Entre dioses egipcios y misiones imposibles, Selena Kyle desafía lo imaginable en la nueva serie de Catwoman
En el vasto universo de los cómics, donde lo imposible se torna cotidiano y los límites se desvanecen con cada página, surge una historia que desafía las convenciones. Selena Kyle, conocida por su alter ego Catwoman, se encuentra en el epicentro de un evento sin precedentes que mezcla el misticismo antiguo con la astucia callejera. La reciente edición de Catwoman, bajo la magistral pluma de Tini Howard y los trazos vibrantes de Carmine Di Giandomenico, despliega un relato que teje habilmente el destino de nuestra protagonista con el poder divino de Shazam.
Catwoman: Un encuentro con la divinidad
Nuestro viaje comienza con un destello del pasado, una Selena Kyle que, en un audaz intento, procura lo que parece imposible: sustraer un tesoro de Amanda Waller, también conocida como “La Muralla”. Atrapada en su propio juego, Selena negocia su libertad a cambio de un servicio futuro para el Escuadrón Suicida, sin saber que este acuerdo marcaría el inicio de una travesía hacia lo divino.
La misión encomendada lleva a Catwoman a Egipto, donde el objetivo es nada menos que infiltrarse en Khandaq para sustraer un artefacto egipcio de inestimable valor. Sin embargo, el verdadero tesoro se revela no como un objeto, sino como un encuentro con la estatua de la diosa gata Bastet, transportando el alma de Selena a un plano divino.
La bendición de múltiples dioses
Bastet no solo confirma ser la fuente del poder de nueve vidas de Catwoman, sino que también le revela una oportunidad aún mayor. Expuesta al mismo meteorito que dotó de poderes a Vandal Savage, Selena se encuentra ante la posibilidad de acceder a un poder comparado con el de Shazam. La diosa y otros deidades como Sobek, Hut, Ankh, Zoser, Aten, y Mau proponen un regalo: al recordar sus nombres y pronunciar “la palabra mágica”, Selena podría invocar su poder.
El clímax de esta odisea se despliega cuando Catwoman confronta a Waller para saldar cuentas, solo para descubrir la traición de “La Muralla”, quien activa un explosivo implantado en el cerebro de Selena. A pesar de las adversidades, el extraño don de una vida adicional y el recién adquirido poder de los dioses egipcios, proporcionan a Selena una salida espectacular y un nuevo amanecer lejos de las sombras de la traición.
Catwoman y el poder de Shazam: Un legado renovado
Este número de Catwoman, disponible ya en todas las tiendas de cómics, no solo enriquece la mitología de uno de los personajes más emblemáticos de DC, sino que también reta los límites de lo que estos héroes y antihéroes pueden alcanzar. La fusión entre la astucia felina y el poder casi omnipotente abre nuevas avenidas narrativas y plantea interrogantes sobre el destino de Selena Kyle en este universo compartido.
La historia de Catwoman se entrelaza con la de los dioses, proyectando una sombra que se extiende mucho más allá de las calles de Gotham, hacia un horizonte donde lo divino y lo mortal convergen. Con Catwoman #62, los fans son testigos de una evolución sin precedentes, un testimonio de la inagotable capacidad de los cómics para sorprender, inspirar y, sobre todo, contar historias que trascienden el tiempo y el espacio.
Las habilidades de Catwoman
Catwoman, conocida por su agilidad sobrehumana, destreza en el combate cuerpo a cuerpo y una pericia inigualable como ladrona, siempre ha sido una figura emblemática en el universo de DC. Sus habilidades se ven magnificadas por el don de nueve vidas, una capacidad que le permite enfrentar el peligro con una audacia que pocos pueden igualar. Esta mezcla única de talentos físicos y una inteligencia astuta la convierten en una adversaria formidable y una aliada invaluable. Con el poder de Shazam temporalmente a su disposición, Selena Kyle no solo trasciende su condición humana, sino que redefine los límites de lo que es capaz, fusionando su legendario sigilo con una fuerza divina que amplía exponencialmente su ya impresionante arsenal de habilidades.
