martes, noviembre 26, 2024

Melvin, el extraterrestre que pudo servir de inspiración para E.T.

/

Panini

¿Pudo E.T. ser un plagio de Melvin?

El estreno de E.T.

¿Es posible que exista alguna persona que no haya visto, aunque solo sea una vez, la película de E.T., el extraterrestre? Bajo la dirección de Steven Spielberg, esta película sobre un simpático ser de otro planeta vio la luz en 1982 y no tardó en alzarse con la categoría de clásico del cine. A pesar de pertenecer a la década de los ochenta, que nunca se ha llevado a cabo ninguna secuela ni se ha considerado la posibilidad de un remake, la película E.T. sigue atrayendo a pequeños y mayores y nunca pasa de moda.

Pero, ¿y si os dijéramos que este alienígena es una copia de otro extraterrestre de tebeo conocido como Melvin, aunque mucho menos benévolo? Para descubrir a qué nos estamos refiriendo, hay que continuar leyendo este artículo.

El origen de Melvin

Todo comenzó en 1975, cuando el dibujante catalán Joaquín Blázquez creó por encargo de la editorial americana Warren Publishing a un alienígena conocido como Melvin, protagonista de la historieta Then one foggy Christmas Eve, que vio la luz en el número 49 de la revista Vampirella (1969 – 1983), parte de cuya portada puede verse bajo este párrafo. La existencia editorial de este extraño personaje podría haberse quedado en una simple anécdota de no ser porque, seis años más tarde, cuando se estrenó en cines E.T., el extraterrestre, Joaquín Blázquez se autoconvenció de que el parecido físico entre el protagonista de la película y Melvin solo podía significar que se trataba de un plagio.

E.T., Joaquín Blázquez, Melvin, Steven Spielberg

Las polémicas similitudes entre E.T. y Melvin

Con la llegada de la década de los ochenta, el cine se convirtió en una de las industrias más fructíferas, por lo que muchos dibujantes, como el propio Joaquín Blázquez, mandaban ilustraciones a las productoras, esperando sacar algún beneficio del mundillo. Puede que alguien del equipo de Steven Spielberg, que quería hacer una película sobre un simpático extraterrestre que atrajera por igual a niños y a adultos, se tropezase, por casualidad, con el diseño de Melvin y, quizás de manera inconsciente, lo usó como inspiración para crear a E.T. Esa sería la única explicación para que el dibujante catalán no viera ni un céntimo de la recaudación de la exitosa película.

Ante lo que consideraba una injusticia, Joaquín Blázquez no se quedó de brazos cruzados, sino que, tras ver la película, escribió cartas a Hollywood, especialmente a Steven Spielberg, exigiendo una explicación de lo sucedido y el reconocimiento a su trabajo. Sin embargo, el director del cine nunca le contestó.

Lejos de rendirse, Joaquín Blázquez decidió ir al periódico La Vanguardia (vigente desde 1881), uno de los más influyentes de aquella época, a contar su caso. No obstante, a pesar de acudir en varias ocasiones al rotativo, nadie le prestó demasiada atención, con la excepción de un joven becario, llamado Víctor Amela, que estaba a la caza de su primer reportaje, al que el dibujante, durante una entrevista de cuarenta minutos, enseñó ilustraciones de Melvin y de E.T. para demostrar el gran parecido existente entre ambos personajes.

Víctor Amela escribió un artículo, bajo el título El dibujante español Blázquez afirma que Spielberg plagió su diseño de E.T., ya que su jefe reconoció que era cierto el parecido existente entre el alienígena televisivo y Melvin. No obstante, en investigaciones posteriores, el director artístico Ed Berreaux, que también colaboró en el citado largometraje, ha declarado que ningún ilustrador español estuvo involucrado y que tanto él como Carlos Rambaldi, bajo las instrucciones de Steven Spielberg, que quería que E.T., fuera una mezcla ente Albert Einstein y un perro carlino, fueron los verdaderos responsables.

Las consecuencias de la polémica

Teniendo en cuenta lo comentado en el párrafo anterior, no nos debe extrañar que, pasados dos años desde aquella entrevista, la repercusión fuera prácticamente nula, porque ni Spielberg ni ningún otro involucrado en la película de E.T. contestaron nunca, lo que no hizo sino agravar la salud mental del dibujante.

Joaquín Blázquez aseguraba que E.T. le había matado. Y quizás es una forma de verlo, porque lo que el consideraba una injusticia y un descarado plagio de Melvin pudo ser el desencadenante de que el dibujante mezclara medicamentos y alcohol, lo que le produjo un derrame cerebral que causó su muerte en 1986, es decir, cuatro años después del estreno en cines de E.T., el extraterrestre. Sus restos descansan en un nicho del cementerio de Montjuic.

E.T., Joaquín Blázquez, Melvin, Steven Spielberg

No nos corresponde a nosotros juzgar si Joaquín Blázquez tenía razón o si el parecido físico entre E.T. y Melvin es una simple casualidad. Tampoco podemos saber si Steven Spielberg no respondió a los mensajes del dibujante catalán para no delatarse o porque no creía tener razón alguna para justificarse. Pero, hay algo que está muy claro: la próxima vez que veamos la película E.T., el extraterrestre, la miraremos con otros ojos y no podremos evitar acordarnos de Melvin.

Comic Stores

SÍGUENOS EN REDES

124,427FansMe gusta
15,326SeguidoresSeguir
2,970SuscriptoresSuscribirte
Panini
ECC Ediciones
Norma Editorial
Comic Stores