La inmunidad de Carnage frente a Anti-Venom podría reescribir las reglas del juego en Symbiosis Necrosis
En el mundo en constante evolución de los cómics, donde las jerarquías de poder se construyen y deconstruyen con cada giro de página, Marvel nos sorprende una vez más. Esta vez, el foco está puesto en Carnage, el simbionte que ha transitado desde ser una amenaza más en el amplio catálogo de villanos de Spider-Man, hasta posicionar su figura como la cumbre de la pirámide simbiótica. En la última entrega de su serie homónima, “Carnage #4”, se nos revela un giro narrativo que no solo redefine al personaje sino que promete alterar el destino de todo el universo Marvel.
Una nueva era de poder
La trama nos envuelve desde sus primeras páginas, sumergiéndonos en la obsesión de Carnage por alcanzar la divinidad. Con Cletus Kasady, su anfitrión humano, a la cabeza, este viaje no busca menos que eliminar su última debilidad conocida: Anti-Venom. Este enfrentamiento no es solo un combate físico sino una lucha por el dominio y la supervivencia en el reino simbiótico, marcando el comienzo de un nuevo capítulo en el eterno conflicto entre simbiontes.
La revelación más impactante viene cuando Carnage declara su evolución. Al enfrentarse a Anti-Venom, Carnage demuestra no solo resistir sus efectos repelentes sino adaptarse a ellos, una estrategia que no busca otra cosa que la absorción total de su adversario. Este desarrollo marca un punto de inflexión, proyectando a Carnage no solo como un rival de Venom sino como el simbionte supremo, libre de cualquier debilidad previamente explotable.
Carnage y su aspiración a la divinidad
Carnage no es un villano común; su origen se remonta a un encuentro fortuito que transformó a Cletus Kasady, un asesino en serie, en el anfitrión de uno de los simbiontes más peligrosos del universo Marvel. Desde su concepción, este personaje ha sido sinónimo de terror y caos, superando a menudo a sus contrapartes en pura maldad y sed de destrucción. Su evolución hacia la inmunidad contra Anti-Venom no solo marca un hito en su historia sino que redefine las reglas del juego en el universo simbiótico.
En comparación con otros simbiontes, como Venom, Carnage siempre ha destacado por su ferocidad y despiadada naturaleza. La relación simbiótica entre Kasady y su alienígena es más profunda y armoniosa, lo que les permite una sinergia casi perfecta en su búsqueda de poder. Este último desarrollo no solo subraya su dominio sobre los demás simbiontes sino que también plantea un desafío significativo para todos aquellos que se interpongan en su camino hacia la divinidad. Con Cletus pisando fuerte hacia su objetivo, el universo Marvel se encuentra en el umbral de una nueva era, donde las líneas entre el bien y el mal se desdibujan aún más.
El desenlace en la oscuridad
La habilidad de Cletus para manejar la “Darkforce” se convierte en la última pieza de este rompecabezas de poder. Utilizándola para atrapar a Anti-Venom y Flash en un vacío de oscuridad, el final de “Carnage #4” nos deja en suspenso, con el destino de estos personajes pendiendo de un hilo y la certeza de que el juego ha cambiado para siempre.
El escenario está listo y las piezas están en movimiento. Lo que sigue es una incógnita, con Carnage reinando en la cima, desafiando no solo a Venom sino a toda la estructura de poder dentro del universo Marvel. La pregunta que queda es: ¿Cómo responderán los héroes y villanos ante esta nueva era de dominio simbiótico? Solo el tiempo y las próximas páginas revelarán el verdadero alcance de esta transformación. Con “Carnage #4” ya disponible, el escenario para Symbiosis Necrosis promete ser un espectáculo sin precedentes, donde la sangre, el poder y la evolución se entrelazan en una danza mortal que ningún fan del universo Marvel querrá perderse.
