Al Ewing comienza su etapa en Inmortal Hulk en un tomo de lujo cargado de terror publicado por Panini Comics en la línea Marvel Deluxe
El terror no es un género que se suela asociar con los cómics de superhéroes, pero si hay una serie entre las más famosas que puede ser apropiada para desarrollar historias de ese tipo esa es la de Hulk. Ahora Panini Comics recoge en la línea Marvel Deluxe la recopilación de la etapa de Al Ewing como guionista de este personaje, y su primer tomo nos ha llegado bajo el título de Marvel Deluxe. El Inmortal Hulk 1 – La puerta verde.
El horror viene de dentro de uno mismo
Asociar al personaje de Hulk con el horror es simple si tomamos como base la que sería la referencia más obvia del personaje: El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, la novela corta escrita por Robert Louis Stevenson. Obviamente cuando Stan Lee introduce a este personaje en el Universo Marvel lo hace desde una perspectiva colorida (eran lecturas principalmente dirigidas a los más niños en aquel entonces), alejándose de las implicaciones más turbias de su naturaleza, al igual que Thor no va sobre mitología nórdica (vale, a veces sí) sino sobre dar de leches con el martillo a los villanos de turno.
Los que han podido disfrutar alguna vez de una charla de Al Ewing seguro que se han sentido interesados por lo que este hombre podía hacer, incluso en los tiempos previos a esta colección, cuando su trabajo no era especialmente algo destacable en el mundo del cómic. Pero en sus palabras siempre se ha apreciado la existencia de un autor con voz propia y capacidad de aportar algo nuevo y refrescante al noveno arte. Y con el Gigante Esmeralda lo demuestra por fin.
El tono de esta serie es notablemente distinto a las diferentes versiones que hemos visto del personaje a lo largo de los años. No hablamos del descerebrado y poderoso miembro de los Vengadores, de la peligrosa fuerza incontrolable y desatada, del científico con problemas de salud mental e inestabilidad ni del mafioso gris de Las Vegas. Aquí nos encontramos con un hombre atormentado, pero no por los destrozos de material urbano que puede llegar a causar cuando la ira se le va de las manos, sino por las cabezas que puede arrancar a mordiscos cuando le tocan las narices.
Hulk no es un bonachón con malas pulgas, no es el Frankenstein de Boris Karloff, es un auténtico monstruo capaz de generar un terror indescriptible en sus víctimas, en Bruce Banner y en el propio lector. Como detalle que ejemplifica esto, se introduce la idea de que Hulk solo se revela por la noche, como si de un hombre lobo de perpetua luna llena se tratara, lo cual parece totalmente oportuno. Esta dinámica irá cambiando a medida que la serie va avanzando, pero como punto de partida resulta un espectacular acierto.
Cómo supe que era inmortal
Hasta no hace demasiado tiempo Hulk era uno de esos pocos personajes de Marvel Comics que nunca habían muerto (bueno, en lo que se refiere a muertes de las que alguien se puede llegar a creer y que duren más de un mes). Brian Michael Bendis decidió que eso debía cambiar en Civil War II, cuando asistimos al momento en el que Clint Barton, siguiendo una petición del propio Banner, dispara a este una flecha especial que de una vez y por todas acaba con su vida para evitar que pueda seguir causando daños a la humanidad.
Tras las graves consecuencias de una muerte que no tardó mucho en revertirse, vimos como en Vengadores: Sin rendición ya sería Ewing el que tomaría los mandos del personaje para comenzar a relatar lo que iba a ser un viaje increíble a la mente de esta personificación de los bajos instintos humanos. Aquí es cuando ya se plantea la idea de que este monstruo es inmortal, independientemente del método que se pueda usar para acabar con él.
Por una parte esto le puede restar emoción a la hora de plantear situaciones que pongan en peligro la vida de nuestro protagonista (ya en el primer número de la serie le pegan un tiro en plena jeta al debilucho de Banner), pero por otra nos ayuda a centrarnos en lo que realmente, a largo plazo, Ewing nos quiere contar en esta etapa. Y es algo mucho más ambicioso que mostrarnos por enésima vez como Hulk aplasta.
Una epopeya introspectiva
En el comienzo que en este tomo se nos plantea vamos a conocer a importantes nuevos personajes, como la periodista Jackie McGee, cuyo vínculo con Hulk es mucho más complejo de lo que se podría llegar a pensar en un inicio, y al general
Reginald James Fortean (en realidad no es un nuevo personaje, pero nunca tuvo tanta relevancia como la que tiene aquí), un sustituto natural para seguir con la labor de villano belicoso del general Thaddeus Thunderbolt Ross. Interesantes adiciones al entorno del personaje.
Pero también nos encontraremos desde un principio con otra víctima de la radiación gamma como es Sasquatch (el primero de muchos lamentablemente). La serie funciona de maravilla cuando el monstruo, su lucha interna y la disección que Ewing hace de Banner ocupan las páginas, pero a medida que los elementos superheróicos como este se van haciendo hueco la trama se va haciendo cada vez menos interesante. Y a mitad de tomo ya nos vamos a encontrar con los Hombres Más Poderosos de la Tierra (liderados por una mujer en esta ocasión).
Pero si nos centramos en la parte positiva, seguramente esta lectura nos pueda evocar la película de Ang Lee o algunas etapas anteriores del personaje en las que el padre de Banner (Brian Banner) tenía una importancia capital en el hombre en el que su hijo se llegó a convertir, evidenciando la idea de que antes de la bomba gamma ya había una furia interior que este apocado científico no era capaz de controlar.
Para desarrollar todo esto habrá que esperar a la continuación de la serie en el próximo tomo, pero ya hemos topado aquí con suficientes ideas interesantes como para sentir que, dejando de lado los episodios que funcionan como concesiones a los lectores más puramente pijameros, estamos desde luego ante una de las más interesantes etapas que el personaje ha tenido en toda su vida editorial.
En cuanto al dibujo, más allá de las impresionantes portadas del genial Alex Ross, habría que hablar sobre todo del trabajo de Joe Bennet, que realiza una labor correcta sin florituras a la que tal vez hubiera sentado mejor un color más plano que el realizado por Paul Mounts, al que realmente no se le puede echar absolutamente nada en cara.
El tomo publicado por Panini Comics en tapa dura contiene 328 páginas a color con un tamaño de 17 x 26 cm. e incluye la traducción de la edición americana de los trece primeros números de The Immortal Hulk y el número #684 de The Avengers, además de todas las portadas de los números incluidos, una introducción y un epílogo escritos por Xavi Sanz Serrano y una extensa galería de portadas alternativas al final. El precio de venta recomendado es de 42 € y se puso a la venta en octubre de 2023.
Marvel Deluxe. El Inmortal Hulk 1 – La puerta verde
Nunca te fijarías en él. No quiere que lo hagas. Es calmado, tranquilo y nunca se queja. Si alguien le dispara en la cabeza, morirá. Hasta que caiga la noche. Entonces vuelve a vivir. Su nombre es Bruce Banner. El terror es El Inmortal Hulk.
Mientras la reportera Jackie McGee trata de averiguar la verdad, Banner continúa con su deambular de ciudad en ciudad, encontrando muerte, misterio y tragedia allá por donde pasa.
Al Ewing, autor de las celebradas Loki: Agente de Asgard y Utimates, entre otras, y los dibujantes Joe Bennett con Lee Garbett, Martin Simmonds y Rafa Fonteriz te ofrecen la etapa del Monstruo Gamma que se ha convertido en un fenómeno mundial y ha relanzado al personaje como nunca antes había ocurrido.
Autores: Lee Garbett, Martin Simmonds, Rafa Fonteriz, Al Ewing, Joe Bennett y Paul Mounts