Descubrimos el audaz truco que Englehart y Brunner utilizaron en el cómic ‘Time Doom’ de Doctor Strange y su impacto en Marvel
En diciembre de 1973, los cómics de Marvel eran un universo donde la creatividad fluía casi sin restricciones. Pero, ¿qué ocurre cuando incluso en este mundo libre, una historia toca temas tan sensibles que requiere de un engaño para ser protegida? Nos sumergimos en el fascinante relato de cómo Steve Englehart y Frank Brunner tramaron un ardid para preservar una de las historias más controvertidas de Doctor Strange, titulada “Time Doom”.
Un mar de libertad creativa
A principios de los años 70, Marvel se destacaba por su flexibilidad editorial. Los creativos, como Steve Englehart y Frank Brunner, tenían carta blanca para explorar casi cualquier idea. Sin embargo, había un detalle: Stan Lee. Aunque Lee dirigía Marvel con una mano relativamente ligera, su aprobación seguía siendo crucial. Si algo no era de su agrado, las consecuencias podrían ser serias. Esta dinámica se evidenció claramente cuando Jim Starlin fue despedido de “Iron Man” por discrepancias creativas con Lee, aunque más tarde encontró un nuevo hogar en “Captain Marvel”.
Cuando Englehart y Brunner trabajaron en el cómic de Doctor Strange “Marvel Premiere #14”, sabían que estaban tocando temas delicados. La historia involucraba a Sise-neg, un personaje que absorbía poder de otras realidades y que, al final, revelaba ser la representación de “Génesis” al revés. Era una narrativa audaz que sugería ser el origen del propio Dios. Al darse cuenta de la naturaleza controversial del cómic, y para evitar el descontento de Stan Lee, los creativos idearon un plan único.
La astucia de Englehart y Brunner
Para calmar las preocupaciones de Lee, Englehart y Brunner crearon una carta ficticia de un Reverendo Billingsley de Texas, elogiando el cómic. La carta, enviada con un matasellos de Texas para añadir autenticidad, elogiaba la forma en que el cómic abordaba la figura divina. Stan Lee, impresionado por este feedback positivo, permitió que la historia siguiera adelante.
La astucia de Englehart y Brunner no solo salvó su historia, sino que también se convirtió en una anécdota legendaria en el mundo del cómic. Este evento destaca la importancia de la creatividad y el ingenio en la industria del cómic, demostrando que a veces, para proteger una visión artística, es necesario ir más allá de lo convencional.
Un viaje más allá de la magia y la controversia
El episodio de “Time Doom” no solo representa un acto audaz en la historia editorial de Marvel, sino que también es un momento crucial en la evolución del personaje de Strange. Este cómic reflejaba la complejidad y profundidad que Marvel estaba dispuesto a explorar en sus narrativas. Doctor Strange, conocido por sus viajes místicos y enfrentamientos con entidades cósmicas, se vio inmerso en una historia donde la línea entre la magia y las cuestiones existenciales se difuminaba. Este enfoque innovador hacia temas más filosóficos y menos convencionales estableció un precedente en la caracterización de superhéroes, mostrando que podían ser más que meros luchadores contra el crimen, sino también exploradores de los límites de la realidad y la moralidad.
En comparación con otros héroes populares de la época, el hechizero supremo se destacaba por su enfoque en el misticismo y lo oculto, una temática poco explorada en cómics anteriores. Mientras personajes como Spider-Man y Iron Man se enfrentaban a villanos más terrenales y problemas cotidianos, Doctor Strange abría un portal a un universo donde lo imposible se volvía cotidiano. Este contraste enriquecía el universo Marvel, demostrando su diversidad en géneros y temáticas. La historia de “Time Doom” resalta esta singularidad de Doctor Strange, alineándolo más con figuras místicas y filosóficas que con los típicos superhéroes de acción.
Creatividad y límites en el mundo del Cómic
El caso de “Time Doom” nos invita a reflexionar sobre los límites entre la libertad creativa y las restricciones editoriales. Aunque Marvel era conocido por su apertura, la historia de Englehart y Brunner muestra que incluso en los entornos más libres, ciertos temas pueden requerir maniobras cuidadosas para ser abordados.
