Descubre la historia de uno de los personajes secundarios más emblemáticos de ‘El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey’, Isildur, el Rey de los Muertos
En las profundidades de la historia de “El Señor de los Anillos”, más allá de la epopeya de Frodo y la Comunidad del Anillo, se oculta una leyenda, casi olvidada, tejida en los hilos del tiempo. Esta es la historia del Rey de los Muertos, un personaje que, aunque clave en “El Retorno del Rey”, posee un pasado milenario que muy pocos conocen.
Antes de convertirse en el espectro que ayudó a Aragorn en los Campos del Pelennor, este mítico rey gobernaba un reino montañoso, en las imponentes Montañas Blancas de Gondor. En una época donde Sauron era más que un temor en las sombras, este rey y su pueblo lo veneraban, envueltos en el manto oscuro de la Segunda Edad.
La maldición de Isildur, el rey de Gondor
Cuando Isildur, el legendario rey de Gondor, estableció su reino, el Rey de las Montañas, presintiendo el cambio de los tiempos, juró lealtad a Gondor. Este juramento, sellado en la Piedra de Erech, sería tanto su salvación como su perdición. La historia da un giro trágico cuando Isildur, preparándose para la Última Alianza de Elfos y Hombres, convocó a todas las fuerzas leales, incluido el Rey de las Montañas y su ejército.
Sin embargo, marcados por su devoción previa a Sauron y divididos en su lealtad, el Rey y sus hombres rehusaron responder al llamado. Isildur, encolerizado y desesperado por el inminente conflicto, los maldijo. Profirió una maldición tan poderosa que les negó el descanso eterno hasta que cumplieran su juramento de ayudar a Gondor.
Aragorn, en “El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey”, emerge como un líder valeroso y unificador. Revelando su linaje real, guía a los hombres hacia la batalla final contra Sauron, mostrando coraje y sabiduría. Su destino se cumple al reclamar el trono de Gondor, asegurando la paz.
Con el tiempo, el Rey y su ejército perecieron, pero sus espíritus quedaron atrapados en un limbo tormentoso, condenados a vagar por Dunharrow como los Hombres Muertos. Su existencia se convirtió en una sombra, un susurro entre las montañas, olvidados por el mundo, hasta que llegó el momento decisivo.
La llegada de Aragorn
Fue en los días del “El Retorno del Rey”, cuando Aragorn, heredero legítimo del trono de Gondor, llamó a estas almas perdidas para que cumplieran su antiguo juramento. En un acto que mezclaba desesperación y esperanza, Aragorn invocó al Rey de los Muertos en la misma Piedra de Erech donde se selló el juramento original. En ese momento crucial, los espíritus, liderados por su rey, eligieron honrar su promesa olvidada, jugando un papel crucial en la batalla contra los Corsarios de Umbar.
Tras su victoria, Aragorn, reconociendo su valentía y sacrificio, liberó al Rey de los Muertos y a su ejército de su maldición, permitiéndoles por fin encontrar la paz. Este acto no solo cambió el curso de la guerra, sino que también cerró un capítulo largo y trágico en la historia de la Tierra Media.
La historia del Rey de los Muertos es un recordatorio de las profundidades ocultas en la narrativa de Tolkien. Aunque las películas de Peter Jackson apenas rozaron la superficie de este rico trasfondo, el legado de este enigmático personaje perdura. Su viaje desde un rey venerador de Sauron hasta un espíritu maldito y, finalmente, un redentor liberado, es una historia de lealtad, traición y redención, un eco eterno de las complejas capas que forman el tejido de “El Señor de los Anillos”.
