otra que Harry Osborn.
También cabe destacar que la escena de The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro, en la que nos era presentado el Instituto Ravencroft no funcionó como era de esperar, además de que dejaba a la altura del betún a un doctor Kafka, interpretado por Marton Csokas, que, por si fuera poco, no tardaba en morir (aunque es posible que aquello estuviera planeado para que su hermana Ashley lo sustituyera en la siguiente entrega).
El mayor problema es que para el Duende Verde, verdadero auténtico villano de The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro, se decidió prescindir del fallecido Norman, encarnado por Chris Cooper, y pasar directamente a Harry, cuyos esfuerzos por dar tridimensionalidad al papel no pasaron íntegros al montaje final. Para su atuendo, se continuó confiando en la armadura de la trilogía original, aunque sustituyendo la rígida máscara por el rostro del actor, deformado por la degeneración celular. No obstante, su escasa presencia en la cinta, pese a ser el responsable de la muerte de Gwen, le hacía parecer una incorporación de urgencia.
El verdadero añadido de última hora fue la escena en la que se veía a Harry prisionero en el Instituto Ravencroft, mientras que en Oscorp podíamos ver las alas del Buitre y los tentáculos del Doctor Octopus. Además, la ayudante del joven Osborn, encarnada por Felicity Jones, y que respondía por el nombre de Felicia, y el jefe de Max Dillon en Oscorp, que no era otro que Alistair Smythe, daban pistas a los fanes del cómic de los villanos a los que Spiderman podía llegar a enfrentarse en la siguiente entrega.
No obstante, la cosa no iba a quedarse ahí, ya que Marc Webb también tenía pensado traer a Mysterio y a Kraven, además de resucitar a Norman Osborn. Por si esto fuera poco, los títulos de crédito finales nos dejaban claro que el misterioso personaje que se podía ver paseando por delante de las alas y los tentáculos que ya hemos mencionado, no era otro que Gustav Fliers, más conocido como Caballero, un personaje que se ha prodigado más en las novelas que en los cómics.
En The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro, al contrario que en la trilogía anterior, se decidió que todas las amenazas provinieran de Oscorp, por lo que también serían responsables de la salida de Aleksey Systevich de la cárcel, ya con su armadura de Rino, en un choque que devolvía al hombre araña a la acción, con un niño de por medio, sin que la escena resultara ñoña o excesivamente sensiblera.
The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro dividíó a la crítica en dos. Los que estaban a favor, aseguraban que matar a la novia del héroe había sido muy valiente o que había buena compenetración entre Andrew Garfield y Emma Stone, sin olvidar el gran espectáculo que era ver a Spiderman en acción. Sin embargo, también había otros que pensaban que había demasiados personajes o que las tramas resultaban demasiado embarullada para que algunas de ellas no llegaran a ninguna parte.
En su primer fin de semana en Estados Unidos, la película recaudó noventa y un millones de dólares, pero, en el segundo, solo llegó a treinta y cinco, quedando doscientos dos millones por debajo de su predecesora. No obstante, gracias a la taquilla global, logró obtener setecientos millones, lo que no dejaba de situarla por debajo de todas las películas de Spiderman, desde que Tobey Maguire se puso el traje por primera vez, y ni se acercaba a los mil millones a los que se aspiraba, pero además de recuperarse lo invertido, se lograron beneficios, por lo que no se la podía considerar un fracaso.
Los planes para llevar a cabo secuelas y películas derivadas empezaron a desdibujarse, incluso para Andrew Garfield y Marc Webb, que estaban dispuestos a regresar para una tercera entrega, pero no para una cuarta, pese a que, antes del estreno de la segunda, Sony había colocado en su calendario The Amazing Spider-Man 3 y 4 para estrenarse en 2016 y 2018, respectivamente. Sin embargo, cuando las expectativas no se vieron satisfechas, los planes cambiaron. Así, el spin-off de The Sinister Six se planeó para el 2016, la tercera película protagonizada por Andrew Garfield se movió al 2018 y la cuarta se canceló definitivamente.
Andrew Garfield llegó a sincerarse ante la prensa al declarar cómo le afectaron las críticas negativas y que el guion original de The Amazing Spider-Man: El poder de Electro era genial, pero los siguientes recortes la habían empeorado. Sin embargo, aquello no le gustó nada a Sony, sobre todo después de que el actor plantara a varios ejecutivos en una comida, por lo que se pensó en buscar un sustituto para la tercera parte. Fuera de los focos, la productora ya estaba en conversaciones con Kevin Feige.
Como ya sabemos, esa tercera entrega nunca llegó a materializarse. No obstante, después del estreno de Spider-Man: No Way Home (2021), protagonizada por los tres últimos hombres araña audiovisuales, se ha especulado con el regreso de Tobey Maguire y de Andrew Garfield a la gran pantalla con sus respectivas sagas.