Exploramos cómo la serie, Fallout, planea superarse en su segundo acto, directamente desde la visión de sus creadores al responder varias preguntas importantes sobre el Páramo
Bajo cielos que apenas esconden la devastación de un mundo postapocalíptico, Fallout emergió, no solo para sobrevivir sino para prosperar, barriendo récords y conquistando corazones. A tan solo dos meses de su estreno, esta adaptación televisiva ha redefinido las expectativas de lo que significa ser un drama basado en un videojuego, con una impresionante puntuación del 92% de reseñas positivas en Rotten Tomatoes. Pero ¿qué sigue después de un debut tan explosivo?
Descubriendo la profundidad del Páramo
En una reciente entrevista exclusiva, fuera de la sala de guionistas y aún con la tinta fresca de sus planes, los showrunners Geneva Robertson-Dworet y Graham Wagner comparten sus visiones y aprendizajes tras una temporada inaugural que sorprendió incluso a sus creadores.
“Realmente no hicimos Fallout para todos, lo hicimos para nosotros mismos, y eso fue crucial en nuestro enfoque,” admite Wagner con una honestidad desarmante. La popularidad de la serie, confiesa, fue una sorpresa inmensa. Mientras, Robertson-Dworet reflexiona sobre las lecciones aprendidas y cómo la respuesta de los fans y los resultados han moldeado sus expectativas y estrategias para la próxima temporada.
La pregunta sobre si Lucy, interpretada por Ella Purnell, podrá mantener su altruismo tras décadas en el Páramo, permanece abierta. “Es una pregunta de naturaleza contra crianza,” dice Wagner. Y mientras Lucy resiste, sus compañeros, como Maximus (Aaron Clifton Moten) y The Ghoul (Walton Goggins), presentan sus propios conflictos morales que prometen explorar las profundidades de la humanidad en condiciones extremas.
Innovación y evolución: ¿Qué trae la segunda temporada?
La segunda temporada promete un equilibrio entre elementos familiares y nuevas incorporaciones. “Vamos a seguir trayendo cosas nuevas de la mitología de Fallout,” asegura Robertson-Dworet. Desde criaturas hasta personajes icónicos, la temporada dos está diseñada para sorprender y enganchar a los fans antiguos y nuevos.
El cambio de Nueva York a California no es solo un cambio geográfico, sino que promete influir positivamente en la producción. “El cambio a California significa cielos menos grises y más escenarios naturales espectaculares que podemos explorar,” explica Wagner. Este cambio, según los showrunners, se reflejará en una narrativa más rica y visualmente impresionante.
¿Hasta dónde puede llegar Fallout?
Aunque bromeen con la idea de cientos de temporadas, Wagner y Robertson-Dworet están conscientes de la volatilidad de la industria. “Hemos hablado de tres a cinco temporadas,” comparte Wagner. Cada temporada está pensada para ser semi-satisfactoria pero dejando suficientes hilos para explorar en futuros capítulos.
Con la promesa de agilizar la producción para satisfacer la impaciencia de Prime Video y sus espectadores, el equipo está emocionado y preparado para superar las expectativas una vez más. “Estamos muy agradecidos por la oportunidad de traer a la pantalla todo lo que no cabía en la primera temporada,” concluye Robertson-Dworet.
La historia en los juegos desde su inicio
Fallout, originalmente lanzado en 1997, ha sido un pilar en la cultura de los videojuegos por más de dos décadas. Esta serie de juegos, desarrollada inicialmente por Interplay Entertainment y luego por Bethesda Softworks, se ha distinguido por su estilo único retro-futurista y sus narrativas ramificadas que ofrecen al jugador un grado significativo de libertad en un mundo postapocalíptico.
Los juegos se desarrollan en diferentes locaciones de un Estados Unidos distópico y post-nuclear, donde la decisión del jugador influye no solo en el desarrollo del personaje, sino también en el destino de las comunidades y facciones que encuentran. Esta capacidad de elección y consecuencia ha sido central para el atractivo duradero del juego, y ha preparado el terreno para una adaptación televisiva que mantiene ese espíritu de exploración y decisiones morales complejas.
