El western tiene una capacidad mutante increíble. Llevamos décadas contando historias del antiguo oeste, y no son pocas las ocasiones en las que este tipo de relatos desaparece por puro agotamiento o exceso. Sin embargo, siempre encuentra un recoveco por el que regresar, ya sea en un formato y otro. Hoka Hey! hace suyos todos esos lugares comunes del género con fuerza renovadora, entre el sentido homenaje y la reivindicación.
De la idealizada aventura de pioneros a la suciedad del western italiano, las encarnaciones del salvaje oeste son múltiples y variadas. Intentos de construir una mitología para una nación naciente que necesitaba de ritos fundacionales, el paso del tiempo ha resultado en visiones más realistas, incluso descarnadas, de aquella fantasía sobre la que se construye el sueño americano. Neyef (alias de del autor francés Romain Maufront) recoge la esencia del viaje inciático, del rito del paso de la infancia a la edad adulta. El fin de la inocencia en un entorno tan bello como hostil, donde no hay lugar para la pureza.
HOKA HEY! UN GRITO DE GUERRA
Hoka Hey! es el grito de guerra de los lakotas. Antaño, grandes guerreros que recorrían las praderas. Atrapados en reservas, despojados del orgullo de su pasado por el hombre blanco, han sido sometidos y expulsados de sus tierras. El joven protagonista de esta historia vive entre esos que humillan a su pueblo, ignorante de la auténtica naturaleza que aúlla en su interior. Pero, empujado por terribles acontecimientos, descubrirá a fuerza de plomo y sangre quién es en realidad.
Desde la brutal primera escena, erigida con ritmo magistral, hasta la última viñeta, Hoka Hey! es relato de contradicciones maravillosas que forman un todo espectacular. La belleza hipnótica de los paisajes contrasta con la salvaje ley de comer o ser comido, mientras que los inteligentes silencios se rompen de forma dramática con el estruendo de los revólveres.
Hoka Hey! dispone de todo el poder de los grandes relatos del salvaje oeste. Por las páginas de este magnífico cómic se pasea el elenco clásico conformado por forajidos, cazarrecompensas, tipos de nula moralidad, tramperos, cazadores… todo el reconocible cosmos del género, eso sí, tratado con tanta contundencia como sensibilidad por un autor que sabe muy bien cómo dar sentido al contexto de su historia.
NO HAY PIEDAD
No hay atisbo de la fantasía mitológica alrededor de la conquista del oeste que Hollywood perpetró alrededor de los relatos fronterizos. En Hoka Hey! no tenemos héroes sobre relucientes caballos blancos vestidos con una cazadora de flecos. A cambio tenemos suciedad, supervivencia pura y dura en un entorno hostil que acaba por transformar a los hombres en bestias embrutecidas. La naturaleza salvaje es el abismo que devuelve la mirada a los escasos ecos de civilización, tierra indómita que se alimenta de humanidad y sueños rotos.
Los protagonistas de esta terrible historia están muy lejos de ser virtuosos. Se mueven por la venganza, el odio, el rencor de años de maltrato y ninguneo que explota en violencia salvaje y despiadada. Es un viaje sin esperanza hacia ninguna parte, que ahonda en las raíces de Estados Unidos sin edulcorar. Civilización bañada en sangre, sustentada por un racismo endémico, que tuvo en las naciones de nativos americanos un exponente bastante claro.
El contenido literario de Hoka Hey! es contundente, pero el apartado artístico es simplemente sublime. El despliegue de Nevef es hermoso y bestial. El espectacular diseño de personajes combina con una narración de primer orden, con referentes cinematográficos muy claros que dotan de tremendo dinamismo a la lectura.
PAISAJES HERMOSOS, NATURALEZA TERRIBLE
La variedad de paisajes y escenarios permite al artista experimentar con distintas capas de emociones, ya que es un cómic muy sensorial. Con poco esfuerzo oirás el viento entre las hierba alta de la pradera o las corrientes de los ríos bajar salvajes por bosques inmaculados, apenas manchados por la presencia humana. El uso del color en los juegos de luces se quedarán en tu retina, en fabulosos contrastes que llenan de vida cada viñeta.
Olerás a los búfalos y la pólvora de los revólveres, el sudor reseco de varios días montando a caballo, la sangre coagulada y la leña quemada de las hogueras nocturnas en medio de ninguna parte. Neyef se corona como autor completo de una obra que golpeará fuerte en tu memoria de lector.
Nuevo Nueve, la editorial que nos trae este cómic a las librerías, se encarga de que el continente sea tan elegante como el contenido. La edición de Hoka Hey! es de auténtico lujo y el tomo resultante es de esos que pones en un lugar privilegiado de la estantería. Hace justicia al intenso (en todos los sentidos) trabajo sobre el panel de dibujo de Neyef, con lo que es fácil perderse en algunas páginas sostenidas sobre evocadores silencios.
Hoka Hey es de las lecturas más completas que he tenido este año, y, desde luego, espectacular en el arte. Aunque no te guste el western, estoy seguro de que disfrutarás de esta historia terrible y salvaje de injusticias y retribución. Un camino tintado de sangre en el que no hay marcha atrás. Sin redención posible, los que regresen no serán los mismos.