jueves, noviembre 21, 2024

¿Por qué Jason Momoa es Aquaman? Pasado, presente y futuro del DCEU

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La película protagonizada por Jason Momoa, parece una de las últimas piezas en el camino con la que finalizar contratos y tratar de rascar algo de taquilla antes del reboot del universo de la mano de James Gunn, que llegará en 2025 con Superman Legacy.

El personaje de Aquaman a.k.a Arthur Curry siempre ha sido un tanto “extraño”. Nació como respuesta a la creación de Namor por parte de Marvel, en aquellos lejanos años en los que las dos grandes casas de cómics de superhéroes competían y se plagiaban sin pudor por conseguir la atención del público.

Como tantos otros personajes, Aquaman ha sufrido muchos cambios a lo largo de su historia, pero su camino ha sido particularmente complicado: sus poderes y atributos no estuvieron nada claros durante mucho tiempo y hemos visto encarnaciones suyas capaces de intercambiar golpes con el mismísimo Superman y otras que apenas lo dibujaban como un sireno con telepatía. Y esa deriva en sus características llevó al personaje, miembro original de la Liga de la Justicia, a convertirse en uno de los personajes más parodiados, olvidados e incluso odiados por muchos fans.

No obstante, cuando Warner se lanzó a la creación de un universo cinematográfico de DC, la presencia de Aquaman resultaba poco menos que imprescindible, y para su traslado a la gran pantalla se tomaron como referencia algunas de las encarnaciones más poderosas del rey de Atlantis, mucho mejor definido en sus poderes y su rol en las últimas décadas. Además, el tono oscuro que Zack Snyder quería darle a su DCEU necesitaba un personaje más rudo y alejado del canon clásico del personaje. Y aun así, todo ello no iba a ser suficiente para llamar la atención del fandom sobre un personaje tan maltratado históricamente.

Aquaman

Aquaman en el DCEU: ¿Por qué Jason Momoa?

Hacer encajar al personaje dentro de una liga de la justicia más oscura y “adulta” que fuera la piedra angular del universo cinematográfico en ciernes pasaba por conseguir que Aquaman pudiera funcionar en sus películas stand alone. Es decir, que fuese capaz de atraer a la gente y despertar el interés en sus películas como único protagonista. Y para eso era imperativamente necesario encontrar un actor que tuviera el tirón del que el personaje carecía.

Si pensamos en la imagen clásica y más reconocida de Aquaman, nos encontramos con un Arthur Curry alto, rubio y con los ojos y la piel claras, con un estilo marcadamente caucásico y elegante. Y había muchos actores que hubieran podido encajar en ese papel… el problema es que la mayoría estaban comprometidos con la marca rival, o no estaban interesados en el cine de superhéroes. Pero eso no tenía por qué ser necesariamente un problema.

Con la referencia del Aquaman de New 52, con un origen más rural y una personalidad más introvertida, había mucho espacio para construir un personaje carismático con el actor adecuado, y lo que menos importaba eran los detalles físicos, siempre que nos encontráramos con una figura físicamente imponente, capaz de representar en su persona el poder, la furia y la esencia salvaje de los siete mares. Y había un nombre que no podía ignorarse: Jason Momoa.

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Si recapitulamos para resumir las necesidades de la franquicia de cara a construir un universo cinematográfico, nos encontramos buscando un nombre popular que pueda atraer al público más allá del personaje que interprete, que tenga un físico imponente, carisma para revitalizar un personaje algo vilipendiado y que además no estuviera comprometido con otras franquicias en ese momento. Por supuesto, Jason Momoa era la elección perfecta, con su fama en un punto álgido después de su deslumbrante paso por Juego de Tronos.

Y la verdad es que no lo hizo nada mal: pese al ya mal estado del DCEU cuando se estrenó la primera cinta de Aquaman, su personaje consiguió llamar positivamente la atención de muchos, incluso de un buen porcentaje de los que se quejaban de que no se pareciera físicamente al canon clásico del personaje. Aportó carisma, toques de humor y una presencia poderosa a un personaje destinado a abandonar el rol de “hazmerreir” por el de un héroe poderoso. Y los cambios en su marco hicieron que encajara perfectamente en esa Liga de la Justicia que Snyder estaba dibujando.

En resumidas cuentas, Momoa cumplió perfectamente su papel dando visibilidad a un personaje que no la tenía. Sin embargo, con James Gunn al volante de la nueva dirección del DCEU, soplan vientos de cambio.

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El futuro del DCEU

James Gunn ha llegado con una visión diferente para su universo cinematográfico, uno que parece inclinarse por un enfoque más clásico en la esencia de los personajes y que se aleja de lo que habíamos visto hasta ahora. Todo parece indicar que busca un enfoque más cercano a la esencia clásica de los personajes, dibujando a sus héroes con mayor luminosidad de la que pretendía Snyder en su día (así lo vamos adivinando con lo que sabemos por ahora de Superman Legacy) y en ese espacio no parece que Jason Momoa vaya a tener cabida… al menos no como Aquaman.

Y es que el marco ha cambiado: precisamente por la popularidad arrojada por Momoa y todo lo que ha envuelto al DCEU en los últimos años, el personaje de Aquaman ya no está tan relegado al ostracismo y hasta los fans más casuales lo reconocen como un héroe poderoso por sí mismo. El foco, ahora, se aleja del personaje para centrarse más en sus historias, y estas deben amoldarse a las intenciones de James Gunn. Por ello, cabe esperar que nos encontremos con un Aquaman más joven, con una imagen más cercana a la de su canon clásico.

Quizás “El Reino Perdido” sea la última vez que Momoa encarne al rey de Atlantis, pero quien sabe si, en un futuro, le veamos reaparecer en el DCEU con un personaje para el que parece hecho a medida: Lobo. Solo el tiempo lo dirá.

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