Un vistazo a lo que habría sido el audaz proyecto de Spider-Man de James Cameron, calificado R y repleto de ideas revolucionarias
Una obra que nunca se materializó, una visión que quedó en el tintero. Esto describe el enfoque de James Cameron hacia Spider-Man, una película que, sin duda, habría dejado una marca indeleble en el paisaje de Marvel. Vamos a desentrañar cómo este proyecto audaz se entretejió en la compleja red de derechos cinematográficos y lo que podría haber significado para la franquicia.
La telaraña de los derechos de Spider-Man comienza en 1985
Era el año 1985 cuando Cannon Films, conocida por sus películas de explotación, se adentró en el universo de Marvel al adquirir los derechos de Spider-Man. Los primos israelíes Menahem Golan y Yoram Globus, al mando de Cannon, planearon un ambicioso proyecto que, irónicamente, nunca llegó a producirse. La opción sobre los derechos les costó $225,000 más un porcentaje de los ingresos brutos, a pesar de su conocido historial de fracasos cinematográficos, como fue el caso con Superman IV: The Quest for Peace.
James Cameron se cruzó en este camino lleno de promesas y desilusiones. Tras su éxito con Terminator 2: Judgment Day, Carolco Pictures lo eligió para dar vida a Spider-Man con un presupuesto inicial de veinte millones de dólares. Sin embargo, las complicaciones financieras no tardaron en aparecer. Carolco, acorralada por problemas económicos y demandas legales, redujo el presupuesto drásticamente. A pesar de estas adversidades, Cameron presentó un “scriptment” de 50 páginas que prometía una versión mucho más oscura y madura de Spider-Man.
Un Spider-Man no apto para niños
El enfoque de Cameron era radicalmente diferente. Imaginó a Peter Parker no solo como el amigable vecino Spider-Man, sino también como un ser atrapado en la turbulencia de la pubertad, con poderes orgánicos en lugar de los típicos lanzadores mecánicos de telarañas. Su guion incluía profanidades, una intensa escena de sexo en el Puente de Brooklyn, y una representación gráfica del despertar sexual, todo lo cual hubiera garantizado una clasificación R.
Esta visión nunca llegó a las pantallas, y tras el éxito titánico de Titanic, Cameron decidió alejarse de adaptaciones de IPs ajenas para concentrarse en sus propios proyectos, como la saga de Avatar. Su Spider-Man se quedó en el reino de lo que pudo haber sido, dejándonos imaginar cómo habría influido en el género de superhéroes.
Este relato de lo que pudo haber sido no solo nos lleva a través de un viaje de posibilidades creativas, sino que también nos hace reflexionar sobre cómo los derechos cinematográficos pueden influir dramáticamente en la visión artística. Cameron, conocido por impulsar los límites tecnológicos del cine, podría haber elevado el género de superhéroes a un nuevo nivel. Aunque su versión nunca se materializó, nos dejó con un legado de especulaciones y “qué hubiera pasado si”, alimentando la imaginación de los fans por años venideros.
Otros directores que habrían aportado una visión única
Explorando alternativas en el universo de directores para nuestro amigo y vecino, encontramos figuras cuyo estilo podría haber aportado una visión única al héroe arácnido. David Fincher, conocido por su meticulosa atención al detalle y sus tramas psicológicamente intensas, habría ofrecido un arácnido más sombrío y profundo, potencialmente explorando la dualidad y los conflictos internos de Peter Parker de manera similar a como lo hizo en Fight Club.
Por otro lado, Guillermo del Toro, con su maestría en el cine fantástico y su habilidad para crear mundos visualmente espectaculares, podría haber enfatizado los aspectos más místicos o de ciencia ficción del universo de Spider-Man. Su enfoque habría podido enriquecer la narrativa con elementos oscuros y criaturas fantásticas, ofreciendo una perspectiva fresca y visualmente deslumbrante que hubiera capturado la imaginación de los fans de maneras inesperadas.
