Descubre cómo el icónico actor, David Prowse, que interpretó a Darth Vader, pudo pasarse al lado luminoso caracterizando a Superman
El mundo del cine nos reserva historias fascinantes, especialmente cuando se entrecruzan los destinos de personajes icónicos. Imagina un universo donde Darth Vader y Superman se fusionan en una misma figura. No, no es el guion de un nuevo crossover de cómics, sino la realidad que casi se materializa a través de David Prowse, el actor tras la imponente figura de Darth Vader en la trilogía original de Star Wars. Pero ¿sabías que Prowse soñó con cambiar su sable láser por la capa del Hombre de Acero?
David Prowse, conocido principalmente por interpretar a Darth Vader en Star Wars, dejó una marca indeleble en la cultura cinematográfica. Además, Prowse tuvo una carrera variada que incluyó roles menores en películas y series británicas, destacando por su imponente físico de fisicoculturista. Aunque nunca alcanzó otro papel tan icónico como Vader, su presencia en el cine sigue siendo memorable.
Un gigante con ambiciones heroicas
En la década de 1970, Prowse, un fisicoculturista de impresionante estatura de seis pies y siete pulgadas, estaba en la cúspide de su carrera. Su presencia en Star Wars lo había catapultado a la fama, pero su ambición lo llevó a aspirar a un rol aún más emblemático: Superman, en la película clásica de Richard Donner. Prowse vio en el personaje de Clark Kent/Superman una oportunidad de trascender, de pasar de ser la sombra de un villano a la luz de un héroe.
“Traté muy duro de conseguir el papel de Superman”, reveló Prowse en una entrevista pasada con Rock Cellar Magazine. Sus esfuerzos, sin embargo, chocaron contra un muro de prejuicios: Hollywood de aquel entonces estaba convencido de que Superman debía ser interpretado por un americano. “¿Qué importancia tiene eso?”, cuestionaba Prowse, enfrentándose a una industria que no podía concebir a un Superman no americano.
La ironía del destino: Entrenador de superhéroes
Contrario a lo que muchos podrían pensar, no fue el acento inglés de Prowse lo que lo descalificó, sino la percepción de que Superman, un ícono del folklore cómico estadounidense, debía ser representado exclusivamente por un actor americano. “El público americano, que iba a representar el 90% de los ingresos de la película, simplemente no aceptaría a un Superman no americano”, explicaba Prowse, resignado ante una realidad inamovible de su época.
La historia, sin embargo, reservaba un giro irónico para Prowse. Aunque no consiguió el papel, jugó un papel crucial en la preparación física de Christopher Reeve, el actor seleccionado para Superman. “Incluso queriendo el papel para mí”, recuerda Prowse con humor, describiendo cómo Richard Donner, el director, lo contactó para que ayudara a transformar a Reeve, un joven alto pero delgado, en el imponente Superman. Prowse, con su experiencia en culturismo, aceptó el reto, añadiendo 40 libras de músculo a Reeve en solo seis semanas.
El legado de un gigante
En retrospectiva, la contribución de Prowse al personaje de Superman fue tan significativa como su interpretación de Darth Vader. Aunque no portó la capa roja ni voló por los cielos de Metrópolis, su trabajo detrás de escena ayudó a dar vida a uno de los Superhombres más icónicos del cine. Hoy, mirando hacia atrás, es fascinante contemplar cómo las trayectorias de estos dos titanes del celuloide se entrelazaron, tejiendo una historia de aspiraciones, ironías y contribuciones inesperadas.
Uno no puede evitar preguntarse: ¿Cómo habría sido Superman interpretado por David Prowse? ¿Habría aportado una intensidad diferente, quizás una presencia más imponente? Aunque nunca lo sabremos con certeza, lo cierto es que el legado de Prowse en el mundo del cine es indiscutible, tanto bajo la máscara de Vader como en el gimnasio, forjando superhéroes.
