Alien: Romulus ha revivido a un viejo conocido de la franquicia, pero no sin generar controversia. El director Fede Álvarez y el productor Ridley Scott revelan cómo la tecnología de IA fue clave en un cameo inesperado
Alien: Romulus ha causado revuelo entre los fans por varios motivos, pero uno de los más discutidos es el regreso del androide Ash, el icónico personaje interpretado por el difunto Ian Holm en la película original de 1979. Esta reaparición se logró mediante el uso de tecnologías avanzadas, incluyendo la inteligencia artificial, una decisión que tanto Fede Álvarez como Ridley Scott defienden, aunque reconocen que el resultado no fue perfecto.
Álvarez explicó en una entrevista cómo decidieron traer de vuelta a este personaje tan querido, aclarando desde el principio que no intentaron reproducir el talento actoral de Holm, sino simplemente capturar su semejanza. No estábamos intentando hacer lo imposible, que es reproducir el talento de esa persona como actor, porque este es otro personaje. Lo único que tienen en común es la semejanza, dijo el director.
La mezcla de lo antiguo y lo nuevo
Para dar vida a este nuevo androide, que se asemeja a Ash pero con su propio trasfondo y características, Álvarez y su equipo optaron por una combinación de animatrónica y mejoras faciales generadas por CGI. Fue un 80 a 90% realizado por los titiriteros, dependiendo de la toma, para que el animatrónico tuviera un poco más de vida, detalló. Sin embargo, fue la integración de la tecnología de IA lo que realmente capturó la atención del público y generó debate.
Ridley Scott elogió la idea de incluir un androide que recordara a Ash, mencionando que fue un homenaje adecuado al legado de Ian Holm. Ian Holm apareciendo repentinamente como un robot a bordo de la compañía fue una gran idea, comentó Scott. Sin embargo, también reconoció que la ejecución, particularmente en términos de efectos visuales, no cumplió con las expectativas.
La IA y el futuro del cine
El uso de IA en cine no es un tema nuevo, pero sigue siendo controvertido, especialmente cuando se trata de recrear a actores fallecidos. Álvarez defendió su decisión, enfatizando que a pesar de la tecnología involucrada, el proceso aún requiere una gran cantidad de trabajo humano. Teníamos a un actor en el set, que trabajó en los diálogos. No es como si nos saltáramos contratar a un actor. Hacerlo de esta manera requiere un equipo de tantas personas y tantas partes para que se haga que nunca va a ser realmente conveniente, aclaró el director.
Sin embargo, no todos los aspectos de esta audaz elección fueron bien recibidos. Los espectadores han comentado que el androide, llamado Rook en la película, era bastante distrayente cuando estaba en pantalla, especialmente durante las escenas de diálogo. La falta de pulido en los efectos visuales fue evidente, y eso afectó la inmersión de algunos fans en la historia.
Siempre que el androide Rook estaba en pantalla, era muy distractor porque el trabajo de efectos visuales no se veía bien, especialmente cuando el personaje hablaba, admitió un crítico, expresando una frustración compartida por varios.
Un paso hacia adelante, pero con tropiezos
El regreso de un personaje tan emblemático como Ash, aunque solo sea en apariencia, era un riesgo que Alien: Romulus estaba dispuesto a tomar. La intención detrás del uso de la IA y otros efectos fue sin duda admirable, pero la ejecución no alcanzó el nivel esperado. Esta decisión ha puesto en el centro del debate el papel de la tecnología en el cine moderno y hasta qué punto se puede o debe utilizar para recrear elementos del pasado.
A pesar de las críticas, Alien: Romulus ha sido bien recibida en general, con muchos elogiando su atmósfera y narrativa. Pero este incidente con el androide Rook es un recordatorio de que la tecnología, aunque poderosa, no siempre puede reemplazar la magia del talento humano y la sutileza que trae consigo.
El cameo de Ash en Alien: Romulus puede no haber sido todo lo que los fans esperaban, pero ciertamente ha dado mucho de qué hablar. Y en una franquicia que siempre ha estado en la vanguardia de la innovación cinematográfica, quizás este sea solo un paso en la evolución continua de cómo el cine explora el futuro mientras honra su pasado.
