Greta Gerwig revela cómo el chascarrillo sobre el Snyder Cut pudo haber sido otro muy distinto
En el vasto universo de Barbielandia, un guiño cinematográfico estuvo a punto de cambiar el curso de una broma que ahora se ha vuelto viral. La película de Barbie, esa odisea de colores pastel con Margot Robbie a la cabeza, teje una narrativa que trasciende los límites de lo convencional, casi aludiendo a la cultísima obra de Ridley Scott, Blade Runner. Pero, en un giro de guion, la referencia final fue para el Snyder Cut de la Liga de la Justicia.
Un guiño de humor en el mundo de plástico
Greta Gerwig y Noah Baumbach, las mentes maestras tras este insólito proyecto, han creado un guion que se burla cariñosamente de grandes obras cinematográficas. Entre el sinfín de easter eggs, destaca una broma que puso en jaque a los fans más acérrimos de Zack Snyder, pero que originalmente iba dirigida a un director completamente diferente.
Los co-escritores desvelaron que, en una versión preliminar, uno de los momentos estelares de la película incluía nada menos que a Ridley Scott, quien habría dejado su huella en Barbielandia con una aparición estelar. Imaginaos la escena: Barbie, recién despojada de su lavado de cerebro, debatiéndose entre las versiones de Blade Runner, reflexionando sobre Deckard y su condición de replicante. Este detalle, un guiño a los cinéfilos, muestra el deseo de los guionistas de rendir un homenaje a las figuras que veneran.
Un Ken y Barbie para la nueva era
Dentro de este retablo moderno, Margot Robbie y Ryan Gosling no son simples juguetes en manos del destino, sino portavoces de una Barbielandia que se rebela y redescubre. Robbie, ya consagrada por su versatilidad en roles que desafían estereotipos, le da a Barbie una profundidad insospechada, mientras que Gosling, con su carisma indiscutible, transforma a Ken en un personaje que es más que un mero acompañante plastificado. Ellos dos, junto a un reparto estelar, son los encargados de llevar a cabo este viaje satírico a través de la pantalla grande.
En un mundo donde las películas de superhéroes dominan la taquilla, la película de Barbie promete ser una bocanada de aire fresco. No se trata solo de un escaparate de referencias cinéfilas, sino de un espejo que refleja las inquietudes y las risas de una sociedad que se asoma a la nostalgia para redefinir su futuro. Con este filme, Gerwig y Baumbach apuntan a ofrecer una narrativa que, al igual que las capas de una muñeca, revela más y más con cada visionado.
El “Kendom” y la subversión de lo convencional
El chiste del Snyder Cut en la película no era para menospreciar, sino para mostrar cambios de percepción. Así como Ken, interpretado por Ryan Gosling, se deleita descubriendo y distorsionando la estructura de poder en Barbieland, la referencia al Snyder Cut ilustra un cambio de estado mental en los personajes. Aunque la ferviente comunidad de fans de Snyder se tomó la broma con pasión, Gerwig aclaró en una entrevista que su intención no era otra que la de crear un paralelismo cómico con los cambios de la protagonista.
La decisión de sustituir la alusión a Blade Runner por la del Snyder Cut de la Liga de la Justicia sugiere un pulso más conectado con la actualidad, una referencia más fresca que resonaría con la audiencia moderna. Y, en última instancia, tanto el chiste desechado como el que llegó a la pantalla, ambos buscan celebrar las películas que han marcado la historia del cine.
La película de Barbie no solo es una travesía de autodescubrimiento y desafío a los roles de género. Es también un compendio de odes al séptimo arte, un reflejo de cómo incluso un mundo de plástico puede encerrar una crítica lúdica y amorosa hacia las grandes narrativas que nos han conformado. Y aunque el Snyder Cut se lleva el protagonismo en los chascarrillos, no cabe duda de que cada referencia cinéfila ha sido elegida y moldeada con el más puro de los cariños, un tributo encendido a los íconos que nos siguen inspirando día a día.