Dev Patel nos regala en Monkey Man un buen debut como director de thriller de acción
Inspirada en la leyenda de Hanuman, un icono que encarna la fuerza y el coraje, Monkey Man cuenta con Patel como Kid, un joven que apenas logra sobrevivir en un club de lucha clandestino donde, noche tras noche, usando una máscara de gorila, es golpeado hasta quedar ensangrentado por luchadores más populares a cambio de dinero con un único objetivo: lograr su venganza contra los líderes corruptos que asesinaron a su madre y continúan victimizando sistemáticamente a los pobres y desamparados.
Monkey Man está inspirada en la leyenda del dios hindú Hanuman, símbolo de sabiduría, fuerza, coraje, devoción y autodisciplina. La leyenda de un mono divino se remonta supuestamente entre el 1500 y el 1200 a.C. y aparece por primera vez en un himno en el Rigveda, una colección de antiguos himnos considerados uno de los cuatro textos hindúes canónicos sagrados.
Como aparece en los épicos sánscritos el “Mahabharata” y el “Ramayana”, Hanuman es un símbolo de libertad. Físicamente invencible, pero profundamente humano, advierte a sus seguidores sobre la “naturaleza precaria del poder descontrolado”.
Según la leyenda, de niño, Hanuman se rompió la mandíbula al caer del cielo después de intentar agarrar el sol. Tras ello, y querido por sus seguidores, Hanuman se conecta con lo divino a través del servicio a su pueblo.
La película de Patel transmuta esa leyenda al mundo moderno, donde un joven quebrado se convierte en un arma poderosa y un ángel vengador contra los líderes corruptos y poderosos que oprimen a las mismas personas a las que se supone que deben servir (no son pocas las veces que se compara a estos líderes con los dioses). Además, la película está ambientada en la ciudad ficticia india de Yatana, una palabra en sánscrito que puede significar “lucha o esfuerzo”, pero también “venganza”.
Con todo esto ya tenéis la mitad de los ingredientes. La otra mitad son sus claras influencias. El mismo Dev Patel declara que se inspiró en géneros cinematográficos que admiraba desde hacía mucho tiempo, incluyendo el cine de acción y venganza coreano, junto con series cinematográficas innovadoras como John Wick, “mezclado con elementos dramáticos”, dice Patel. “Algunas de mis películas favoritas son El hombre sin pasado y Oldboy (…) Redada asesina. Metimos todo esto en una licuadora, y añadimos algo de masala de India”.
Y esto es lo que tendréis en Monkey Man: ese cine de acción, destadado, vertiginoso y sangriento que tuvo su primer gran éxito (en occidente al menos) con la maravillosa Redada Asesina (“The Raid”) como muy bien cita Patel y que tanto influyó en el cine de acción occidental, desde Dredd hasta la mismísima saga de John Wick (que tanto le debe a aquella película).
Llena de espectaculares escenas de acción y persecuciones, Patel se consolida como una estrella de acción con ambiciones de primer nivel y como un competente director de películas de este género. La fotografía y las coreografías son desde luego lo mejor de Monkey Man: está plagada de bellos fotogramas (eso sí, llenos de violencia y sangre) con una iluminación que hace que el espectador dude si está viendo la realidad o alguna ensoñación.
Durante las siguientes dos horas frenéticas, regresa repetidamente al pasado, donde una madre y su hijo vivieron felices en una época bucólica, antes de regresar al presente sucio y en carne viva. Allí, los golpes siguen llegando y el héroe los sigue recibiendo, una y otra vez, en una película que se esfuerza tanto por mantenerte entretenido que termina por agotarte.
Por eso, algunos de los que se acerquen a Monkey Man en busca de acción sin freno se sorprenderán por su estructura, ya que básicamente tenemos un prólogo bastante alargado, con una extensa secuencia de acción larga y vuelta a atrás con un “descanso” largo como prólogo a la pelea final (que, inevitablemente, me obliga a volver a recordaros a The Raid). Y es ese error que cometen muchos directores noveles que parece que quieren integrar todas sus influencias e ideas en su primera película.
Sin embargo, a pesar de estos excesos de flashbacks o de contarnos varias veces las mismas cosas, se lo perdonamos porque a pesar de ello, la película está bien contada, empatizamos con el protagonista y la trama nos interesa lo suficiente como para tenernos entretenidos. Y es que, fuera del entrenamiento, en realidad sólo hay dos secuencias de acción en Monkey Man, pero vale la pena llegar a ellas y nos deja un buen sabor de boca.
Eso sí, esperemos que en su siguiente obra, Patel haya aprendido a sintetizar y a contar solo lo imprescindible.
Monkey Man está dirigida por Dev Patel a partir de su historia original y el guion que ha escrito junto a Paul Angunawela y John Collee (Hotel Bombay, Master and Commander: Al otro lado del mundo) e interpretada por Sharlto Copley (Distrito 9), Pitobash (El chico del millón de dollares ), Vipin Sharma (Hotel Bombay), Sikandar Kher (Aarya), Adithi Kalkunte (Hotel Bombay), Sobhita Dhulipala (Hecho en el cielo), Ashwini Kalsekar (Ek Tha Hero) y Makarand Deshpande (RRR) entre otros.